El arte de colgar un cuadro
El arquitecto ?lvaro Siza construye los espacios para la exposici¨®n de Mir¨® en Oporto
La fiesta de los p¨¢jaros y las constelaciones sale del cami¨®n en brazos de seis personas. ¡°Al comedor¡±, ordena In¨¦s Venade. ¡°Bajen antes todos los estores¡±. Venade es the register, la responsable de certificar el transporte de cada obra y el m¨ªnimo incidente si lo hubiera. La fiesta de los p¨¢jaros y las constelaciones(1974) es una de las estrellas de la hist¨®rica exposici¨®n que prepara en Oporto la Fundaci¨®n Serralves y que abrir¨¢ al p¨²blico el s¨¢bado. Un lienzo de apenas dos palmos de largo pero con cuatro metros de altura. La caja que contiene el ¨®leo se deja en el suelo a la espera de ser colgado.
?lvaro Siza Vieira recibi¨® este verano un encargo ins¨®lito: colgar 85 cuadros de Mir¨® en una casa. ¡°En m¨¢s de medio siglo de carrera tan solo hubo un precedente, una colecci¨®n de fotos, que dispuse en mesas¡±, recuerda el laureado arquitecto, premio Pritzker 1992. ¡°Entonces, como ahora, el problema era el mismo. El lugar de la exhibici¨®n es una monumento nacional y no se puede tocar nada¡±. La Casa Rosa de la Fundaci¨®n Serralves es la mayor muestra portuguesa de art dec¨®. Un capricho loco del conde de Vizela, que contrat¨® a los mejores artesanos europeos para levantar esta casa, testimonio ¨²nico de los a?os treinta.
Siza despliega planos y m¨¢s planos. ¡°No se pueden herir las paredes ni los techos. La casa tiene una carga expresiva muy fuerte, y Mir¨® tambi¨¦n. ?C¨®mo conciliar esos dos mundos?¡±. El arquitecto se reuni¨® con el comisario de la exposici¨®n Robert Lubar y la directora art¨ªstica del museo Serralves, Suzanne Cotter. ¡°Les propuse mantener la casa sin intervenci¨®n. Consider¨¦ que Mir¨® no pod¨ªa perjudicar a la casa, pero tampoco la casa a Mir¨®. Me vinieron a la cabeza im¨¢genes de los estudios de Picasso y Mir¨®. Es curioso que los dos tuvieran sus obras esparcidas por el suelo en casa barrocas, recargadas. Esas dos riquezas se potencian¡±. Siza desech¨® la primera idea del estudio ¡°porque no hab¨ªa tiempo y daba muchos problemas de seguridad y de seguros. Llegamos a una soluci¨®n intermedia para la colocaci¨®n de los cuadros: crear unos paneles independientes de las paredes, pero de su mismo color¡±
El vicio de Kazumasa Katsuta
El japon¨¦s Kazumasa Katsuta tiene el vicio de coleccionar klees, picassos y, sobre todo, mir¨®s. 25 de sus obras est¨¢n depositadas en la Fundaci¨®n del artista en Barcelona. Del coleccionista japon¨¦s proceden tambi¨¦n los 85 cuadros de la Fundaci¨®n Serralves. En el a?o 2006, el Banco Portugu¨¦s de Negocios (BPN) le compr¨® las 85 obras.Pag¨® 34 millones de euros y los guard¨®. Ocho a?os despu¨¦s, el BPN quebr¨® y el Estado lo nacionaliz¨®. Durante el inventario del banco se descubrieron los cuadros. La idea del Gobierno fue sacar dinero de aquello. Encarg¨® a Christie's la subasta por un precio de salida de 35 millones. Pol¨ªticos, iniciativas populares y el mismo Patrimonio del Estado lograron cancelar la subasta.
Desde la llegada socialista al Gobierno, ya no se habla de la venta sino del lugar donde se exhibir¨¢n con car¨¢cter permanente.
¡°Pensamos paneles colectivos y paneles espec¨ªficos para cuadros que med¨ªan cuatro metros. Tambi¨¦n los suelos de tablas de distintos tonos fuertes ten¨ªa un protagonismo que no pod¨ªamos olvidar¡±. Y as¨ª, Siza fue llenando su estudio de planos, con visi¨®n cenital, de frente, de perfil, para visualizar al m¨¢ximo el trabajo de los carpinteros y pintores.
¡°Yo trabajaba sobre la disposici¨®n pensada por el comisario. Le mandaba un plano para el tr¨ªpode de La fornarina y ¨¦l lo rectificaba, o no, en funci¨®n del espacio. Al final llegamos a acuerdos¡±. La iluminaci¨®n de la casa no serv¨ªa, pero tampoco los focos pod¨ªan colgar de los techos. ¡°Incorpor¨¦ el canal el¨¦ctrico en cada panel, lo que nos permit¨ªa redirigir la luz exacta a cada cuadro. Afortunadamente, las paredes tienen tomas el¨¦ctricas de origen¡±.
Esos marcos
En cada plano figura en miniatura el cuadro que va y la distancia entre los paneles. ¡°Forman ¨¢ngulos, pero nunca cerrados. Dejo que fluya el espacio entre ellos. Es frecuente la cr¨ªtica de que el arquitecto a veces quiere ser el protagonista¡±, reflexiona Siza, que nunca podr¨¢ ser acusado de tal pecado. ¡°La fuerza de la pintura de Mir¨® resiste todo, adem¨¢s el ambiente de la casa es muy sereno, creo que le da otro protagonismo a la obra¡±.
Pues todo solucionado. Hasta que Siza se fij¨® en los marcos horrorosos de varias obras. ¡°Fue otro debate; hab¨ªa varias molduras que quer¨ªa sustituir. Intentamos retirarlas, pero la compa?¨ªa de seguros nos lo prohibi¨® por riesgo a da?ar la obra. En el caso de dos tapices, con cajas no muy afortunadas, nos han dado permiso para sacarlos de ah¨ª¡±.
Siza no ha visto los cuadros m¨¢s grandes, que llegan en un cami¨®n especial, bajo el control de Venade, pero se los sabe de memoria. ¡°?Mi preferido? Ninguno, todos. Son de todas las ¨¦pocas, desde los treinta a los ochenta. Lo interesante es la evoluci¨®n de la obra, esa explosi¨®n de la alegr¨ªa de Mir¨®¡±.
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