¡°El periodismo hoy se parece al burrito triste de ¡®Winnie the Pooh¡¯¡±
Acaba de aparecer uno de los libros recopilatorios de la escritora, 'Los placeres y los d¨ªas', donde recopila ¡°aquello que me dio m¨¢s placer escribir¡±
Dijo aqu¨ª Alma Guillermoprieto, una de las mejores reporteras del mundo, que el oficio al que hab¨ªa dedicado sus esfuerzos desde que quiso cubrir la revoluci¨®n de Nicaragua, en 1977, se estaba acabando¡ Lo estaban matando, dec¨ªa entonces, ¡°el sentimentalismo, la condescendencia, la pobreter¨ªa¡±. Como el cad¨¢ver del famoso poema de C¨¦sar Vallejo, ese oficio nuestro ha seguido muriendo, pero sigue teniendo a bordo a esta mujer que naci¨® en M¨¦xico en 1949, forma parte de la Fundaci¨®n para el Nuevo periodismo fundada por Garc¨ªa M¨¢rquez, ha escrito o escribe para The Washington Post y para New Yorker y ha recogido en libros fundamentales del periodismo contempor¨¢neo algunos de sus m¨¢s c¨¦lebres trabajos.
Ahora acaba de aparecer uno de esos libros recopilatorios de Alma Guillermoprieto, Los placeres y los d¨ªas (Almadia, M¨¦xico), donde recopila ¡°aquello que me dio m¨¢s placer escribir¡±. Ah¨ª est¨¢n el grupo cubano Buenavista Social Club, Celia Cruz o las luchadoras cholitas de Bolivia. En este momento est¨¢ trabajando sobre ¡°el inminente acuerdo de paz entre las FARC y el Gobierno colombianos, que a tantos nos tiene contentos¡±.
Pregunta. ?Por qu¨¦?
Respuesta. ?Las FARC llevan 52 a?os peleando una guerra que nunca tuvieron posibilidades de ganar! Hasta una pesimista cr¨®nica como yo piensa que es mejor un pa¨ªs sin guerra que un pa¨ªs con guerra. Las tareas pendientes de la posguerra ¨Cel desminado de las zonas rurales, la justicia para las v¨ªctimas, la repartici¨®n de tierras, la reintegraci¨®n de los combatientes a la vida civil¡ªdeterminar¨¢n si la paz dura o no¡ Y, claro, falta la otra paz, con el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional, que est¨¢ muy en veremos todav¨ªa.
A Alma Guillermoprieto le parece que ahora hay mejor tiempo para la zona. ¡°Estoy contenta¡±, dice, ¡°porque pude ir a La Habana para cubrir la visita de Barack Obama. Entre la normalizaci¨®n de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba (?hasta cu¨¢ndo se pod¨ªa mantener esa reliquia est¨²pida de la guerra fr¨ªa?) y el fin de la guerra en Colombia, siento que est¨¢ terminando toda una ¨¦poca que marc¨® mi vida y mi trabajo. Ser¨¢ un alivio voltear a ver otras cosas¡±.
Pero no es tan buen tiempo para el oficio, como advert¨ªa hace siete a?os en este mismo peri¨®dico. Para ella, el periodismo hoy se parece al burrito de Winnie the Pooh. ¡°Ese burro de peluche est¨¢ deprimido siempre y siempre piensa que lo peor es lo que va a ocurrir y que nada bueno va a pasar. Y yo pienso que el periodismo, ahora, se parece a ese burrito Igor, que anda permanentemente triste por la vida¡±.
?Y qu¨¦ le ha pasado al burrito? ¡°Que no lo quieren, que nadie lo quiere. Mira lo que pasa en la campa?a electoral en los Estados Unidos: lo que les fascina a Trump y a los suyos es tirarle piedras al periodismo, y eso se gana, en sus filas, un aplauso enorme. Creo que pasa tambi¨¦n en Am¨¦rica Latina y que en Espa?a lo que sucede no es diferente¡±.
¡°?Qu¨¦ he hecho yo para merecer esto?¡±, se hace Alma Guillermoprieto la pregunta de Almod¨®var. ¡°Yo siempre pienso que ellos viven en el error y que yo soy una santa¡ Pero no, no somos santos. De pronto hemos hecho mal en no acompa?ar a la gente en sus verdaderas preocupaciones. Somos finalmente una minor¨ªa, parte de una ¨¦lite, aunque muchos periodistas provengamos de las clases populares. Pero ya de hecho somos una ¨¦lite y nos ocupamos de las cosas que les preocupan a las clases liberales. Una de las cosas que descubr¨ª en la revoluci¨®n es que a la mayor¨ªa de la gente no le interesa la revoluci¨®n. Lo que quieren es vivir en paz y a nosotros los periodistas nos interesan las revoluciones. As¨ª que yo creo que ah¨ª hay ese desfase entre los periodistas y la gente.
