¡°El ¨¦xito est¨¢ mal visto¡±

Jorge Luis Borges nunca recibi¨® el Nobel de Literatura. Estuvo, eso s¨ª, en muchas quinielas. En una ocasi¨®n, le preguntaron qu¨¦ opinaba del galard¨®n. ¡°Todos corremos ese riesgo¡±, contest¨®. Y ?scar Mart¨ªnez (Buenos Aires, 1949) lo recuerda ahora para describir a su personaje. Porque El ciudadano ilustre, de Gast¨®n Duprat y Mariano Cohn, que el actor protagoniza, arranca justo all¨ª donde Borges no pudo estar: el escritor ficticio Daniel Mantovani recibe el galard¨®n literario m¨¢s prestigioso.

Lejos de celebrarlo, desde el atril critica a la Academia Sueca por una elecci¨®n ¡°c¨®moda¡± y se ataca a s¨ª mismo: los artistas han de ¡°sacudir¡±, mientras que el galard¨®n demuestra que ¨¦l ya se acerca al declive. Cae el silencio. Pero, tras unos segundos g¨¦lidos, llueven los aplausos. Y muy positiva ha sido tambi¨¦n la acogida del filme argentino ¨Ccoproducido con la espa?ola A Contracorriente- en el festival de Venecia, donde se presentaba este domingo en la competici¨®n oficial.

Cinco a?os despu¨¦s, Mantovani se ha hundido en la apat¨ªa. Se aburre en su casa de Barcelona, ya no escribe y rechaza cualquier compromiso promocional. Hasta que recibe una invitaci¨®n de su pueblo natal, Salas. En teor¨ªa, quieren nombrarle ciudadano ilustre. En la pr¨¢ctica, el regreso a Argentina del hijo pr¨®digo se convertir¨¢ en pesadilla: resulta que su gloria literaria est¨¢ basada en novelar los defectos del pueblo y la alegr¨ªa de los vecinos se transforma pronto en hostilidad.

¡°Creo que el ¨¦xito est¨¢ mal visto. Si lo tienes, algo habr¨¢s hecho. Hay un cierto resentimiento colectivo. Por eso, Salas es una met¨¢fora de la Argentina¡±, considera Mart¨ªnez. Y explica que a un autor argentino real, Manuel Puig, le pas¨® algo parecido: su ciudad pas¨® de amarle a odiarle porque consideraba que hab¨ªa triunfado a costa de airear sus trapos sucios ante el mundo.

¡°Fue una pel¨ªcula dif¨ªcil de rodar, dos veces estuvimos a punto, con los contratos firmados, y todo se frustr¨®. Pero siempre me encant¨® el personaje: me fascina el mundo de los escritores y he consumido mucha literatura sobre su oficio y sus man¨ªas¡±, agrega Mart¨ªnez. El int¨¦rprete cree que los actores est¨¢n m¨¢s ¡°adiestrados¡± a la relaci¨®n con el p¨²blico, mientras que los autores son a menudo presas de cierta fobia, pero ambas profesiones comparten ¡°la vanidad¡±: ¡°El problema es cuando todo se reduce a eso. Es inevitable, pero se trasciende cuando est¨¢ al servicio de grandes obras e ideas. Si no, eres un fantoche¡±.

Tras mucho teatro y televisi¨®n, fue Dami¨¢n Szifr¨®n con Relatos Salvajes quien volvi¨® a poner a Mart¨ªnez bajo los focos del cine. Desde entonces, de Paulina a K¨®blick, no ha parado. Y en Venecia presenta tambi¨¦n Inseparables, remake de la comedia francesa Intocable. El m¨¦rito, cree, es tambi¨¦n del auge del cine argentino: ¡°Entre Szifr¨®n, Duprat y Cohn, Santiago Mitre o Pablo Trapero, hay varios directores de entre 30 y 40 a?os muy buenos, cada uno con su universo creador¡±.