Tres orejas y lecci¨®n magistral de Enrique Ponce en la feria de Gij¨®n

El diestro Enrique Ponce cort¨® tres orejas en la corrida celebrada en Gij¨®n, donde encandil¨® a los tendidos con una lecci¨®n magistral, especialmente en su primer toro, al que desorej¨® despu¨¦s de una faena sublime.

Con casi tres cuartos de entrada, se lidiaron toros de Juan Pedro Domecq, bien presentados, pero flojos y de poco juego en conjunto. Las excepciones fueron el primero y el sexto, los mejores, mientras que segundo y quinto fueron los m¨¢s deslucidos por su manifiesta invalidez.

Enrique Ponce: estocada ligeramente ca¨ªda (dos orejas); estocada (oreja).

Sebasti¨¢n Castella: estocada desprendida (palmas); metisaca, pinchazo y media (silencio).

Alejandro Talavante: pinchazo hondo y descabello (oreja); pinchazo y estocada (silencio).

La tarde en Gij¨®n no pudo tener mejor comienzo con una primera sublime faena de Ponce, en la que evoc¨® su tarde de Santander, pues volvi¨® a inspirarse con la m¨²sica de Ennio Morricone para firmar una obra de las de antolog¨ªa. Suavidad, temple, desmayo y, sobre todo, suma belleza fueron las cualidades de tan magna labor del torero de Chiva, que cort¨® las dos orejas.

Otra oreja logr¨® Ponce del cuarto, toro que se sujetaba con alfileres y al que el valenciano instrument¨® una faena de mucha delicadeza y sutileza, haciendo labores de enfermero para sujetar al astado, al que acab¨® robando pases de muy buena firma. Otra vez anduvo eficaz con la espada y pase¨® su tercera oreja en la tarde.

El primero de Talavante, blando tambi¨¦n, marc¨® pronto su querencia a tablas. El extreme?o logr¨® pasajes emotivos, desde un inicio de hinojos a un grueso de faena en la que tore¨® con mucho aplomo sobre ambas manos. El sexto fue, junto al primero, el toro m¨¢s toreable, y frente a ¨¦l se vio a un Talavante espl¨¦ndido sobre todo al natural, y dej¨® muletazos de exquisita y honda ejecuci¨®n. Muy bien nuevamente el extreme?o, que, sin embargo, se cerr¨® la puerta grande con los aceros.

A Castella le toc¨® bailar con la m¨¢s fea; se estrell¨® con un primer toro inv¨¢lido total. El franc¨¦s lo prob¨® brevemente antes de desistir definitivamente ante la imposibilidad de estructurar de faena. Y algo similar le ocurri¨® al franc¨¦s con el quinto, otro toro sin fuerzas y muy apagado con el que nuevamente opt¨® por abreviar.

El Fandi y Manzanares triunfan en Pontevedra

Los diestros David Fandila El Fandi y Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares cortaron cuatro y tres orejas, respectivamente, en el triunfal cierre de la feria de la Peregrina de Pontevedra.

Con tres cuartos de entrada, se lidiaron toros de Torrealta, bien presentados y de buen juego en l¨ªneas generales, sobre todo, primero, cuarto y quinto. El tercero, por su parte, fue el garbanzo negro del env¨ªo.

David Fandila El Fandi, dos orejas y dos orejas.

Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares, oreja y dos orejas.

Cayetano Rivera, silencio y oreja tras aviso.

El Fandi fue un torbellino toda la tarde. Muy entregado en sus dos toros: variedad y entrega con el capote, espectacularidad y facultades en banderillas y mucha voluntad y comunicaci¨®n con la muleta. Premi¨® la cantidad sobre la calidad y lleg¨® mucho a los tendidos.

Manzanares se luci¨® ante su manejable primero, al que cort¨® una oreja despu¨¦s de una faena de mucha temple y plasticidad. Pero lo grande vino en el quinto, al que el alicantino cuaj¨® una faena sensacional de muletazos arrebatados, cadenciosos y de notable empaque. Torer¨ªa a raudales de Manzanares, que cuaj¨® un aut¨¦ntico faen¨®n, premiado con las dos orejas.

El primero de Cayetano fue el m¨¢s deslucido del env¨ªo, con el que apenas pudo pasar de los detalles sueltos; pero el sexto fue otro buen toro de Torrealta con el que Cayetano ejecut¨® una labor de raza y buen gusto.