Editorial Contra: enfermos de literatura
Literatura deportiva y literatura musical tratadas fura del ¨¢mbito marginal en que eran regeladas
?En qu¨¦ momento el mundo de la cultura, o mejor dicho, determinados intelectuales y autores comenzaron a mirar por encima del hombro a los deportistas? ?Por qu¨¦ el gran p¨²blico alab¨® la condici¨®n 'cultureta' de Guardiola elev¨¢ndola a categor¨ªa de excepci¨®n? ?Cu¨¢l es el motivo por el que habitualmente se asocia una cierta ignorancia y necedad a los jugadores de f¨²tbol? Es dif¨ªcil precisar si el esnobismo de algunos sirve para ridiculizar a otros. Lo cierto, sin embargo, es que algunas cuestiones similares a las iniciales debieron formularse a mediados de 2011 un grupo de amigos con vocaci¨®n de editores en el centro de Barcelona. Editores que seguro leyeron obras de Juan Villoro, David Foster Wallace o Joyce Carol Oates. Autores que, por su parte, escribieron obras maestras con el f¨²tbol, el tenis y el boxeo (respectivamente) como tel¨®n de fondo. As¨ª, leyendo y detectando carencias, naci¨® la editorial Contra, con la n¨ªtida voluntad de hacer brillar aquello que habitualmente muchos quer¨ªan oscurecer ¡°El nombre no responde a ning¨²n tipo de vocaci¨®n anti nada, no hay ninguna filosof¨ªa detr¨¢s. Simplemente nos gust¨® el nombre y ah¨ª qued¨®¡±, explica el editor D¨ªdac Aparicio.
A la literatura deportiva se le uni¨® inmediatamente la literatura musical. Ambos, deporte y m¨²sica, hab¨ªa sido tratados de un modo lateral, por no decir marginal, por las editoriales m¨¢s convencionales (¡°se tiene la concepci¨®n de que son libros de peri¨®dicos que aparecen en los kioscos y no en las librer¨ªas¡±, explica el editor D¨ªdac Aparicio), como si biograf¨ªa de Jerry Lee Lewis o el ciclista David Millar no pudieran ser tambi¨¦n aut¨¦nticas tragedias shakesperianas. En Contra beben de esa ¡°literatura anglosajona en la que s¨ª exist¨ªa una buen pu?ado de libros que ten¨ªan al deporte como centro¡±, afirma Aparicio. Tambi¨¦n el cine o el periodismo son asuntos que se abordan en sus libros, pero siempre desde un costado ins¨®lito: Sombras de un sue?o de Paul Guth o El hombre que estuvo all¨ª. Lo mejor de George Plimpton. ¡°En nuestro cat¨¢logo hay buena parte de arqueolog¨ªa libresca por obras de otros pa¨ªses que queremos traducir¡±, explica el editor. Hay otra l¨ªnea, muy suculenta y prol¨ªfica: la de los libros 'por encargo' o, dicho de otro modo, ideas de libros que necesitan a los mejores ejecutores posibles en el ¨¢mbito deportivo o musical, esencialmente. ¡°As¨ª ha nacido, sin ir m¨¢s lejos, uno de los libros de los que estamos m¨¢s orgullosos: Peque?o circo, una obra de casi 1.000 p¨¢ginas escrita por Nando Cruz que es una historia oral de la m¨²sica independiente en Espa?a, fruto de 150 horas de entrevistas¡±, remata el editor. La funci¨®n de D¨ªdac y sus socios en este proceso tiene mucho que ver con la gestaci¨®n: ¡°nosotros somos como comadronas que acompa?amos a un autor en todas las fases previas hasta el nacimiento de su libro¡±, comenta divertido Aparicio. Esta l¨ªnea, la musical, se erige como m¨¦dula de todo un cat¨¢logo pretendidamente ca¨®tico. La m¨²sica como modo de respirar, como forma de aprehender el mundo y sostener incertidumbres. La m¨²sica, al fin y al cabo, como ant¨ªdoto.
De entre los muchos libros posibles que D¨ªdac se comprar¨ªa en la primera librer¨ªa que encontrara, elije sin dudarlo Carpas para la Wehrmacht, de Ota Pavel, publicado en Sajal¨ªn, una de las obras m¨¢s divertidas y original¨ªsimas de la literatura checa.
¡°?Que por qu¨¦ creer en los libros?¡±, espeta el editor mientras deja su mirada clavada en el cielo. Se toma unos minutos y responde: ¡°Uno podr¨ªa plantearse como Pascal esta especie de duda existencial sobre si Dios existe o no, pero los editores independientes somos creyentes de nacimiento. No es que tengamos que creer en los libros, es que no podemos hacer otra cosa. Cualquier persona con algo de cabeza jam¨¢s se montar¨ªa una editorial, mejor un piso de turistas en Madrid o Barcelona, pero nosotros somos un poco enfermos¡±. De libros, se supone.
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