Felicidades, Helga
Helga de Alvear celebra la fiesta de su 80 cumplea?os. El tiempo se ha pasado en un soplo y ha preservado la mirada, la sonrisa y el entusiasmo que esta ni?a hospitalaria
![Helga de Alvear, en su galería.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/6A5RRYKIVOSWCHDXGC2CS2N75I.jpg?auth=06339fc03f84816abd7633f00deca760322aedd9af7f025ab6c93290e085d902&width=414)
Hace unas semanas, preparando un art¨ªculo sobre Alberto Greco y su legado en aquel Madrid oscuro de los 60, me tropec¨¦ con la foto de una jovenc¨ªsma Helga de Alvear. Me llam¨® la atenci¨®n c¨®mo ambas Helgas, la de entonces y la de ahora, segu¨ªan compartiendo esa expresi¨®n a un tiempo sagaz e inocente en los ojos, que llama la atenci¨®n en esta mujer maravillosa, habitante de sus sue?os, que es tanto como decir de su colecci¨®n.
Esos ojos sonrientes, el modo travieso ?¡ªde ni?a lista¡ª en el cual Helga habla de las nuevas adquisiciones; la pr¨®xima muestra, una ¨®pera, los avances en la fundaci¨®n; sus artistas, los nietos, el entusiasmo genuino que despliega en sus actividades, nos hace olvidar el tiempo que ha pasado desde aquella foto junto a Juana Mord¨®.
Eran a?os sombr¨ªos en Madrid que se hicieron livianos gracias a aquellas dos amigas m¨ªticas ¡ª?me dejas Helga que te llame as¨ª o me vas a rega?ar?¡ª. Helga hab¨ªa llegado a la ciudad en 1957 para aprender espa?ol y se hab¨ªa quedado por amor y, sospecho a veces, porque le fascinan los retos y aquel Madrid deb¨ªa tener mucho de reto para la moderna joven alemana. Pronto colaboraba con Mord¨® y hac¨ªan una labor que, a la muerte de Juana, Helga decid¨ªa continuar. Pero las cosas hab¨ªan cambiado en la ciudad y la batalla de Mord¨® no era la de Helga, as¨ª que en 1995 abr¨ªa su galer¨ªa ¡ªotra vez rompedora por el espacio y el barrio¡ª y encontraba a sus artistas, su destino ¡ªy el nuestro¡ª. Eran siempre apuestas arriesgadas y personales, pues sospecho que Helga jam¨¢s apoya lo que no le interesa: detr¨¢s de sus ojos dulces se camufla un personaje resolutivo que hace en cada momento lo que siente. Lo que quiere hacer.
![La galer¨ªa de Helga de Alvear.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/K666MIERDDTBO2CKR5XSF3FU7Y.jpg?auth=7e1bfdd55edcb713835fb47cf094f21bffb60949ac79294220b6c48891a81c25&width=414)
Como coleccionista, no ha tenido jam¨¢s asesores, ni siquiera en los primeros a?os. Sigue su intuici¨®n, sus gustos, por eso la colecci¨®n es tan ¨²nica. Tenaz, porque Helga es muy tenaz, ha puesto en pie una fundaci¨®n en C¨¢ceres que habla tambi¨¦n de cierto compromiso suyo: lo atesorado deja de tener sentido si no se comparte. Generosa, adorable, radical, deliciosamente terca¡ jam¨¢s es condescendiente con sus amigos ¡ªen sus enemigos, si los tiene, ni siquiera repara, me parece¡ª. Y no le gusta hablar de s¨ª misma, pero cuando consigues que lo haga, sus historias son siempre fascinantes. Me encanta ver c¨®mo brilla cuando comenta las visitas de su colecci¨®n a los diferentes lugares ¡ªel ¨²ltimo a la Pinacoteca de Sao Paulo¡ª.
Ahora, de pronto, Helga celebra la fiesta de su 80 cumplea?os y nos pilla a todos por sorpresa, pues el tiempo se ha pasado en un soplo y ha preservado la mirada, la sonrisa y el entusiasmo que esta ni?a hospitalaria de mirada chispeante, capaz de contagiarnos su entusiasmo. Felicidades, Helga, y gracias por tantos a?os de inteligencia y trabajo, querida amiga m¨ªa.
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