Para ella, Internet tiene que ver con esa borrasca. ¡°Ha hecho estragos. Ha roto la plaza p¨²blica de las opiniones diferentes, y ha hecho que acudan a esa plaza multitudes que buscan a quienes opinan lo mismo que ellos. Para alguien que estudia en Texas sobre el arte renacentista en Ravenna, Internet es una bendici¨®n, porque tiene accesos a los archivos de aquella universidad italiana. Y para el periodismo ha sido una bendici¨®n tambi¨¦n, porque podemos mandar nuestras cr¨®nicas de inmediato, y salen como las enviamos. Y, adem¨¢s, ha sido una bendici¨®n para el periodismo porque las investigaciones previas las podemos hacer a gran profundidad. Pero tambi¨¦n ha tra¨ªdo grandes castigos. Uno de ellos es que la gente ya no tiene que acudir a m¨ª para recibir informaci¨®n, puede acudir al vecino que estaba en el lugar de los hechos. Mira lo que pas¨® con el Chapo: lo que se vio fue el famoso vide¨ªto que alguien tom¨® con su tel¨¦fono. Eso est¨¢ ah¨ª y eso vale mucho m¨¢s que una profunda investigaci¨®n sobre los antecedentes del Chapo¡±.
P. ?Y entonces cu¨¢l es nuestro papel?
R. Yo sigo pensando que nuestro papel es ser el espacio donde la gente recibe la informaci¨®n necesaria para entender. Ese es nuestro papel: el espacio donde la gente puede sentarse a reflexionar, el lugar donde nosotros ayudamos a la reflexi¨®n con informaci¨®n que no se percibe s¨®lo con una imagen.
Internet ha llenado el mundo de opiniones, dichas a bote pronto. ¡°Y de informaci¨®n chueca [falsa], las dos cosas. Cualquier opini¨®n basada en una informaci¨®n de esas caracter¨ªsticas es buena si a m¨ª me conviene, si est¨¢ de acuerdo con lo que yo pienso¡ No hay m¨¢s que ver los comentarios que se publican despu¨¦s de los an¨¢lisis o reportajes: odio y rabia que se canalizan como si fueran, tambi¨¦n, opiniones. No quiero parecer santona, pero ah¨ª se produce lo peor de Internet, el odio y la rabia. Pero, ojo, hay mucho periodismo en Internet que es excelente¡±.
P. El periodista ahora es multimedia. ?Cu¨¢l es su definici¨®n del periodista hoy?
R. Hay muchos periodistas. Yo suelo hablar del periodista que quisiera ser: equitativa, que trata de seguir una cierta orientaci¨®n moral en cuanto a lo que quiere reportear¡ En fin, que quisiera estar llena de virtudes. Pero, qu¨¦ va, tambi¨¦n manipulo, por mucho que trate de no hacerlo. Vi debates entre republicanos norteamericanos durante la campa?a para elegir a Trump y la manipulaci¨®n era atroz, los ataques a los candidatos dem¨®cratas eran desvergonzados¡ ?Los periodistas que los segu¨ªan eran de veras objetivos, no estaban siendo manipulados? Los procesos de Internet hacen que est¨¦ ausente la edici¨®n que ayuda a moderarte un poco. Creo que al periodismo lo que le falta es el proceso de edici¨®n. Los editores son la gran ausencia en Internet, porque ellos obligan a no potenciar nuestro lado d¨¦bil, el que se acomoda a lo que oye. La figura del editor es la gran p¨¦rdida de Internet.
P. Y cuando interviene el editor y se?ala que una informaci¨®n no se puede dar aparece la acusaci¨®n de censura¡
R. ?Claro! Y la censura es una cosa muy diferente. La censura es no permitir los datos no corroborados, no permitir la propagaci¨®n del odio, del racismo¡ Escribes lo que sabes y corroboras¡ El editor que cumple ese papel es un moderador. Hay quienes equiparan editar a censurar. Y yo estoy muy feliz con mis editores, que quieren mejorar lo que yo haga. Una parte del desprestigio del periodismo en Am¨¦rica Latina es que nunca hubo editores de rengl¨®n, como se los llama, editores que verdaderamente revisen cada rengl¨®n de un texto.?
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