M¨¢s Buenafuente, por favor
Su humor en plan como quien no quiere la cosa sorprende por su veracidad
El humor en las cadenas espa?olas no siempre ha tenido mucha gracia. Hubo momentos que dejaron huella y que narraron ¨¦pocas como la del maestro Gila y hubo momentos, demasiados, de vulgaridad, machismo y homofobia o desprecio al diferente que m¨¢s nos vale olvidar.
Como los buenos escritores, los buenos humoristas saben retratar un tiempo y un lugar, o al menos saben acompa?arlo de personajes, frases y golpes que pueden colarse para siempre en nuestras vidas. Aquel Jesul¨ªn de Ubrique que hoy habr¨ªa comparado esta indescifrable legislatura con ¡°un toro¡±, por ejemplo, era un poema a la sabidur¨ªa inculta y popular. Gracias a esos gui?oles no podemos ver a Chaves sin pensar en los ¡°minolles¡± o a Aznar y Mayor Oreja sin recordar a Leoncio y Trist¨®n.
La Hora Chanante renov¨® el humor y nos dej¨® para siempre a los viejunos y ga?anes, como antes Faemino y Cansado llenaron la sala de espera del Vaticano de revistas de monaguillos en pelotas.
Esta temporada, Buenafuente nos ha hecho re¨ªr cada noche con sus mon¨®logos de Leit Motiv, en un humor en plan como quien no quiere la cosa que sorprende por su veracidad. E incluso nos ha hecho renunciar a la risa cuando la situaci¨®n demanda seriedad, como cuando se desplaz¨® a Lesbos para narrar el drama de los refugiados.
Se atrevi¨® adem¨¢s a crear un personaje, un doble de Bert¨ªn Osborne, al que present¨® como ¡°el mejor periodista de la eurozona¡± para re¨ªrse de sus entrevistas complacientes a los pol¨ªticos a quienes nunca pone en aprietos. Mientras el de verdad pasaba la mano por el lomo de Rajoy y S¨¢nchez para verg¨¹enza de la parrilla de entretenimiento, el de Buenafuente entrevistaba a Hitler ¡°para mostrarnos su lado m¨¢s humano¡±. ¡°?A ti no te molesta que te recuerden por haber provocado una guerra mundial, chiquillo?¡±. Ja, ja, ja.
Buenafuente ha sabido renovarse en este formato y en la Cadena Ser, donde los s¨¢bados comparte con Berto Romero un espacio de risa m¨¢s irrelevante pero igual de contagiosa. La temporada termina y solo aspiramos a que, a la vuelta, lo volvamos a encontrar.
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