Sonrisa intemporal
El escritor mexicano Jorge F. Hern¨¢ndez recuerda a su colega y amigo Ignacio Padilla, muerto este s¨¢bado en un accidente de tr¨¢fico a los 48 a?os
Envidia. Sobre todo era envidia lo que conllevaba la admiraci¨®n por la obra de Ignacio Padilla, cuya muerte tan joven nos deja con un vac¨ªo multiplicado de tristezas. Habiendo ganado tanto (en n¨²meros crecientes de lectores, en premios literarios y prestigio), Nacho ten¨ªa a¨²n tanto por dar, y quedan dolorosamente pendientes todos los libros con los que d¨¢bamos por hecho su vejez. Aunque la presencia de su literatura est¨¢ garantizada, no s¨®lo por la elevada calidad de su prosa y las chispas de su ingenio incandescente, sino tambi¨¦n por la variedad de g¨¦neros que conquist¨®: era un autor de libros para ni?os de m¨¢s de una generaci¨®n y de tiempos por venir, era un cuentista consumado, y un novelista con al menos una obra maestra donde, como Borges, confirma que la eternidad es el instante leve que transcurre sobre el silencio de un tablero de ajedrez, sobre un tren que atraviesa la niebla del tiempo o en la sonrisa que siempre llevaba en el rostro Ignacio Padilla. Saludaba sonriendo con esa gracia que empieza por los ojos y la mirada poco a poco se volv¨ªa palabra; le¨ªa en voz alta con entonaciones y gestos que manten¨ªan su boca en media luna, e incluso callado y oyente, Nacho parec¨ªa sonre¨ªr.
Confieso la envidia que destila la admiraci¨®n que le profeso sabiendo que no todos los escritores aceptar¨¢n en p¨²blico reconocerla. Padilla, el que gan¨® con un cuento el Premio Nacional de las Juventudes Alfonso Reyes en 1989, el Premio Nacional Juan Rulfo para Primera Novela en 1994, el Premio Internacional Primavera de Novela en 2000,? el Premio Mazatl¨¢n de Literatura en 2007, muchos otros reconocimientos, y no pocos miles de lectores. Padilla, amigo de sus amigos, que juntos lanzaron la campanilla como despertador para un pa¨ªs en desesperada b¨²squeda, o reencuentro con sus lectores. Padilla, el ensayista ingenioso y vivaz, constante promotor de la lectura y agudo cervantista de renovadas lecturas m¨²ltiples alrededor del Quijote. Ignacio Padilla, nacido en 1968, que no lleg¨® a cumplir el medio siglo de vida, y que deja en cada p¨¢rrafo y en el conjunto de sus p¨¢ginas su sonrisa ya intemporal.
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