Desangelado homenaje a V¨ªctor Barrio
El torero muerto estuvo en la mente de todos, pero no en el ruedo. Una buena ocasi¨®n perdida
La plaza de Valladolid luc¨ªa espl¨¦ndida, llena hasta la bandera, como debiera ser cada tarde; en el recuerdo, el torero desaparecido, V¨ªctor Barrio, que accedi¨® a la gloria tras pagar el alto precio de su propia vida; la madre, la viuda y la hermana, presentes en el tendido, y todo parec¨ªa preparado para un homenaje ¨²nico, c¨¢lido y emocionante.
Pero no fue as¨ª. La organizaci¨®n del espect¨¢culo no estuvo a la altura deseada. Para empezar, no hubo una sola imagen que recordara al torero homenajeado; ni una palabra, ni un solo gesto m¨¢s all¨¢ de los brindis a la familia y al cielo. Estaba previsto que, al finalizar el pase¨ªllo, se entregara a la familia un capote con los mensajes que aficionados y admiradores de Barrio hab¨ªan enviado por Twitter, pero el acto no se celebr¨®. En fin, que el torero muerto estuvo en la mente de todos, pero no en el ruedo. Una buena ocasi¨®n perdida. Una loable intenci¨®n de la Fundaci¨®n del Toro de Lidia, mal ejecutada.
Cinco ganader¨ªas/Seis toreros
Por orden del lidia, toros de Juan Pedro Domecq, N¨²?ez del Cuvillo, Zalduendo, Domingo Hdez, Victoriano del R¨ªo, y N¨²?ez del Cuvillo, just¨ªsimos de presentaci¨®n, nobil¨ªsimos y muy blandos. Al cuarto se le dio la vuelta al ruedo sin motivo.
Juan Jos¨¦ Padilla: estocada baja (oreja).
Jos¨¦ Tom¨¢s: estocada trasera y un descabello (oreja).
Morante de la Puebla: media estocada ca¨ªda (dos orejas).
El Juli: estocada ca¨ªda (dos orejas).
Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares: media estocada (ovaci¨®n).
Alejandro Talavante: estocada (dos orejas y rabo).
Plaza de toros de Valladolid. Corrida homenaje a V¨ªctor Barrio. Primera de feria. Asisti¨® desde una barrera la Infanta Elena, acompa?ada por su hija Victoria Federica. 4 de septiembre. Lleno.
Por otra parte, la corrida como tal no resiste una cr¨ªtica seria. Que seis toreros, considerados como grandes figuras de la actualidad, decidan rendir homenaje a un compa?ero muerto en el ruedo y se anuncien con seis becerrotes que parec¨ªan escogidos por su manifiesta invalidez y excesiva bondad, no es de recibo. Al menos, no parece juicioso.
Aunque solo fuera por lo dificultosa que fue la carrera taurina de Barrio, y porque est¨¢ muerto, que es algo muy serio, sus compa?eros debieron presentarse en Valladolid con una corrida mejor presentada y de or¨ªgenes menos comerciales. Los nombres de Juan Pedro, N¨²?ez del Cuvillo, Zalduendo, Domingo Hern¨¢ndez, Victoriano del R¨ªo no figuran, precisamente, en el frontispicio de la fortaleza y la casta. Y as¨ª lo corroboraron los seis ejemplares que salieron al ruedo: asardinados -Valladolid es plaza de segunda, pero los toros eran chicos-, inv¨¢lidos, descastados y de desbordante nobleza; tanta dulzura que no motivaban la m¨¢s m¨ªnima emoci¨®n en sus cortas embestidas.
Aun as¨ª, ya se sabe que el espectador moderno prefiere el arte con becerros que haza?as con toros. Y as¨ª fue, a medias.
No hubo faena grande a pesar de la generosa disposici¨®n del p¨²blico, que quiso ver arte donde solo aflor¨® disposici¨®n. Pero s¨ª se desgranaron detalles porque clase atesoran los seis actuantes.
Morante cort¨® las dos orejas de su toro. No fue la suya una tarde de inspiraci¨®n, pero s¨ª de alegre disposici¨®n. Le toc¨® un animal birrioso, con el que se mostr¨® decidido a la ver¨®nica y afanoso con la muleta; sobre todo, en un inspirado inicio en el que mezcl¨® ayudados con molinetes y el obligado de pecho. Abus¨® del pico, pero destacaron m¨¢s sus detalles de inspiraci¨®n. Mat¨® mal, pero con rapidez y pase¨® dos orejas que supieron a gloria de segunda.
El Juli pech¨® con ¡®la tonta del bote¡¯ del festejo, que se qued¨® sin medio pit¨®n derecho al comienzo del ¨²ltimo tercio, pero nadie mostr¨® queja alguna. Lo veronique¨® con lucimiento, brill¨® por zapopinas y gust¨® en una faena larga y poco vistosa.
La tarde la abri¨® Padilla, con otro animal tan noble como soso. Se esper¨® con las banderillas y casi nada dijo muleta en mano.
Manzanares tuvo peor suerte; uno de los m¨¢s inv¨¢lidos le toc¨® en suerte, y por all¨ª anduvo el torero, decidido, pero escasamente artista.
Y lo mejor corri¨® a cargo de Talavante, con el torete que m¨¢s se movi¨® en los tres tercios.
Encandil¨® al p¨²blico con el capote, brillante a la ver¨®nica, y espectacular de frente por detr¨¢s, y corrobor¨® su labor con una encomiable actitud torera con la muleta. Abus¨® de las arrucinas, pero destac¨® su capacidad de improvisaci¨®n y su deseo de triunfo. Mat¨® de una efectiva estocada y pase¨® las dos orejas y el rabo.
?Y Tom¨¢s? Su toro era un novillo sin cara, como los dem¨¢s; y sin fiereza, y sin fuerza, y sin casi nada. Se esforz¨® a la ver¨®nica y traz¨® tres de bella factura, y se luci¨®, despu¨¦s, en un quite por chicuelinas. Muleta en mano puso m¨¢s su disposici¨®n que la casta del toro. Muy parado, se vino pronto abajo y desluci¨® el af¨¢n del maestro.
El festejo acab¨® bien con el triunfo de un innovador Talavante, pero queda la duda sin consigui¨® el efecto deseado: homenajear como merece un torero muerto y engrandecer la tauromaquia. Se admiten dudas.
?Corrida ben¨¦fica?
?El homenaje a Barrio era una corrida ben¨¦fica? Parece que s¨ª, pero no est¨¢ nada claro. Al menos, la Fundaci¨®n del Toro de Lidia, organizadora del mismo, no lo ha comunicado oficialmente.
Se ha hablado de que los beneficios de la corrida se dedicar¨¢n, por un lado, a erigir un monumento al torero muerto, y, por otro, a la difusi¨®n y defensa de la tauromaquia.
Parece que los toreros actuantes no han cobrado. As¨ª lo confirmaba un miembro de la Fundaci¨®n a este peri¨®dico. Pero, ?y los ganaderos? Y la respuesta ya no era tan taxativa.
Por otro lado, la corrida est¨¢ incluida en el abono de la feria de Valladolid, lo que supone que el empresario deber¨¢ tener alg¨²n beneficio de la misma. En fin, de nuevo la oscuridad tan manifiesta del mundo del toro.
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