Los ojos de un so?ador, Jack London
Un libro recoge la obra fotogr¨¢fica del escritor, una de las figuras m¨¢s fascinantes, prol¨ªficas y audaces de la literatura americana.
Llamaba a sus fotograf¨ªas 'documentos humanos'. Eran tan valiosos para ¨¦l como sus novelas, cuentos o escritos period¨ªsticos. Desde 1900 a 1916, el mismo periodo en que consolid¨® su obra literaria, Jack London (San Francisco 1876- 1916) tom¨® m¨¢s de doce mil fotograf¨ªas. La c¨¢mara se convirti¨® en un elemento imprescindible que alimentaba su insaciable curiosidad por los seres humanos y su civilizaci¨®n.¡°Ten¨ªa los ojos de un so?ador¡± escribi¨® sobre ¨¦l el fot¨®grafo Arnold Gente. Pero sus sue?os nunca distorsionaron la compleja y sagaz visi¨®n de la humanidad de este eterno buscador de emociones, que hizo de la vida una gran aventura. " La funci¨®n propia del hombre es vivir, no existir¡±, escrib¨ªa London .
The Path Men Take, publicado por la editorial Contrasto recoge parte de la obra fotogr¨¢fica del controvertido autor. Acompa?ado por extractos de su obra literaria y period¨ªstica incluye una selecci¨®n de instant¨¢neas tomadas durante cuatro importantes cap¨ªtulos de su trayectoria: aquellas tomadas en el East End londinense, donde vestido con las ropas de un pobre se sumergi¨® en el d¨ªa a d¨ªa de las clases m¨¢s desfavorecidas de la capital del Imperio brit¨¢nico, v¨ªctimas de la revoluci¨®n industrial - m¨¢s tarde formar¨ªan parte de la primera edici¨®n de su libro Gente del Abismo- ; las realizadas durante la guerra ruso-japonesa, donde puso de manifiesto la futilidad de la guerra como redactor enviado por San Francisco Examiner, uno de los peri¨®dicos de Randolph Hearst; las que dan cuenta del terremoto de San Francisco, su ciudad, en 1906; y por ¨²ltimo aquellas que formaron parte de su expedici¨®n por los mares del sur embarcado en el?Snark .
¡°La vida no es cuesti¨®n de tener buenas cartas, sino a veces, de jugar una mala mano bien¡±, escribi¨® London. Algo en lo que fue un experto, hasta que la enfermedad jug¨® su mano. Su biograf¨ªa en ocasiones palidece a su obra: hijo bastardo de un astr¨®logo ambulante y una espiritista suicida, fue bautizado como John Griffith Chaney en un suburbio de San Francisco. Su madre se refer¨ªa a ¨¦l como ¡°mi insignia de la verg¨¹enza¡±. Los cuidados de una esclava negra y de su padrastro, de quien adopt¨® el apellido London, amortiguaron su turbia infancia. Pr¨¢cticamente se cri¨® en los muelles de la ciudad. La calle fue su escuela. A los 12 a?os ya vend¨ªa peri¨®dicos y poco a poco se hizo asiduo de los ambientes m¨¢s tabernarios. Trabaj¨® en una f¨¢brica de conservas, fue pescador furtivo de ostras, guardacostas, descargador de carb¨®n, cazador de focas en los mares del Pac¨ªfico, recorri¨® la costa oeste y Canad¨¢ como poliz¨®n de trenes. Fue tambi¨¦n buscador de oro en Alaska.
Representaba el esp¨ªritu joven de su pa¨ªs. Durante todo este tiempo nunca dej¨® de leer. Fue un autodidacta salvo su breve paso de un semestre por la universidad. Nietzsche Darwin y Marx, dieron forma a sus creencias filos¨®ficas que evolucionaron desde un fuerte individualismo, apoyado en su manifiesta fortaleza f¨ªsica y ps¨ªquica, hacia el socialismo, que curiosamente hac¨ªa convivir con su creencia en la supremac¨ªa de la raza blanca. Comenz¨® a escribir en la c¨¢rcel mientras pasaba 30 d¨ªas detenido por vagabundo. La literatura fue su tabla de salvaci¨®n, aunque para London la vida nunca estuvo en los libros; prefer¨ªa vivir a escribir. En sus cuarenta a?os de vida escribi¨® 50 libros, entre los m¨¢s conocidos se encuentran Colmillo Blanco, La llamada de la naturaleza y el autobiogr¨¢fico?Martin Eden. Lleg¨® a ser el escritor mejor pagado de Am¨¦rica, aun as¨ª sus problemas financieros nunca le abandonaron.
London aprendi¨® la t¨¦cnica fotogr¨¢fica de la mano de un amigo, y mont¨® su primer cuarto oscuro junto con Bess Maddern, su primera mujer. ¡°No era un amateur en el campo de la fotograf¨ªa¡±, escribe Davide Sapienza en la introducci¨®n del libro. ¡°Sab¨ªa lo que estaba haciendo y c¨®mo hacerlo. Hab¨ªa estudiado el nuevo arte¡±. El artista admiraba la obra de Jacob August Riis, pionero de la fotograf¨ªa documental y reformador social. Era consciente del poder del medio como testimonio y de la capacidad que ten¨ªa el fot¨®grafo de transmitir las diferencias entre las distintas culturas, convirti¨¦ndolo en un aventurero cuyo ojo no deb¨ªa dejarse enga?ar por ideas preconcebidas. ¡°En su c¨¢ndida y primigenia mirada no existe nada superfluo¡±, destaca Sapienza, ¡°Sus documentos humanos son instant¨¢neas atemporales, momentos capturados en situaciones que tienen un destino com¨²n: el camino de la humanidad¡±.
Mucho se ha especulado sobre la muerte del artista. Muri¨® en Glen Ellen, su rancho. Su certificado de muerte establec¨ªa la uremia como su causa, pero parece ser que fue provocada por una sobredosis de morfina, destinada a aliviar los fuertes dolores de un c¨®lico. Esto dio pie a la teor¨ªa del suicidio. Solo recientemente se ha podido confirmar que fue accidental. El alcoholismo y sus excesos pasaron factura a este gran aventurero, que pese a la adversidad y a los momentos m¨¢s oscuros y depresivos de su vida, siempre ¡°preferir¨ªa vivir¡±.
?¡°?Qu¨¦ ser¨¦ cuando vuelva a vivir? ?Qu¨¦ mujeres me amaran?¡± se preguntaba Darrell Standing antes de morir en?El Vagabundo de las estrellas, su ¨²ltima novela.
Jack London. The Paths Men Take. Photographs, journals and reportages. Contrasto Books, 196 p¨¢ginas 16,92 euros
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