El mal a secas
Las ¨²ltimas pel¨ªculas de terror muestran un cambio en el comportamiento de sus protagonistas: ya no hay excusas ni justificaciones, solo violencia y muerte sin coartadas
Algo ha cambiado en la sociedad y en el cine de los ¨²ltimos a?os. Hasta hace poco, los miedos, los terrores del ser humano eran reflejados en el arte ¡ªcine, literatura, teatro...¡ª de forma elaborada, con cierta explicaci¨®n plausible que daba alguna paz al espectador y al lector. Si hab¨ªa zombies, era a causa de una infecci¨®n. Si un asesino en serie se dedicaba a descuartizar v¨ªctimas a troche y moche, la culpa de ese comportamiento se buscaba en un terrible acontecimiento de su infancia. Una justificaci¨®n explicaba el ba?o de sangre. Hoy, en cambio, las pel¨ªculas muestran al mal manifest¨¢ndose porque s¨ª, como un fantasma que recorre las calles y golpea a la gente sin explicaci¨®n.
Porque as¨ª ocurre en la vida real. ¡°El mal es arbitrario. Lo que ocurre es que cambian las explicaciones del mal a lo largo de la historia¡±, explica Luis Mui?o, psic¨®logo y psicoterapeuta. ¡°F¨ªjate en la literatura g¨®tica, en obras como El monje o Dr¨¢cula, que defienden una antiteolog¨ªa: el malvado tiene una raz¨®n para hacer sus cosas. Existe una narrativa que muestra el mal como opuesto al bien¡±. El cine se agarra a ese juego en el g¨¦nero de los psycho killer o asesinos psic¨®patas: ¡°Hay un desarrollo para comprender su comportamiento¡±, incide el psic¨®logo. ¡°Para los expertos, pajas mentales. Ojal¨¢ el mal tuviera una ra¨ªz. Mira, todos podemos ser malvados, el mal no posee explicaci¨®n. Los seres humanos la necesitamos para reconfortarnos¡±.
El cine madura en el siglo XXI y empieza a estrenar pel¨ªculas que muestren lo que ocurre a nuestro alrededor. El terrorismo yihadista ha llevado la muerte a cualquier rinc¨®n del planeta, sin que nadie puede preverla. Si hace unos meses el mal se ense?oreaba por el metraje de La bruja, donde una familia de colonos en la Nueva Inglaterra de 1630 deven¨ªa en caldo de cultivo de brujer¨ªa, o de The Green Room, en la que un grupo de punk rock se encuentra atrapados en un rec¨®ndito club musical neonazis asesinos, ahora en cartelera coinciden Nunca apagues la luz, de David F. Sandberg, y No respires, de Fede ?lvarez, uruguayo que triunfa en Hollywood con su nueva visi¨®n del terror, y que hoy se estrena en Espa?a. El ser humano es depredador del ser humano sin m¨¢s ni m¨¢s. Jeremy Saulnier, director de The Green Room, apunta: ¡°En mi infancia viv¨ª en una ciudad realmente violenta, Washington D. C. ?Si hab¨ªa nazis? Pues s¨ª, formaban parte de aquel ecosistema. La violencia atra¨ªa a mucha gente distinta¡±. Porque el mal es atractivo. ¡°De acuerdo, pero sin explicaci¨®n¡±, incide Mui?o. ¡°Es simple y arbitrario, conclusi¨®n que no nos gusta. No s¨¦ si estamos madurando como para reflejarlo as¨ª en pantalla. Parece que s¨ª, que vamos aceptando que las cosas pasan sin control¡±.
Nunca apagues la luz no tiene ni la contundencia ni el gusto por el terror puro de Lights out, el cortometraje de 2013 de Sandberg semilla de su salto al largo, con unos extraordinarios tres minutos que le sirvieron de presentaci¨®n en Hollywood. Miedo por el placer de meter miedo. En cuanto a ?lvarez, ya dirigi¨® en EE UU la nueva versi¨®n de Posesi¨®n infernal (2013), y sabe lo que es plasmar el terror en pantalla. Lo confirma No respires: ¡°En mis pel¨ªculas vierto mis miedos. Porque cuando escribes guiones de este g¨¦nero no puedes hacer una labor de dise?o, pensando en qu¨¦ cosas dan miedo a qu¨¦ gente. No funciona. Tienes que bucear en tus miedos primarios¡±.
Sociedad en cambio
El uruguayo tambi¨¦n cree que la sociedad est¨¢ cambiando, aunque en No respires s¨ª haya justificaci¨®n a las acciones de los personajes. A cambio, diluye, emborrona las fronteras entre el bien y el mal¡±. ¡°Bueno, depuro el miedo, ?no? No hay que olvidar que los grandes maestros del suspense demostraron que con mucho menos se pod¨ªa hacer mucho m¨¢s. En Psicosis, en la secuencia de la ducha el cuchillo nunca corta la carne en pantalla¡±. En su guion juega con algo que ocurre en la vida: ¡°Nunca sabemos c¨®mo acaban las historias. Nunca. Eso lo aplico a No respires. Nunca puedes vislumbrar su final. Un espectador puede formular una resoluci¨®n correcta porque moralmente deber¨ªa de ser as¨ª... Sin embargo, en la vida real no mueren los malos ni sobreviven los buenos. La gente muere. Punto. Lo que da m¨¢s miedo a la gente es lo que no puede entender¡±.
En No respires, la violencia choca con la violencia. ¡°Como ocurre en la sociedad actual, ?verdad? Aqu¨ª en EE UU vivimos un gran debate sobre qu¨¦ justifica o no disparar. Ahora bien, una cosa es el debate te¨®rico y otra, el d¨ªa a d¨ªa, los asesinatos diarios en tiroteos sin causa¡±.
Al final, el psicoterapeuta Luis Mui?o insiste. ¡°No depende ni de tu estilo de vida ni de tu ¨¦tica: t¨² y yo podemos ser malvados¡±.
Babelia
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