Muere Josetxo Moreno, figura clave de la distribuci¨®n del cine de autor

En los a?os setenta, Pamplona bull¨ªa de cin¨¦filos. Y por tanto, de cineclubs especializados en cine de autor. Muchos surg¨ªan de colegios religiosos y quedaron en manos de los alumnos m¨¢s aficionados al s¨¦ptimo arte. Otros, en cualquier asociaci¨®n que cediera un sal¨®n de actos. En una ciudad adem¨¢s universitaria, aquellos cin¨¦filos acababan entrecruzando sus pasos antes o despu¨¦s. Hoy en Espa?a la empresa Golem es considerada el peso pesado de la distribuci¨®n y exhibici¨®n del cine de autor, gracias a su inmenso cat¨¢logo con los mejores directores europeos y asi¨¢ticos, y a sus 45 pantallas repartidas entre Pamplona, Estella, Bilbao, Burgos y Madrid. Pero para que surgiera aquella iniciativa se necesitaba un caldo de cultivo especial, como el que se coc¨ªa al final del franquismo en Iru?a, y en el que se crio Josetxo Moreno, director general de Golem, que ha fallecido hoy en su casa en Unciti (Navarra) a los 62 a?os. Trabaj¨® en el cine porque tuvo la suerte de ganarse la vida en la pasi¨®n que le consum¨ªa desde la adolescencia: las pel¨ªculas.

Moreno estudi¨® en el colegio de los Maristas de Pamplona, que contaba con su propio cineclub, el Champagnat, donde arranc¨® su afici¨®n. Estudi¨® Empresariales, y para pagarse la carrera trabajaba de taquillero en el cine Juventud, de la Casa de la Juventud de Pamplona que, como era lo habitual, se dedicaba al arte y ensayo puro y duro en versi¨®n original. De all¨ª le recuerda Otilio Garc¨ªa, el otro codirector general de Golem. A finales de los setenta, cofund¨® la distribuidora Irudi Films, que trajo pel¨ªculas como Opiniones de un payaso o Sweet Movie, del entonces rey de los cineclubs el yugoslavo Du?an Makavejev. Particip¨® en los cortos de un joven Montxo Armend¨¢riz y fue tambi¨¦n uno de los productores de la capital?El proceso de Burgos (1979), de Imanol Uribe.

Finalizada esa aventura, el 30 de julio de 1980, Moreno, Garc¨ªa y otros tres socios crean el grupo Difusora Cultural Cinematogr¨¢fica, con un primer cine en el barrio de San Juan. Poco despu¨¦s abrieron otro cineclub alquilando el local a un colegio capuchino en el barrio de Rotxapea. "Pon¨ªamos por ejemplo pel¨ªculas calificadas entonces S", cuenta Garc¨ªa. "Er¨®ticas y otras como Holocausto can¨ªbal, con la que ganamos suficiente dinero para traer m¨¢s cine de autor". Tras pasar por otras salas alquiladas, el primer cine Golem se abri¨® el 15 de mayo de 1982 en la avenida Baiona con cuatro pantallas. "El nombre Golem fue una decisi¨®n complicada, porque necesit¨¢bamos algo que funcionara en castellano y en euskera. Se barajaron nombres como Carapalo, Arcadia o Keaton. Y al final elegimos Golem, por ser una gran referencia en el cine y la literatura... y por contar con cinco letras, perfecto para una empresa con cinco socios", rememora Garc¨ªa. "Josetxo fue a Madrid al registro, se lo dictamos cuando llam¨® desde el ministerio y en un principio se neg¨® a poner algo as¨ª".

En 1986 lleg¨® el gran salto de la empresa, al crearse su otra rama, Golem Distribuci¨®n. Ellos, Wanda, V¨¦rtigo y Alta Films han sido los principales suministradores de cine de autor a los cin¨¦filos espa?oles. La ya clausurada Alta y Golem contaban adem¨¢s con la ventaja de poseer salas propias. La primera pel¨ªcula distribuida por Golem fue la ganadora del Oscar La historia oficial, de Luis Puenzo. Desde entonces, han llevado a las salas espa?olas otras siete ganadoras del Oscar a mejor filme de habla no inglesa, seis Palmas de Oro de Cannes, siete Leones de Oro de Venecia, nueve Osos de Oro de Berl¨ªn y seis Conchas de Oro de San Sebasti¨¢n: la primera, la que obtuvo en 1990 Las cartas de Alou, de Armend¨¢riz, y la ¨²ltima, en 2012, con En la casa, de Fran?ois Ozon. Entre medias las pel¨ªculas del movimiento Dogma, los filmes surgidos de la poderosa productora danesa Zentropa, entre ellos por supuesto los trabajos de Lars von Trier y de Thomas Vinterberg. Adem¨¢s, los largometrajes de Michael Haneke -Moreno era devoto de La cinta blanca-, Laurent Cantet, Ari Folman, Asghar Farhadi, Zhang Yimou, Jia Zhang-Ke, Andrey Zvyagintsev, Takeshi Kitano, Robert Gu¨¦diguian, Aki Kaurism?ki, Nuri Bilge Ceylan, Fran?ois Ozon... Y entre los espa?oles, Montxo Armend¨¢riz, Julio Medem, Imanol Uribe, Manuel Mart¨ªn Cuenca o Fernando Franco. Como productora, adem¨¢s de varios documentales, Golem estuvo detr¨¢s de Malas temporadas, de Mart¨ªn Cuenca, y de Zona libre, del israel¨ª Amos Gitai. Adem¨¢s, la empresa es socia fundadora de la compa?¨ªa de DVD Cameo y de la plataforma Filmin, la principal web para ver cine indie en streaming. Por toda esa labor Golem recibi¨® en 2013 el premio Emprendedor del a?o de Europa Cinemas, la iniciativa del programa Media de la UE en apoyo del cine europeo; y el pasado mayo el galard¨®n Cruz de Carlos III el Noble de Navarra, otorgado por el Gobierno de esa Comunidad Aut¨®noma.

En los ¨²ltimos a?os, de aquellos cinco iniciales socios, se quedaron Josetxo Moreno y Otilio Garc¨ªa dirigiendo Golem. Obseso de la informaci¨®n cinematogr¨¢fica para estar a la ¨²ltima -sus amigos dicen que se le¨ªa hasta "el canto del Variety"-, viajero infatigable, batallador constante por salvar al cine de autor del ninguneo actual, due?o de una socarroner¨ªa con la que desarmaba a sus interlocutores, varias generaciones de cin¨¦filos espa?oles nunca podremos agradecerle lo suficiente las joyas que nos trajo, ense?¨® y comparti¨®.

Desde el Festival de San Sebasti¨¢n, su director, Jos¨¦ Luis Rebordinos, asegura: "Josetxo era un enamorado del cine, mucho m¨¢s all¨¢ de que fuera su negocio, de que se ganara la vida con ¨¦l. Les conoc¨ª, a ¨¦l y a Otilio, cuando yo era un chaval y siempre me fascin¨® esa locura apasionada". En su pr¨®xima edici¨®n el certamen rendir¨¢ homenaje al fundador de Golem.

Con su muerte, Moreno no llegar¨¢ a ver en las salas la ¨²ltima pel¨ªcula de Yimou Regreso a casa, que se estrena el 5 de agosto. ?l fue quien compr¨® en el American Film Market de 1988 Sorgo rojo, la primera pel¨ªcula del maestro chino, que hab¨ªa ganado el Oso de Oro de Berl¨ªn, y que nadie quer¨ªa. Ante todo, la pasi¨®n.