La verdad de Xuxa

A menudo, nuestro muro de Facebook se asemeja a uno de esos programas de zapping, que nuestros contactos y amigos guionizan con una dosis extra de incorrecci¨®n. Entre la cascada de publicaciones resurg¨ªa hace unos d¨ªas un viejo v¨ªdeo de Xuxa, de los a?os en los que era tambi¨¦n la gran estrella infantil de las televisiones hispanohablantes. En la grabaci¨®n, titulada Aterradora historia en YouTube, la brasile?a relata con todo detalle el asesinato de una ni?a en su pa¨ªs. Ocurre pocos segundos despu¨¦s de haber interpretado una canci¨®n ante los peque?os espectadores. Alguien del equipo amonesta entonces su comportamiento desde el lado oculto del plat¨®. ¡°Yo tengo que contar porque no podemos olvidar que en el mundo existen cosas buenas y cosas malas¡±, argumenta la presentadora, con total convicci¨®n y en estricto horario infantil.

La hilaridad que nos provoca el momento ha hecho que el v¨ªdeo alcance en las redes sociales un n¨²mero de visualizaciones superior al de los programas hechos de recortes televisivos, destinados a rellenar las horas bajas de la parrilla tradicional. Por alguna raz¨®n, seguimos esperando que nuestros ¨ªdolos femeninos de la infancia sean seres inmaculados. No nos acostumbramos a lo contrario, a pesar de haber descubierto ya hace tiempo que la Alaska de La bola de cristal era c¨®mplice de los irreverentes juegos de un joven Pedro Almod¨®var en Pepi, Luci, Bom... Bill Cosby, nada menos, lleg¨® a desheredar ¡ªen el sentido cat¨®dico¡ª a su hija ficticia, Lisa Bonet, escandalizado por la infausta portada de un Playboy de los a?os 80.

Ha pasado el tiempo, pero ahora vivimos obsesionados con la exchica Disney Selena Gomez, quien traslada a Instagram su propio reality show con audiencias millonarias. Nos preocupa que su pureza se destruya. No queremos que sea la nueva Miley Cyrus. De ellas esperamos una castidad que nadie exige a Ryan Gosling, Justin Timberlake y dem¨¢s compa?eros masculinos del club del rat¨®n Mickey. As¨ª es el mensaje que trasladamos a nuestros menores.

Quiz¨¢ Xuxa tenga raz¨®n y los ni?os deban saber.