Prostituciones y glotoner¨ªas
Entre los autores contempor¨¢neos de novela gr¨¢fica m¨¢s interesantes, desconcertantes y pol¨¦micos destaca el canadiense Chester Brown
Entre los autores contempor¨¢neos de novela gr¨¢fica m¨¢s interesantes, desconcertantes y pol¨¦micos destaca el canadiense Chester Brown (1960). Autodidacta, se dio a conocer con una serie de minicomics autoeditados que pronto le fueron comprados por la influyente revista Vortex. Brown ha pasado por diferentes etapas, y los aficionados al g¨¦nero tienen la suerte de que casi todas ellas est¨¢n representadas por ¨¢lbumes publicados en Espa?a con m¨¢s o menos fortuna editorial: Ed, el payaso feliz (La C¨²pula), Nunca me has gustado (Astiberri), El playboy (La Cupula), Louis Riel (La C¨²pula) -un interesant¨ªsimo biopic gr¨¢fico sobre el controvertido l¨ªder revolucionario canadiense-, y Pagando por ello (La C¨²pula; subtitulado "memorias en c¨®mic de un putero"), una controvertida y radical¨ªsima defensa de la prostituci¨®n, son algunos de los t¨ªtulos que dan cuenta de su evoluci¨®n gr¨¢fica, as¨ª como de sus obsesiones tem¨¢ticas e ideol¨®gicas. Brown, originalmente de religi¨®n baptista, ha cambiado mucho desde sus comienzos contraculturales e izquierdistas hasta su actual pensamiento libertarista (libertarianism, en ingl¨¦s), una ideolog¨ªa antiestatalista y extremadamente individualista en la que uno puede encontrarse, simplificando, desde partidarios de las teor¨ªas de Hayeck, seguidores de Ayn Rand, admiradores del anarquismo "filos¨®fico" o miembros del ala m¨¢s radical de Tea Party, hasta izquierdistas ac¨¦rrimos partidarios de la propiedad privada o de la legalizaci¨®n de las drogas y de la prostituci¨®n. M¨¢s rompedor en sus ideas que en su t¨¦cnicas art¨ªsticas (dibujo simple y desnudo, buscando siempre lo esencial; di¨¢logos planos), en su ¨²ltimo libro Mar¨ªa llor¨® sobre los pies de Jes¨²s, subtitulado Prostituci¨®n y obediencia religiosa en la Biblia (La C¨²pula), un "¨¢lbum" de formato bolsillo de casi 300 p¨¢ginas (tranquilos: s¨®lo 17`90 euros), Brown ilustra pasajes de la Biblia y los Evangelios para continuar la defensa de la prostituci¨®n ya iniciada en Pagando por ello. Para Brown, que incluye en su libro un extenso ap¨¦ndice de citas y referencias manuscritas que han apuntalado sus tesis, la prostituci¨®n no s¨®lo estaba perfectamente tolerada en los antiguos textos sagrados y en los Evangelios, sino que incluso Mar¨ªa, la madre de Jes¨²s, fue una prostituta. Particularmente interesantes me han resultado los cap¨ªtulos sobre Ca¨ªn y Abel, la Par¨¢bola de los talentos o las historias de Betsab¨¦ y Rabat.
