El cine brasile?o que no se arruga
El Festival de Brasilia demuestra que las pel¨ªculas tienen el poder de despertar conciencias
?El festival de cine m¨¢s antiguo de Brasil utiliza su propia f¨®rmula para reinventarse. Es lo que garantiza esta nueva edici¨®n, la n¨²mero 49, que atrae a la capital, hasta el 27 de septiembre, a un p¨²blico interesado en pel¨ªculas de autor y que a menudo cultiva una fuerte cinefilia. M¨¢s de 40 t¨ªtulos, adem¨¢s de encuentros y debates, en una programaci¨®n que traza un panorama de la producci¨®n nacional reciente y que no teme discusiones pol¨ªticas.
Con nueve largometrajes y 12 cortos in¨¦ditos en competici¨®n, procedentes de seis Estados, y otras tantas obras repartidas en muestras paralelas de fuerte carga pol¨ªtica, la actual edici¨®n tiene dos ambiciones:demostrar que el pa¨ªs produce cine de calidad fuera del eje R¨ªo-S?o Paulo y que las pel¨ªculas tienen el poder de despertar conciencias.¡°Nuestra idea es retomar lo que siempre ha marcado al Festival de Brasilia: ser un espacio privilegiado de la producci¨®n cinematogr¨¢fica brasile?a, donde la pol¨ªtica surge como aquello que es en primer lugar:el ciudadano actuando en el mundo¡±, dice el comisario Eduardo Valente .Es una tradici¨®n sujeta a crisis, pero que resiste.Creado en 1965 por el cr¨ªtico Paulo Emilio Salles Gomes, por aquel entonces profesor del curso de cine de la reci¨¦n fundada Universidad de Brasilia, el festival se subi¨® al carro, pocos a?os antes, del?Cinema Novo, movimiento en pro de un cine destinado a la realidad nacional, producido ¡°con una c¨¢mara en mano y una idea en la cabeza¡±, como dec¨ªa el cineasta Glauber Rocha, y alejado de propuestas comerciales en boga en aquella ¨¦poca.
El evento fue tomando forma, a lo largo de los a?os, con pel¨ªculas brasile?as inspiradoras, como El bandido de la luz roja (Rog¨¦rio Sganzerla), Tab¨² (Julio Bressane) y, m¨¢s recientemente, Amarillo mango (Cl¨¢udio Assis). Sufri¨® con la mano dura de la dictadura militar (1964-1985), que cancel¨® tres de sus ediciones en los a?os 70. Y, en la ¨²ltima d¨¦cada, a pesar de no haber perdido importancia, perdi¨® terreno frente a otros festivales con fuertes secciones nacionales, como el de R¨ªo y el de Paul¨ªnia, hoy cancelado.
Pero ha llegado la hora del rescate y, en ese ritmo, el largometraje que abri¨® el evento el pasado 20 de septiembre, dando ese recado, fue Cinema Novo [Cine nuevo]¡ªdirigido por uno de los directores del movimiento, Eryk Rocha, hijo de Glauber. Elegido mejor documental del a?o en el Festival de Cannes, la cinta editada a partir de im¨¢genes de archivo rescata testimonios de cineastas y fragmentos de sus pel¨ªculas, en una oda que caus¨® furor en la Riviera Francesa. Lo mismo sucedi¨® en Brasilia, donde, adem¨¢s de aplausos, provoc¨® gritos de protesta contra el Gobierno de Michel Temer?que marcaron la proyecci¨®n fuera de concurso.
La muestra comenz¨® la noche del martes, con la proyecci¨®n de dos cortometrajes,?timo amarelo [?ptimo amarillo] y Quando os dias eram eternos [Cuando los d¨ªas eran eternos] y del largometraje de ficci¨®n gaucho Rifle, de Davi Pretto, sobre una familia de peque?os propietarios rurales en el sur del pa¨ªs. De la competici¨®n, tambi¨¦n merece la pena destacar el documental pernambucano Martirio, de Vincent Carelli, y Antes o tempo n?o acabava [Antes el tiempo no se acababa], de S¨¦rgio Andrade y F¨¢bio Baldo, una ficci¨®n del Amazonas.
Son dignas de menci¨®n las sesiones especiales, que este a?o celebran nombres importantes para el festival, como el cineasta Julio Bressane ¡ªcon su largometraje?Beduino¡ª y el cr¨ªtico, guionista y actor Jean Claude Bernardet, retratado en A destrui??o de Bernardet [La destrucci¨®n de Bernardet].En cuanto a las nuevas muestras paralelas, A pol¨ªtica no mundo e o mundo da pol¨ªtica e Cinema Agora!, los t¨ªtulos seleccionados tratan, respectivamente, la confrontaci¨®n del hombre con las instituciones y experiencias est¨¦ticas m¨¢s atrevidas e independientes.
Sobresale el documental Precisamos falar de ass¨¦dio [Tenemos que hablar de acoso] de Paula Sacchetta, inspirado por una campa?a para concienciar sobre machismo que triunf¨® en las redes sociales a finales de 2015.Para cerrar el tel¨®n el 27 de septiembre, el Festival de Brasilia ha preparado la proyecci¨®n de Baile perfumado, de L¨ªrio Ferreira y Paulo Caldas, el a?o en que se cumple el vig¨¦simo aniversario del lanzamiento de la pel¨ªcula de la reanudaci¨®n del cine pernambucano.Y, un d¨ªa antes, promueve con otro representante de Pernambuco, Kleber Mendon?a, un debate sobre direcci¨®n cinematogr¨¢fica en el que seguramente surgir¨¢n discusiones en torno a su segundo largometraje, Aquarius. La pel¨ªcula, ¨¦xito de taquilla y tambi¨¦n s¨ªmbolo contra el Gobierno de Temer debido a la protesta p¨²blica del elenco en Cannes, era una de las favoritas para representar a Brasil en los Oscar, pero fue desbancada por Pequeno segredo, todav¨ªa sin estrenar en cines. Nada m¨¢s propicio que esta pol¨¦mica para un evento al que le gusta no solo llenar las salas de proyecci¨®n, sino los turnos de debate.Y lo consigue.
Babelia
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