Los espectadores venezolanos se refugian en los canales por suscripci¨®n
Los clientes de los canales de pago han crecido ante el ocaso de la programaci¨®n nacional
Las antenas parab¨®licas son un accesorio com¨²n en las viviendas en Venezuela. Un 68% de las familias ha hallado un refugio para la distracci¨®n en los canales de suscripci¨®n ante un ocaso de la programaci¨®n en las emisoras de este pa¨ªs. La afici¨®n de la audiencia a la televisora por suscripci¨®n casi se ha duplicado en los ¨²ltimos cuatro a?os. El vertiginoso aumento de los clientes de estos canales de pago tambi¨¦n ha coincidido con un crecimiento de las obligatorias transmisiones de los mensajes gubernamentales (conocidos como cadenas entre los venezolanos).
El presidente Nicol¨¢s Maduro es el protagonista en las cadenas. O, por lo menos, el rostro cotidiano. El mandatario suele hablar de la revoluci¨®n, soltar un insulto contra la oposici¨®n o tal vez invitarlos al di¨¢logo, hace chistes o anuncia medidas econ¨®micas y programas sociales. Tambi¨¦n, en ocasiones, cede el espacio en televisi¨®n para la transmisi¨®n del Noticiero de la patria ¨Cantiguamente llamado Noticiero de la verdad¨C que ¨¦l mismo orden¨® crear en 2013, el a?o que asumi¨® la jefatura del Estado en Venezuela. Este telenoticiero pudiera evocar a 1984, el cl¨¢sico literario de George Orwell, por su nombre originario. Pero Maduro ha aclarado que el programa s¨®lo tiene una misi¨®n: ser ¡°una nueva modalidad de comunicaci¨®n¡± para ¡°resumir varias actividades¡± del Gobierno.
Las cadenas sorprenden a los televidentes. No tienen l¨ªmites, tampoco un horario establecido ni una pausa comercial. Entre 2012, cuando Maduro tom¨® el poder de forma provisional en Venezuela producto de la agon¨ªa de su antecesor Hugo Ch¨¢vez (fallecido en marzo de 2013), y el mes de julio de este a?o se han transmitido m¨¢s de 575 horas de cadenas, seg¨²n un conteo hecho por la organizaci¨®n Monitoreo Ciudadano.
La obligatoriedad de los mensajes presidenciales no es una invenci¨®n del Gobierno. Pero s¨ª se han acentuado con el ascenso del chavismo al poder, dice Luisa Torrealba, una investigadora en comunicaciones de la Universidad Central de Venezuela, quien ha llevado el pulso al tema: ¡°Los mandatarios tienen derecho a emitir mensajes en cadena nacional, para hacer anuncios de inter¨¦s p¨²blico. No obstante, en los ¨²ltimos a?os se ha hecho un uso abusivo de este mecanismo para, incluso, dirigir propaganda del Gobierno o descalificar a los adversarios al presidente¡±.
La afici¨®n por los filmes
Mientras comienza una cadena, Jean Franco Rojas, el padre de una familia que vive en el oeste de Caracas, se aferra al mando para cambiar un canal tras otro. ¡°Quiero entretenerme. S¨®lo el cable (televisoras por suscripci¨®n) me ayuda en esto¡±, dice. El hombre ha elegido como una distracci¨®n el filme The Fast and the Furious: A todo gas. La afici¨®n por las pel¨ªculas predomina en las audiencias de este pa¨ªs. Seg¨²n una encuesta del Ministerio para la Cultura hecho en 2015, los venezolanos prefieren las pel¨ªculas, seguido de los programas de entretenimiento y de los culebrones. El mismo estudio revela que un 79% elige un canal por suscripci¨®n por encima de las locales.
La programaci¨®n de los canales venezolanos es controlada por el Estado. El Gobierno prohibi¨® a las cadenas la emisi¨®n de contenidos que promuevan la violencia y el narcotr¨¢fico en 2014. En noviembre, el Estado desat¨® una pol¨¦mica cuando vet¨® la serie basada en el libro de Arturo P¨¦rez Reverte, La reina del sur.
Seis a?os antes, la Comisi¨®n Nacional de Telecomunicaciones de Venezuela suspendi¨® las telenovelas colombianas El Capo y Rosario Tijeras cuyas tramas estaban centradas en el tr¨¢fico de drogas. Ambas, transmitidas entonces por canales de este pa¨ªs, ten¨ªan una alta audiencia.
Los tradicionales culebrones
Los televidentes venezolanos son fieles a los culebrones. Este pa¨ªs sudamericano gan¨® fama como exportador de telenovelas hace 20 a?os. Cristal, Kassandra, Por estas calles, conformaron el exitoso repertorio de los dramas televisados que se produjeron en esta naci¨®n.
Pero la primavera de las telenovelas venezolanas parece estar en su cap¨ªtulo final. Este pa¨ªs sudamericano se ha ubicado en el ¨²ltimo escalaf¨®n de 12 naciones ¨Centre ellas Espa?a¨C en la producci¨®n de series dram¨¢ticas en 2014, seg¨²n el anuario del Observatorio Iberoamericano de la Ficci¨®n Televisiva de 2015.
Un 14% de la audiencia venezolana todav¨ªa prefer¨ªa encender el televisor para seguir una historia rosa hasta el a?o pasado, sin embargo. Muchos de los culebrones sintonizados son extranjeros, otros repeticiones y en una menor cantidad se proyecta un estreno nacional.
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