Roger Waters: ¡°Escuche a su gente, se?or presidente. Los ojos del mundo lo est¨¢n observando¡±
El exl¨ªder de Pink Floyd lanza un mensaje pol¨¦mico a Pe?a Nieto ante 200.000 personas en un concierto gratuito en la capital mexicana
Muchos mexicanos apostaban esta semana si Roger Waters se atrever¨ªa o no a enfrentar al presidente de la Rep¨²blica en una de las plazas m¨¢s emblem¨¢ticas del pa¨ªs y apuntando directamente al Palacio Nacional. Pero el exl¨ªder de la banda brit¨¢nica Pink Floyd ha vuelto a sorprender a sus fieles. Una pantalla gigante proyectaba un nuevo golpe al h¨ªgado de Enrique Pe?a Nieto: "Renuncia ya". Los m¨¢s cr¨ªticos con el Gobierno enloquecieron. No todos los d¨ªas una de las leyendas vivas del rock se coloca frente a la catedral y apoya a gritos la causa de los miles de desaparecidos.
En el Z¨®calo de la Ciudad de M¨¦xico #RenunciaYa el grito, bien Roger Waters pic.twitter.com/qia1AcH43X
— Alejandro Mel¨¦ndez (@alexmelon) October 2, 2016
La expectaci¨®n por el evento de este s¨¢bado iba mucho m¨¢s all¨¢ del mero espect¨¢culo. Waters rompi¨® todas las reglas el pasado 28 de septiembre, cuando se present¨® en la misma ciudad ¡ªaunque en un recinto privado¡ª y pronunci¨® por primera vez un alegato en contra de las pol¨ªticas del mandatario Enrique Pe?a Nieto y el candidato republicano Donald Trump.?"La ¨²ltima vez que toqu¨¦ aqu¨ª, conoc¨ª a las familias de los j¨®venes desaparecidos en M¨¦xico. Sus l¨¢grimas se hicieron m¨ªas, pero las l¨¢grimas no traer¨¢n de vuelta a sus hijos", repiti¨® Waters. El artista ley¨® de nuevo la pol¨¦mica carta dirigida al presidente mexicano que hab¨ªa recitado en sus dos conciertos anteriores y muchos de los asistentes volvieron a enloquecer.
"Hemos venido para escucharlo, pero sobre todo, para ver si es capaz de decir lo que dijo el otro d¨ªa, esta vez en una plaza p¨²blica", contaba Jacqueline D¨ªaz horas antes del concierto, desde una de las calles cercanas al Z¨®calo. "Poder vivir esto es algo hist¨®rico", explicaba Ram¨®n, un joven que escond¨ªa una lata de cerveza en un portal. Horas despu¨¦s, Waters dispar¨®:?"Se?or presidente, m¨¢s de 28.000 hombres, mujeres, ni?os y ni?as han desaparecido, muchos de ellos durante su mandato desde 2012, ?D¨®nde est¨¢n?, ?Qu¨¦ les paso?". "Sus pol¨ªticas han fallado", remat¨® el artista.
Todo ocurri¨® en la segunda mitad de un concierto de m¨¢s de dos horas. El tema Pigs?(Cerdos) fue el primer aviso. Inmediatamente se proyect¨® en la pantalla "Trump eres un pendejo" y su famoso cerdo hinchable volaba sobre los asistentes con mensajes relacionados con la desaparici¨®n de los 43 estudiantes de Ayotzinapa en septiembre de 2014.
Con Comfortably Numb, uno de los temas m¨¢s emblem¨¢ticos de la banda, Waters cerr¨® la noche. Y al grito de: "?Viva M¨¦xico, cabrones!", Waters se esfum¨® y el centro hist¨®rico de la Ciudad de M¨¦xico, colapsado durante todo el d¨ªa por los miles de seguidores, volvi¨® poco a poco a la normalidad.
Y finalmente entraron a la fuerza #RogerWatersEnElZocalo pic.twitter.com/CgIdItvkTi
— Miguel Lepe (@Lepesaurio13) October 2, 2016
La locura bajo las tablas
Lejos de las tablas de aquel imponente escenario y de los balcones m¨¢s codiciados de la plaza, se vivi¨® una realidad muy diferente. La histeria por lograr un metro cuadrado en el Z¨®calo capitalino provoc¨® los momentos m¨¢s tensos en las calles aleda?as. Los m¨¢s de 8.000 polic¨ªas desplegados en la zona se atrincheraron en los puntos clave para evitar el acceso y que el recinto se desbordara.?
El precio de ver a Roger Waters gratis en la principal plaza de la Ciudad de M¨¦xico supuso para muchos jugarse la vida. Adem¨¢s de resistir m¨¢s de 10 horas de pie sin comer ni poder ir al ba?o, el p¨²blico tuvo que aguantar que el cielo se abriera y cayeran litros de agua despu¨¦s de los primeros acordes. Todo ello, siendo consciente de que uno ah¨ª era s¨®lo un min¨²sculo punto en un espacio con pocas salidas de emergencia, entre m¨¢s de 200.000 personas (seg¨²n las cifras del Gobierno) que se amontonaban como en un avispero.?
En algunas calles hubo enfrentamientos entre la Polic¨ªa y los m¨¢s desesperados. Un agente tuvo que ser trasladado en camilla por una peque?a avalancha. Nadie entend¨ªa por qu¨¦ no pod¨ªa acceder a un evento gratuito. "Lo hacemos por su bien, ah¨ª dentro corren peligro", se esforzaba por explicar un comandante a la fila de personas que insist¨ªan con empujones.?
Por algunas esquinas se colaron docenas de seguidores a golpes contra los escudos de los granaderos. "No podemos hacer nada m¨¢s que mantener la calma", confesaba un oficial.
Babelia
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