Gargant¨²as
Entre los refranes anti-glotoner¨ªa (en cuya abundancia y contundencia apod¨ªctica ha destacado siempre la paremiolog¨ªa hispana), uno de mis preferidos es el que reza "m¨¢s mat¨® una cena que cur¨® Avicena". En el caso que me ocupa, y que casi acaba conmigo, no fue precisamente cena lo que hubo, sino un almuerzo en que los comensales -una suficiente representaci¨®n de miembros de Apelano, la Asociaci¨®n para elegir libremente al autor de nuestro obituario-, se reunieron para dar por finiquitadas las actividades de este curso, darse fe de vida mutua, y despedirse antes de las vacaciones. Y lo cierto es que, siendo todos de buen saque, nos pasamos tres pueblos, tanto en lo que respecta al chisgueteo como a la manduca. La pantagru¨¦lica alifara dio para mucho hablar, aunque tengo que reconocer que el trasiego alcoh¨®lico provoc¨® que la sobremesa dial¨¦ctica distara mucho de alcanzar la profundidad de un simposio plat¨®nico. Y, adem¨¢s, los protagonistas de nuestro particular lectisternio eran Rajoy y la par¨¢lisis pol¨ªtica de los partidos que dicen representarnos, de modo que nada que ver, por ejemplo, con las disquisiciones de S¨®crates, Gorgias y Calicl¨¦s (en el Gorgias) acerca de los problemas ¨¦ticos suscitados por la ret¨®rica. Total, que luego me pase la sofocante tarde veraniega -y perd¨®nenme por la informaci¨®n no solicitada-, echando la pota en el excusado de mi horno, quiero decir, de mi casa. De manera que se me ocurre que el refr¨¢n podr¨ªa haber sido en este caso uno que he fabricado para la ocasi¨®n: "m¨¢s matan las copiosas comidas que oro toc¨® el desgraciado rey Midas", por poner un trasunto mitol¨®gico de actuales multimillonarios como don Amancio Ortega, el no menos legendario monarca del pa¨ªs de Zara. Por cierto que me entero de que el ¨²nico autor de libros que figura en la lista Forbes de celebrities mejor pagadas del planeta es el bestsel¨¦rico James Patterson que, con sus 95 millones de d¨®lares ganados en 2015 -obtenidos en su mayor¨ªa gracias a las novelas protagonizadas por el ex-agente del FBI Alex Cross- vuelve a desbancar a colegas (que ni siquiera aparecen en la lista de este a?o) como Grisham, King, J.K Rowling o la ya casi olvidada E.L.James. Todo lo anterior, con las digresiones incluidas, viene a (relativo) cuento de dos libros muy diferentes en torno a actividades gastron¨®micas que han ca¨ªdo en mis manos ¨²ltimamente. El club de los gourmets (Gallo Nero) es una estupenda y breve f¨¢bula sat¨ªrica del gran Junichir¨® Tanizaki (1886-1995) en torno a los cinco miembros de un peculiar club de exquisitos hedonistas obsesionados por degustar el plato perfecto; a medida que el lector se adentra en el relato (que me trae a la memoria la pel¨ªcula de Marco Ferreri, La gran comilona, 1970) aumenta la atm¨®sfera on¨ªrica, hasta que finalmente, los tragones encuentran en un misterioso palacio el secreto del placer gastron¨®mico. El otro libro al que me he refer¨ªa es El primer bocado (Turner), de la historiadora Bee Wilson (de quien la misma editorial hab¨ªa publicado en 2013 La importancia del tenedor), un entretenid¨ªsimo (y riguroso) ensayo acerca de la evoluci¨®n de los h¨¢bitos alimenticios de las personas, en el que se exploran asuntos como por qu¨¦ a los ni?os les gustan m¨¢s unos platos que otros o el modo de cambiar nuestros h¨¢bitos alimenticios sin fustigarnos demasiado. Por lo dem¨¢s, y previendo una posible avalancha de peticiones de admisi¨®n, lamento comunicar que Apelano ha decidido cerrar definitivamente el cupo de inscripciones.
Coda
Leo con sobresalto en The Guardian que la editorial brit¨¢nica Hesperus Press publicar¨¢ en diciembre, d¨¦cimo aniversario de la condena a muerte de Sadam Hussein, la ¨²ltima novela del dictador iraqu¨ª, que ya hab¨ªa sido publicada en otros pa¨ªses (en Jap¨®n, por ejemplo) con t¨ªtulos como El baile del diablo. Algo tiene que tener la literatura para que hasta los dictadores quieran hacerse un huequecito en el superpoblado mundo de los autores. Mussolini ya tuvo ese pecadito de juventud, como lo tuvo Franco con Raza (ediciones Numancia, 1942) la novela-gui¨®n que escribi¨® bajo su avatar literario-cinematogr¨¢fico de Jaime de Andrade. Compruebo que, a pesar de que en Amazon venden una copia por 144 euros, en Iberlibros pueden encontrar todas las que quieran por menos de 30. Ya ven, ni siquiera la nostalgia fascistoide encarece demasiado el vomitivo producto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.