Un actor frente al espejo de la vida
Pedro Casablanc y Samuel Viyuela sacan adelante ¡®Yo, Feuerbach¡¯ en La Abad¨ªa
Reinvertarse para seguir avanzando. De ello, de las segundas oportunidades, de la necesidad de buscar una nueva versi¨®n de nosotros mismos y de la falta de generosidad en el mundo de hoy es lo que trata Yo, Feuerbachde Tankred Dorst. El texto escrito en 1991 pone a prueba a Pedro Casablanc (Casablanca, 1963) en su interpretaci¨®n de un actor maduro que acude a hacer una audici¨®n, sin que se presente el director que ha de valorarle. El trabajo, lleva a?os sin hacer una funci¨®n a pesar de su talento, tendr¨¢ que ped¨ªrselo no a un director de teatro, sino a su ayudante, un joven inexperto que acaba de llegar al mundo del espect¨¢culo y que, por sus manifestaciones y comportamiento, hace pensar sobre la forma en que funciona actualmente la sociedad. El cinismo, el humor y la experiencia son algunas de las armas que utilizar¨¢ Feuerbach (Pedro Casablanc) para intentar seducir a su joven antagonista Samuel Viyuela Gonz¨¢lez. Ambos est¨¢n dirigidos por Antonio Sim¨®n y la obra, versionada por Jordi Casanovas, se podr¨¢ ver en el Teatro de La Abad¨ªa de Madrid del 6 al 23 de octubre.
El texto del dramaturgo alem¨¢n es ¡°una aproximaci¨®n a la esencia del teatro y a su sentido en la sociedad, como reflejo de cualquier otra actividad humana en relaci¨®n con el mundo que le rodea¡±, seg¨²n Sim¨®n.
Realismo po¨¦tico
Mientras en la retina del espectador permanece la interpretaci¨®n de Pedro Casablanc como el extesorero del PP Luis B¨¢rcenas ante el juez Ruz en julio de 2013. El actor ya est¨¢ metido de lleno en los ensayos de Yo, Feuerbach, las lecturas han sido intensas, de muchas horas, en las que Samuel Viyuela y ¨¦l han logrado una estrecha comunicaci¨®n. La obra se represent¨® el pasado verano en el marco del festival Grec de Barcelona. ¡°Es una obra realista y hasta autobiogr¨¢fica porque conoces bien los egos, las triqui?uelas, las pu?aladas y todos los elementos que se mueven en torno a los actores. Miedos, fracasos. Te tienes que desnudar emocionalmente¡±, puntualiza Casablanc. En sus manos, a media lectura, tiene Innocent, de G¨¦rard Depardieu, un actor al que admira y de cuyas palabras ¡°siempre se aprende¡±. En el libro, el actor franc¨¦s realiza una descarnada y sincera descripci¨®n sobre s¨ª mismo. Y Casablanc dice haber aprendido lo suficiente, hasta el momento, para poder representar este papel. ¡°Hace 20 a?os, cuando lo le¨ª por primera vez, hubiese sido imposible representar un personaje como Feuerbach con el punto m¨ªstico, exc¨¦ntrico e incluso pat¨¦tico, en ocasiones, pero con una lucidez extraordinaria¡±.
Samuel Viyuela (Madrid, 1988), el ayudante de ese director que nunca aparece en escena, somete al actor maduro a un duro examen de paciencia. La magia entre ambos actores surgi¨® r¨¢pido. ¡°Ten¨ªamos la suerte de conocernos desde siempre y hubo una conexi¨®n inmediata. A m¨ª me encantaba estar entre las cajas del teatro mientras mi padre, Pepe Viyuela, actuaba. Y por ello muchos actores me conocen desde ni?o. Pedro me ha visto crecer¡±, explica el actor.
Para que Feuerbach emocione y conecte con el espectador en una obra como esta el actor, a?ade Casablanc, tiene que ¡°emocionarse, aproximarse al patetismo y generar al mismo tiempo ternura y humor¡±.
Dorst con esta obra, hasta cierto punto po¨¦tica, hace referencias a las grandezas y miserias de la condici¨®n humana: ¡°Casi todos los seres humanos poseen un cierto talento cuando son j¨®venes. Durante un breve instante, brilla lo extraordinario en los ojos de la juventud. Pero pasa r¨¢pido¡±, sentencia el dramaturgo.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.