El apasionante Mercader
No hay personajes m¨¢s cinematogr¨¢ficos que los peque?os, los alejados del foco principal
No hay personajes m¨¢s cinematogr¨¢ficos que los peque?os, los alejados del foco principal, los que sin embargo podr¨ªan haber cambiado el curso de la Historia de la Humanidad. Le¨®n Trotski, pol¨ªtico ruso, pesadilla de Stalin, es un mito; pero el mito verdaderamente cinematogr¨¢fico, el ambiguo, el sibilino, el inquietante, el apasionante, fue Ram¨®n Mercader, su asesino. "El mundo que envuelve a los Mercader es inexplicable sin la seducci¨®n, por un lado, de las ideas revolucionarias, pero tambi¨¦n sin la voluntad de ser vanguardia, incluso con una cierta carga de esnobismo", dec¨ªa Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n en Asaltar los cielos (1996), apuntando parte del atractivo de aquel comunista espa?ol. Una aureola que conoc¨ªan Javier Rioyo y Jos¨¦ Luis L¨®pez Linares, autores de aquel documental, y que tambi¨¦n conoce Antonio Chavarr¨ªas, director de El elegido, la cr¨®nica minuciosa de aquel crimen, y el retrato de un hombre sin nombre maravillosamente inveros¨ªmil.
EL ELEGIDO
Direcci¨®n: Antonio Chavarr¨ªas.
Int¨¦rpretes: Alfonso Herrera, Hannah Murray, Elvira M¨ªnguez, Julian Sands, Henry Goodman.
G¨¦nero: drama. Espa?a, 2016.
Duraci¨®n: 125 minutos.
Lejos del tono de la magn¨ªfica El asesinato de Trotski (Joseph Losey, 1972), la pel¨ªcula m¨¢s famosa sobre el suceso, g¨¦lida, conceptual, como casi todo el cine de Losey, creativa y de autor, El elegido opta por la did¨¢ctica, por el valor de la narraci¨®n sin aspavientos, de creciente inter¨¦s, con variados puntos de vista, ideales, objetivos, personalidades, nacionalidades, y articula un muy meritorio relato que fluye por m¨²ltiples vertientes gen¨¦ricas: la cr¨®nica de esp¨ªas, el discurso pol¨ªtico, el suspense, la biograf¨ªa hist¨®rica, el policial, la disputa familiar y hasta el amor. Una producci¨®n seguramente ajustada, pero que enmascara bien sus carencias presupuestarias con la imaginaci¨®n en la puesta en escena (las secuencias de la Guerra Civil) y el buen trabajo en el envoltorio formal.
La paciencia casi inexplicable del infiltrado, del creador de un personaje insostenible, tiene en Mercader a uno de sus paradigmas, en una pel¨ªcula en la que sus subtextos, el ideal verdadero frente al peligro sectario, la desuni¨®n de la izquierda, y la gangrena de creerse inferior frente a la todopoderosa madre, se exponen sin subrayados. Chavarr¨ªas (Volver¨¢s, Las vidas de Celia, Dictado), al que no se le conocen resbalones de importancia, sigue a lo suyo. Pero su nombre, como el de Mercader, es otro misterio casi invisible.
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