Ian Rankin gana el Premio RBA de Novela Negra por ¡®Los perros salvajes¡¯
El escritor escoc¨¦s, creador del detective John Rebus y figura esencial del Tartan Noir, sucede a Don Winslow
Seguro que el malencarado, rebelde, ca¨®tico y brillante polic¨ªa John Rebus habr¨ªa despreciado, seriamente tocado por el alcohol, los honores y loas que este jueves le han rendido en Barcelona a su creador, el escritor escoc¨¦s Ian Rankin (Cardenden, 1960) como ganador del X Premio RBA de Novela Negra por la obra Los perros salvajes. Adem¨¢s de los 125.000 euros y de la publicaci¨®n del libro, el escritor escoc¨¦s pasa a formar parte de un elenco de autores de la talla de Philip Kerr, Andrea Camilleri, Francisco Gonz¨¢lez Ledesma, Michael Connelly o Don Winslow, ganador del a ¨²ltima edici¨®n con El C¨¢rtel.
En su discurso de agradecimiento, Rankin ha expresado su amor profundo por Edimburgo: ¡°Yo escribo desde Edimburgo, la capital de Escocia. Es una ciudad de luces y sombras, un lugar que ha engendrado a fil¨®sofos como David Hume, pero que tambi¨¦n ha dado cobijo a numerosos actos y personajes terribles. Al explorar Edimburgo con detalle, intento arrojar luz sobre el mundo en general. Y el material no escasea¡±.
El Brexit ser¨¢ un tema esencial en la novela negra, pero hacen falta un par de a?os para escribir sobre el desastre que estamos viviendo"
Considerado como el mejor heredero del realismo social de William McIlvanney, el autor de La biblia de las tinieblas ha incidido en el valor que tiene la literatura, y en especial la novela negra, para ¡°comprender el caos en el que estamos sumidos, se?alar a los culpables e intentar hacer aflorar un sentido de justicia. La novela negra nos habla del complejo mundo moral, social y pol¨ªtico en el que vivimos. En el fondo, propone un interrogante muy simple: ?por qu¨¦ los seres humanos siguen haci¨¦ndose cosas terribles unos a otros, a s¨ª mismos y a su planeta?¡±, se pregunta Rankin, originario de Fife, un peque?o territorio paradigma de la prol¨ªfica tradici¨®n negra de Escocia, cristalizada en el llamado Tartan Noir y donde han nacido, entre otros, Val McDermid o Ian Banks.
La sonrisa, poco habitual, que luc¨ªa en la abarrotada sala de la sede de RBA en Barcelona ha desaparecido cuando ha entrado de lleno en los temas de actualidad. "El Brexit ser¨¢ un tema esencial en la novela negra, pero hacen falta un par de a?os para escribir sobre el desastre que estamos viviendo. Seguro que se har¨¢n novelas negras sobre el Brexit, pero no ser¨¦ yo quien las escriba", ha asegurado en la rueda de prensa posterior a la ceremonia en la que, haciendo gala de toda su habilidad dial¨¦ctica, se ha mostrado contrario a la independencia de Escocia por razones puramente pr¨¢cticas.
Sobre el eterno debate acerca del futuro de la novela negra, Rankin, que no parec¨ªa muy preocupado por la salud del g¨¦nero, ha asegurado que la ficci¨®n criminal cambiar¨¢ porque "hay nuevos lectores que demandan otras cosas".
Una larga historia de amor
"Rebus es un tipo dif¨ªcil de amar, no s¨¦ por qu¨¦ no la gente lo ama", ha afirmado despu¨¦s un radiante y a la vez serio Rankin. Perros Salvajes es la vig¨¦sima novela de la serie de John Rebus, el ¨²ltimo polic¨ªa de su especie. El personaje se presenta ante el p¨²blico en 1987, cuando Ian Rankin debuta con Nudos y cruces (su tercera novela, escrita cuando estudiaba o hac¨ªa que estudiaba filolog¨ªa inglesa) una historia sobre un psic¨®pata que secuestra a j¨®venes y las estrangula. Rebus tiene 41 a?os y le queda mucho por hacer, pero ya est¨¢n establecidas las l¨ªneas rojas del personaje: ex militar, sentimentalmente inestable, testarudo, justiciero, bebedor, un padre dif¨ªcil, un marido divorciado, un hombre solitario.
En 2007 Rankin jubila a Rebus en La m¨²sica del adi¨®s (RBA, traducci¨®n de Francisco Mart¨ªn Arribas), una crepuscular y grandiosa forma de decir hasta pronto a un personaje que ha acompa?ado y ha envejecido con el lector durante 17 novelas, 20 a?os. Despu¨¦s de varias idas y venidas, ahora, ya jubilado, bebe lo mismo, a veces m¨¢s, tiene el mismo gusto por los problemas, el mismo odio por las jerarqu¨ªas; es un mis¨¢ntropo profesional con mucho a cuestas, menos ilusiones, si es que alguna vez las tuvo, y un polic¨ªa que cita menos a Whitman y a Dostoiesky, de quien nunca dej¨® de leer Crimen y Castigo.
Rebus vuelve a escena como asesor de la polic¨ªa para resolver asuntos sucios en los que est¨¢ metido su n¨¦mesis, alguien demasiado malo y demasiado parecido a Rebus, el mafioso Big Ger Cafferty. A su lado tendr¨¢ a su fiel Siobhan y a Malcon Fox, el detective de Asuntos Internos que Rankin cre¨® cuando intent¨® jubilar sin ¨¦xito a Rebus. Fox tiene sus sombras, pero en esencia es lo contrario que Rebus: un polic¨ªa recto, que hace lo que se supone que tiene que hacer, que lucha contra sus debilidades y combate sin piedad las de los dem¨¢s. La pareja que hacen es a veces irritante, a veces perfecta. Pero Fox no existir¨ªa sin Rebus, porque el sarcasmo, el cinismo, la inteligencia y el gusto por el lado oscuro del viejo polic¨ªa no termina de marcharse. Ahora, incluso, ha ganado un premio internacional.
Los rincones oscuros de Rebus en Edimburgo
Dar un paseo por la capital de Escocia es hacerlo por una ciudad entregada a los libros, cuna de Louis Stevenson o James Hogg, pero tambi¨¦n al disfrute del whisky y la cerveza. Esas dos pasiones se unen en el Oxford, el rinc¨®n preferido de Rebus y uno de los lugares predilectos de su creador. Un peque?o pub en el 8 de Young Street, una calle tranquila a cinco minutos de Princes Street, un punto del Edimburgo escondido en el que la mezcla de ficci¨®n y realidad toma cuerpo. No pude ir all¨ª con Rankin, pero s¨ª disfrutar de una Deuchars Ipa e intentar hablar con Harry, el due?o actual, heredero del legendario John Gates, The rudest, y no mucho m¨¢s simp¨¢tico que ¨¦l. La comisar¨ªa de Lothian Borders, con sus polic¨ªas aburridos de atender a los fans de Rebus, la siniestra calle Cowgate, con su antiguo dep¨®sito de cad¨¢veres o el elegante hotel Caledonian son otros de los puntos transitados por el viejo polic¨ªa y machacados por los pies de miles de fans. Tours organizados por la ciudad y una aplicaci¨®n con comentarios del propio Rankin para cada lugar, convierten a Edimburgo en un escenario perfecto para los amantes del crimen.
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