Vlad¨ªmir Nabokov inventa Am¨¦rica
'Lolita' encierra la quintaesencia de la cultura estadounidense de posguerra, surgida de los paisajes que el escritor ruso descubri¨® con una mezcla de fascinaci¨®n y rechazo durante sus viajes para perseguir mariposas
Un azul que se dilu¨ªa con elegancia en los extremos marrones de las alas era el rasgo m¨¢s saliente de la mariposa que el escritor ruso acababa de capturar. Abajo, en el valle, los sonidos de la ciudad le llegaban con nitidez esa tarde del verano de 1949; quiz¨¢s haya sido en ese momento que decidi¨® llamar a la nueva especie Lycaeides sublivens Nabokov; como el nombre indica, su descubridor era el futuro autor de Lolita y, contra lo dicho anteriormente, no era ¨²nicamente un escritor ni exactamente ruso: es decir, lo era, pero estaba en camino de dejar de serlo.
Nabokov se encontraba en las Monta?as Rocallosas ampliando su colecci¨®n de lepid¨®pteros. Visitaba la regi¨®n cada verano desde su llegada a Estados Unidos, nueve a?os atr¨¢s, huyendo de la guerra europea con su esposa y su hijo; para entonces los viajes (en alg¨²n sentido, una mezcla de vacaci¨®n en familia y expedici¨®n cient¨ªfica) hab¨ªan ido conformando un itinerario que se mantendr¨ªa hasta 1959 con escasas variantes: desde el Estado de Massachusetts (m¨¢s tarde desde el de Nueva York) hacia el oeste monta?oso del pa¨ªs a trav¨¦s del Gran Ca?¨®n y los Estados de Arizona, Utah, Colorado, Wyoming, Montana y Oreg¨®n.
Pero esos viajes iban a rendir un servicio al mundo algo m¨¢s importante que el hallazgo de algunos insectos. A fines de 1939 o principios de 1940, Nabokov hab¨ªa sentido en Par¨ªs ¡°el primer d¨¦bil latido¡± de una novela cuya ¡°inspiraci¨®n¡±, s¨®lo descubierta a?os m¨¢s tarde, era un libro de Heinz von Lichberg (seud¨®nimo de Heinz von Eschwege) en el que un hombre se enamoraba de una adolescente. En la novela de Lichberg, publicada en 1916, la adolescente se llamaba Lolita; en la de Nabokov se iba a llamar Lolita tambi¨¦n.
El escritor trabaj¨® en la obra en el transcurso de los viajes que tuvieron lugar entre 1948 y 1953 (lo que significa que estaba trabajando en ella cuando descubri¨® la Lycaeides sublivens Nabokov en 1949), en habitaciones de moteles y restaurantes de carretera que acabar¨ªan col¨¢ndose en el libro bajo disfraces tenues o sin disfraz, moteles con nombres como Corral Lodges, Sunset Motels o Skyline Courts que todav¨ªa existen y siguen siendo refugio de entusiastas de la literatura y de parejas en fuga.
¡°Como el oto?o en Arizona¡±
1. Nacido Vlad¨ªmir Vlad¨ªmirovich Nab¨®kov?en 1899 en San Petersburgo y muerto en Montreux (Suiza) en 1977, el autor de Lolita fue educado en ruso, ingl¨¦s y franc¨¦s: en los planes estaba que fuera cosmopolita, pero no que se convirtiese en el m¨¢s estadounidense de los autores de ese pa¨ªs.
2. Al ser preguntado alguna vez sobre si se consideraba estadounidense, Nabokov respondi¨®: "Le debo demasiado al idioma y al paisaje rusos como para sentirme atra¨ªdo espiritualmente por la literatura regional estadounidense, las danzas abor¨ªgenes o el pastel de calabaza, pero soy tan americano como el oto?o en Arizona".
3. "Los placeres y recompensas de la inspiraci¨®n literaria no son nada al lado del rapto de descubrir una mariposa desconocida en la ladera de una monta?a en Ir¨¢n o Per¨². No es improbable que, de no haberse producido la revoluci¨®n rusa, yo me hubiese dedicado por entero a la lepidopterolog¨ªa y no hubiera escrito novela alguna", afirm¨®.
En Lolita hay algo profundamente estadounidense que un cr¨ªtico acert¨® a definir como su inocencia siendo corrompida por Europa. Las carreteras que el intr¨¦pido y obsesivo Humbert Humbert recorre con la joven a la que llama el ¡°fuego de sus entra?as¡±, los moteles en los que se alojan, las personas con las que se encuentran, los entusiasmos de Lolita, los programas de televisi¨®n, los w¨¦sterns y las canciones que le gustan son la quintaesencia de la cultura estadounidense de posguerra y surgen de los paisajes norteamericanos que Nabokov descubri¨® con una mezcla de fascinaci¨®n y rechazo durante sus viajes. No hay muchas novelas m¨¢s ¡°americanas¡± que Lolita en ese sentido, y el hecho de que haya sido escrita por un ruso no le resta ni un ¨¢pice de ese car¨¢cter.
A?o tras a?o, kil¨®metro tras kil¨®metro, Nabokov se transform¨®, a trav¨¦s de la escritura de Lolita, en un escritor estado?unidense, y lo hizo sin dejar de perseguir mariposas; seg¨²n sus c¨¢lculos, s¨®lo entre 1949 y 1959 recorri¨® m¨¢s de 240.000 kil¨®metros, lo que lo convierte en el m¨¢s viajado de los escritores de ese pa¨ªs: el autor de P¨¢lido fuego vio m¨¢s de Estados Unidos que Francis Scott Fitzgerald, John Steinbeck e incluso Jack Kerouac, cuyo En el camino sigue siendo ¡°el¡± libro del nomadismo norteamericano. Era un destino singular para alguien criado casi exclusivamente para destacar en la peque?a sociedad de San Petersburgo y que nunca aprendi¨® a conducir: durante los viajes, mientras Nabokov iba a la b¨²squeda de sus mariposas, recorriendo kil¨®metro a kil¨®metro del itinerario que esa misma noche recrear¨ªa en la que iba a ser su novela m¨¢s popular, la que conduc¨ªa era Vera, su esposa.
Vera fue quien rescat¨® el manuscrito de Lolita de las llamas cuando su autor dudaba de s¨ª mismo y de la obra. Fue ella la que en 1949 llev¨® a Nabokov a las Monta?as Rocallosas donde descubri¨® la Lycaeides sublivens Nabokov y tambi¨¦n fue Vera la que dos a?os despu¨¦s regres¨® al mismo lugar para que su marido capturara (significativamente) la hembra de la especie: en ese momento, Nabokov segu¨ªa trabajando en su novela, con dificultades. ¡°Me hab¨ªa llevado unos cuarenta a?os inventar Rusia y la Europa Occidental, y ahora deb¨ªa inventar Norteam¨¦rica¡±, admiti¨® sin ninguna humildad a?os m¨¢s tarde, cuando, tras una larga disputa legal que sent¨® un precedente importante en relaci¨®n con las libertades que puede tomarse un escritor, Lolita (que hab¨ªa sido publicada en Reino Unido y Francia dos a?os antes) apareci¨® en 1957 en Estados Unidos y se convirti¨® en un ¨¦xito inesperado, forjado en los viajes y la contemplaci¨®n de criaturas ef¨ªmeras.
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