De La Habana a C¨¢diz pasando por Sevilla
La Bienal de Flamenco concluye su segundo fin de semana con grandes nombres y auditorios repletos
El viernes,?fue la noche en la Bienal de Esperanza Fern¨¢ndez, la cantaora trianera de estirpe gitana que no puede faltar a esta cita. Desde hace a?os se viene distinguiendo por una inquietud que la lleva a abordar proyectos que trascienden el flamenco, en los que destaca sobremanera su valent¨ªa. Es el caso de este ¨²ltimo, en el que compart¨ªa escenario con el pianista cubano Gonzalo Rubalcaba. Se ignora la g¨¦nesis de este encuentro, pero el caso es que, para materializarlo, se decidi¨® hacer convivir en escena los cancioneros de dos genios tan dispares como el gran sonero cubano Benny Mor¨¦ y el legendario cantaor Manolo Caracol, una convivencia dif¨ªcil como poco. Al arriesgado traje de esta apuesta art¨ªstica por momentos le saltaron las costuras, lo que no rest¨® oportunidad de gozar con puntuales interpretaciones de boleros, zambras, mambo, martinete, son, fandango o seguiriya. Tambi¨¦n se goz¨® con las creaciones del guitarrista Miguel ?ngel Cort¨¦s, y, sobre todo, con el excelso y luminoso piano de Rubalcaba.
Oh vida!
Voz y direcci¨®n art¨ªstica: Esperanza Fern¨¢ndez. Piano y direcci¨®n musical: Gonzalo Rubalcaba. Guitarra: Miguel ?ngel Cort¨¦s. Percusi¨®n: Jorge P¨¦rez 'El Cubano', Javier Teruel. Artistas invitados. Cante. Arc¨¢ngel. Baile: Juan de Juan. Coros y palmas: Los Makarines, Dani Bonilla.
Teatro de la Maestranza. Viernes 16 de septiembre
De Sevilla a C¨¢diz
Cante: Jos¨¦ Valencia. Guitarras: Juan Requena, Manuel Parrilla. Coros: Sergio Aguilera, Inma la Carbonera, Amparo Lagares. Palmas: Manuel Valencia, Juan Diego Valencia. Artistas invitados: Viol¨ªn: Fai?al Kourrich. Baile: Pastora Galv¨¢n. Autor: Juan Pe?a 'El Lebrijano'. Direcci¨®n: Pedro Mar¨ªa Pe?a. Teatro Lope de Vega. Domingo 18 de septiembre.
Esperanza se sinti¨® c¨®moda en la piel de reina del Tropicana por una noche. El repertorio del B¨¢rbaro del Ritmo casa bien con su redondo registro vocal, que resulta m¨¢s distante del que guardamos en la memoria del gran Caracol. Adem¨¢s, para recrear sus cantes invit¨® a Arc¨¢ngel, que lejos de recordar su timbre ¡ªjustamente al contrario¡ª, s¨ª que domina muy bien sus giros e inflexiones. Hubo as¨ª duelos caracoleros de resultado desigual. Ella, en solitario, se dej¨® la piel en el martinete y la seguiriya para el baile de Juan de Juan y quiz¨¢s as¨ª se redimi¨® ante un auditorio que lleg¨® a ser hostil en alg¨²n momento. Fue un lujo la participaci¨®n del otro protagonista de la noche. Gonzalo Rubalcaba traslad¨® el esp¨ªritu de Cuba en su c¨¢lido discurso y tambi¨¦n particip¨® de original¨ªsima forma en el acompa?amiento de estilos flamencos como la zambra. En solitario, pas¨® de los silencios y el tono intimista al ritmo contenido, como si esa noche no tocara aplicar su a veces vertiginoso registro pian¨ªstico.
Lebrijano en el recuerdo
Juan Pe?a, El Lebrijano, que clausur¨® la ¨²ltima Bienal con un merecido recorrido por su trayectoria, tambi¨¦n iba a tener su noche en la presente edici¨®n. Se trataba de reeditar su primera grabaci¨®n en formato LP del a?o 1969, De Sevilla a C¨¢diz. Su desaparici¨®n, el pasado julio, lo ha impedido, pero la organizaci¨®n decidi¨® mantener el espect¨¢culo encarg¨¢ndole la direcci¨®n a su sobrino, el guitarrista Pedro Mar¨ªa Pe?a, quien lo acompa?¨® sus ¨²ltimos a?os. El reto de mantener su presencia estaba, sin embargo, en la garganta de otro lebrijano, Jos¨¦ Valencia, uno de los principales cantaores del momento, que afront¨® el desaf¨ªo con la fuerza y entrega que le caracterizan y puede que con alguna m¨¢s.
Desde luego, no se esperaba ning¨²n ejercicio de m¨ªmesis, algo que se entender¨ªa como est¨¦ril, pero s¨ª de intentar trasladar el eco y la huella del maestro y, sobre todo, la esencia de aquella grabaci¨®n tenida como fundamental. Sabedor de ello, Jos¨¦ se enfrent¨® al repertorio del maestro sin abandonar su posici¨®n, sin dejar de ser ¨¦l en ning¨²n momento.
Jos¨¦ fue, as¨ª, Valencia toda la noche, con momentos que recordaron m¨¢s que otros el lenguaje de ese genial v¨¢stago de los Pe?a. Se sinti¨® Lebrija muy al principio, con esa cabal reuni¨®n donde se interpret¨® el romance y la albore¨¢. Tambi¨¦n en los tientos pudo aparecer de forma m¨¢s clara el esp¨ªritu del maestro, con un Jos¨¦ que impuso su car¨¢cter en el remate por tangos. Cantando muy adelante, encar¨® la sole¨¢ con justeza y los seguiriyeros ecos de Jerez con arrojo y jondura. Antes se hab¨ªa tomado un respiro para dejar bailar a una de las invitadas de la noche, la bailaora Pastora Galv¨¢n que pas¨® del baile de academia al de temperamento que la caracteriza. La fuerza y el comp¨¢s de la buler¨ªa por sole¨¢ primero, y la propia buler¨ªa despu¨¦s cerraron la noche antes de que Jos¨¦ dedicara martinete y debla a la silla vac¨ªa del maestro.
Babelia
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