La televisi¨®n musical agoniza m¨¢s que nunca
Ya no hay programas en los que la m¨²sica, como disciplina cultural y de entretenimiento, era tratada con rigor
Algunos j¨®venes de ahora, los que los soci¨®logos han dado en llamar millennials, no lo creer¨ªan, pero es cierto: hubo una ¨¦poca que exist¨ªa la televisi¨®n musical en Espa?a. Programas en los que la m¨²sica, como disciplina cultural y de entretenimiento, era tratada con rigor a trav¨¦s de reportajes, entrevistas a sus protagonistas y actuaciones en directo. Esos mismos j¨®venes, que hoy en d¨ªa asisten a m¨¢s festivales que nunca, suelen consumir much¨ªsima m¨²sica a trav¨¦s de Internet. Si alguno esperaba informarse en la peque?a pantalla de los ¨²ltimos lanzamientos discogr¨¢ficos o ver conciertos de sus grupos preferidos, lo tiene muy dif¨ªcil. La televisi¨®n es un p¨¢ramo.
Cada vez se ve menos este tipo de informaci¨®n en las cadenas. Es una escasez que, seguramente, no preocupe a esta ¨²ltima generaci¨®n de consumidores musicales, que tienen sus opciones en otras plataformas, pero que, sin duda, pasmar¨¢ a otros m¨¢s veteranos. Afectar¨¢ a todos aquellos que crecieron viendo en los buenos tiempos programas de todo tipo, como Aplauso,Tocata, Popgrama, La edad de oro, Rockopop, Caja de ritmos, El s¨¦ptimo de caballer¨ªa, M¨²sica s¨ª o No disparen al pianista. Son algunos de los ejemplos que han venido protagonizando los espacios televisivos desde finales de los setenta hasta el cambio de siglo, educando y entreteniendo al oyente inquieto. Todos forman parte ya de la memoria, como tambi¨¦n los casos m¨¢s recientes del ¨²ltimo lustro como M¨²sica liger¨ªsima, que sacaba joyas del pasado, o Mapa sonoro, que ofrec¨ªa entrevistas en profundidad de los artistas en su contexto.
A poco que se mira la parrilla, no es una cuesti¨®n solamente melanc¨®lica. Es un problema bastante m¨¢s grande. La agon¨ªa actual es hist¨®rica, tanto en la televisi¨®n privada como en la p¨²blica, en otra ¨¦poca el verdadero garante de estos espacios. Es triste y preocupante que la mayor referencia de nuestros d¨ªas sea Cachitos de hierro y cromo, la oferta de la televisi¨®n p¨²blica que se nutre de todos los fondos documentales de los verdaderos programas musicales. Dicho de otro modo: de todos los archivos de la mayor¨ªa de los programas arriba citados. Una propuesta televisiva que alimenta perfectamente la nostalgia, pero que no aporta nada al presente de la m¨²sica, tanto para la industria como para el p¨²blico con un m¨ªnimo de inter¨¦s. Es, por tanto, un programa insuficiente. Luego, est¨¢n Los conciertos de Radio 3, resistiendo a todos los azotes y horarios infumables, como un lugar exclusivo y casi rom¨¢ntico donde encontrar actuaciones en vivo, aparte del canal de Los 40. Mientras tanto, lo ¨²nico rese?able es Un lugar llamado mundo, que desde 2013 se ha visto como un oasis sin una gran continuidad en La Sexta y Canal+ ¡ªahora Movistar+¡ª con su atractivo formato de entrevistas y conciertos bajo el formato de contenido patrocinado por una marca de cerveza.
Cuando m¨¢s m¨²sica suena en todas partes y m¨¢s iniciativas hay en la industria por los formatos en directo, m¨¢s hu¨¦rfana est¨¢ la parrilla. El problema, seg¨²n los responsables de las cadenas, son las bajas cifras de audiencia. Son una sentencia de muerte antes incluso de nacer. A esta supuesta irrelevancia se suma otro inconveniente. Posiblemente el m¨¢s determinante. La m¨²sica se ha convertido en un problema por culpa de la gesti¨®n de los derechos de autor. Reconocen que el alto canon que las entidades ponen en la gesti¨®n de los derechos lleva a no apostar por este tipo de programas. De hecho, cuentan con sus propias librer¨ªas musicales para ahorrarse el pago. Y lo m¨¢s sangrante: la realidad muestra que m¨¢s canales en la peque?a pantalla no han tra¨ªdo m¨¢s visibilidad en esta oferta cultural mientras, sin embargo, abundan los espacios de talentos musicales ¡ªeso dicen¡ª como La voz, que nada tiene que ver con el desarrollo informativo y cultural de la m¨²sica y mucho con el mero entretenimiento intrascendente. Una chorrada. Nunca antes hab¨ªamos estado tan mal en televisi¨®n musical.
El maravilloso programa de Jools Holland
A diferencia de Espa?a, los musicales son un producto consolidado en el extranjero. Buenos casos son los de Estados Unidos, Francia y Reino Unido, que gozan de una oferta impensable para la parrilla espa?ola. Especialmente destacado es el Later... with Jools Holland de la cadena brit¨¢nica BBC. La televisi¨®n p¨²blica de las islas lleva a?os ofreciendo este maravilloso contenido musical, dirigido por el h¨¢bil Jools Holland, fundador de la banda Squeeze y conocido por ser un notable relaciones p¨²blicas de la m¨²sica brit¨¢nica. En su programa, entrevista a todo tipo de artistas, desde estrellas de primer nivel a debutantes o m¨²sicos de segunda fila. Pero nada comparado con sus conciertos, en los que a los invitados se les puede ver tocar canciones ¡ªsiempre tres¡ª enteras de sus ¨²ltimos discos. Estas actuaciones, que cuentan con una gran producci¨®n televisiva, terminan por ser un contenido muy demandado en YouTube.
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