Seria e incompleta encerrona de Castella con toros de Adolfo Mart¨ªn
El torero fall¨® repetidamente con la espada y no estuvo a la altura de la exigente corrida
El gesto de encerrarse con una seria corrida de Adolfo Mart¨ªn en la plaza de Nimes y en corrida televisada es de torero valiente y comprometido, y como tal, le debe ser reconocido a Sebasti¨¢n Castella, que casi llen¨® la plaza, lo que ya es un m¨¦rito en los dif¨ªciles tiempos que corren.
Otro cantar fue lo que ocurri¨® en el ruedo. El torero no estuvo a la altura de una muy bien presentada, variada y exigente corrida que demandaba un diestro t¨¦cnico, poseedor de una tauromaquia plural, ameno y puro. No fue ese el torero que se present¨® en Nimes; por el contrario, se le vio sobrepasado por la responsabilidad, sin ideas claras, mon¨®tono y, a veces, insulso.
Le molest¨® el viento, es verdad, no acert¨® con la espada en ninguno de sus toros, pero es que no dio un solo capotazo lucido -no particip¨® en quites-, y se limit¨® a derechazos y naturales -ni siquiera un pase cambiado por la espalda, tan caracter¨ªstico en este torero-, casi siempre mal colocado, al hilo de los pitones y despegado.
Hubo muletazos muy estimables, pero todos al final de las largas faenas, prueba fehaciente de su dificultad para entender a los toros. Quiz¨¢, es que Castella es un torero moderno, y las reses que cr¨ªa Adolfo Mart¨ªn exigen un matador intemporal, con conocimiento y capacidad para entender a toros de anta?o.
Adolfo Mart¨ªn/Castella, ¨²nico espada
Toros de Adolfo Mart¨ªn, muy bien presentados, serios, con cuajo, mansos y de variado comportamiento: blando el primero; noble el segundo; ¨¢spero el tercero; bravo y encastado el cuarto; noble el quinto y manso el sexto.
Sebasti¨¢n Castella: pinchazo, media y dos descabellos (silencio); estocada trasera y dos descabellos (oreja); pinchazo, estocada trasera _aviso_ (ovaci¨®n); estocada atravesada _aviso_ y un descabello (ovaci¨®n); media estocada _aviso_ (oreja); dos pinchazos _aviso_ y un descabello (ovaci¨®n de despedida).
Plaza de toros de Nimes. Feria de la Vendimia. 17 de septiembre. Casi lleno.
No hubo ni un solo toro bobo, tan al uso hoy en d¨ªa; todos mansearon en los caballos, a excepci¨®n del cuarto, que hizo una bella pelea, y cada cual pidi¨® una lidia inteligente.
Bondadoso pero inv¨¢lido y apagado fue el primero; se movi¨® el segundo, y Castella brill¨® en unos largos y hondos naturales, aunque la faena no alcanz¨® el vuelo deseado; no se confi¨® ante el desigual tercero, dificultoso y ¨¢spero; le encontr¨® el sitio al bravo y nada f¨¢cil cuarto al final de un trasteo incoloro; una buena tanda con la derecha, tambi¨¦n casi concluida su labor, traz¨® ante el encastado quinto, y lo intent¨®, ya con poco arreglo, ante el manso y templado sexto.
Recibi¨® el apoyo constante de sus paisanos, y el torero hizo el esfuerzo que de ¨¦l se esperaba. Pero qued¨® claro que las figuras actuales carecen de recursos para triunfos ante toros del pasado.
Meritoria fue la actuaci¨®n de Castella porque su gesto no es habitual, pero no triunfal. Hubiera cortado m¨¢s orejas si acierta con los aceros, pero el ¨¦xito hubiera ocultado la realidad. Y esa no es otra que los exigentes toros de Adolfo Mart¨ªn merecieron una tauromaquia m¨¢s completa.
Juan Bautista, a hombros en la matinal
El diestro franc¨¦s Juan Bautista cort¨® tres orejas y sali¨® a hombros por la Puerta de los C¨®nsules al t¨¦rmino del festejo matinal celebrado en Nimes, seg¨²n informa Efe.
Con media entrada en los tendidos, se lidiaron toros de Puerto de San Lorenzo, cuarto, quinto y sexto como sobreros, de aceptable presentaci¨®n y de poco juego en conjunto, a excepci¨®n del segundo, premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre.
Rafael Rubio Rafaelillo, que sustitu¨ªa a David Mora, oreja y silencio.
Juan Bautista, dos orejas y oreja.
Miguel ?ngel Perera, silencio y silencio.
Babelia
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