Little Britain

Hay ciertas cosas que solo pueden pasar en Inglaterra, y una de ellas es que la Reina te reciba en Buckingham Palace con el bolso en ristre como si se lo fueras a robar en cualquier momento. Isabel II da la bienvenida a Theresa May y puede ella irse de la Uni¨®n Europea como si tal cosa, viene a decirle, lanzar la libra al desplome y los bancos a otear otros horizontes, que las formas no van a fallar en una sociedad como la brit¨¢nica donde todos pueden saber que la monarca desayuna Weetabix y la ginebra entra en su casa. ?No es admirable?

Ese bolso, esa Reina y esa transparencia son pilares emblem¨¢ticos de una fortaleza que tiene otro importante: el humor. Cameron le dijo a May que hasta ¨¦l hab¨ªa sido un d¨ªa ¡°el futuro¡±, en un golpe sarc¨¢stico inimaginable en nuestra recia Espa?a.

Todo ello recuerda estos d¨ªas a Little Britain, una extraordinaria serie de humor inteligente que emiti¨® Canal + hace a?os y que retom¨® m¨¢s recientemente Neox. Matt Lucas y David Walliams, los Monty Python del siglo XXI, han creado personajes geniales para re¨ªrse con toda crudeza de sus mezquindades. Daffyd es ¡°the only gay in the village¡±, el joven que proclama su salida del armario una y otra vez en busca de atenci¨®n aunque est¨¦ rodeado de gays. Vicky Pollard es la adolescente cargada de hijos capaz de sobrevivir en su surrealismo; y Andy un falso minusv¨¢lido pesado al que su amigo Lou sirve con devoci¨®n sin sospechar la verdad, que en cuanto ¨¦l se da la vuelta tras esforzados trasiegos Andy se levanta tan campante de la silla. No hay correcci¨®n pol¨ªtica en Little Britain.

Por ello si alguien no entiende el Brexit, que vea Little Britain. Es el triunfo de las Vicky Pollard, los Daffyd, los Andys y dem¨¢s zoquetes atravesados que anteponen su l¨®gica interna al sentido com¨²n, aunque les lleve al infierno.