Bailaora de fondo
Roc¨ªo Molina quer¨ªa demostrar este s¨¢bado los l¨ªmites del baile, sus propios l¨ªmites
Y cuando faltaban diez minutos para cumplir cuatro horas en el escenario, Roc¨ªo Molina bail¨® una sole¨¢ de las que se quedan en la retina para siempre. Exhausta, al l¨ªmite de sus fuerzas, la bailaora sac¨® la pasi¨®n de donde ya parec¨ªa que no hab¨ªa, y reactiv¨® a los espectadores, que con sus aplausos demostraron que cuatro horas de esta bailaora no son suficientes.
Roc¨ªo Molina (M¨¢laga, 1984) quer¨ªa demostrar este s¨¢bado los l¨ªmites del baile, sus propios l¨ªmites, con una improvisaci¨®n de cuatro horas en el Teatro Central de Sevilla, en el marco de la Bienal de Flamenco. Hab¨ªa preparado numerosos elementos para llenar el tiempo (y en cierta manera, el espacio) y muchos de ellos se tornaron casi innecesarios cuando el flamenco comenz¨® a fluir por su cuerpo. Los espectadores recibieron instrucciones al entrar: pod¨ªan entrar y salir a su antojo, comer y beber, pod¨ªan enviar mensajes a la bailaora con palabras inspiradoras, y pod¨ªan disponer sus m¨²sicas o algunos objetos para ser utilizados por la bailaora. ¡°Quiero saber qu¨¦ pasa cuando ya no puedo m¨¢s f¨ªsicamente y se me acaban los recursos¡±, dec¨ªa unas semanas antes de la improvisaci¨®n. Tendr¨¢ que pensar otra f¨®rmula. Recursos de baile, precisamente, no le faltaron en cuatro horas.
'Una improvisaci¨®n de¡'
Baile: Roc¨ªo Molina. Guitarra: Eduardo Trassierra, Rafael Rodr¨ªguez, Jos¨¦ Acedo. Cante: Jos¨¦ ?ngel Carmona, Antonio Campos. Percusi¨®n y electr¨®nica: Pablo Mart¨ªn Jones. Comp¨¢s: Jos¨¦ Manuel Ramos Oruco. Piano: Pablo Su¨¢rez. Contrabajo: Pablo Mart¨ªn Caminero.
Idea Original: Roc¨ªo Molina. Direcci¨®n Art¨ªstica: Carlos Marquerie. Direcci¨®n t¨¦cnica / luz: Antonio Serrano. Sonido: Javier ?lvarez. Regidur¨ªa: Reyes Pipio. Producci¨®n: Lo?c Bastos y Magdalena Escoriza.
Teatro Central. S¨¢bado 1 de octubre.
Hubo algunas bajas entre el p¨²blico, por supuesto, pero el cautivador baile presentado lo llev¨® en volandas hasta la conclusi¨®n, en la que la bailaora les invit¨® a bajar a las tablas y fundirse en un abrazo de baile de despedida.
Molina estuvo concentrada desde que sali¨®. Su baile libre por tangos, por sole¨¢ o los numerosos zapateados que acometi¨®, estuvieron sobrados de precisi¨®n, t¨¦cnica y estilo, su estilo, lecciones de arte sin las estrecheces de una coreograf¨ªa que nadie sab¨ªa en qu¨¦ iban a desembocar y dejaron momentos inolvidables.
Algunos de esos momentos los pusieron los invitados especiales de la bailaora. Fundamental fue el baile, sentada en una silla, de La Chana (Antonia Santiago Amador, Barcelona, 1946). Impresionante su demostraci¨®n de fuerza, la destreza de pies en unas escobillas precisas y veloces, la calidad de su braceo, arropada por unos cantaores inspirad¨ªsimos que transformaron a una dulce anciana en un torrente de flamenco que levant¨® al p¨²blico de sus asientos. Cuando parec¨ªa que se iba a derrumbar, la Chana continu¨® en un mano a mano por tangos con la protagonista de la noche, las dos sentadas pero llenando el escenario con su baile.
Unos tangos que adem¨¢s Roc¨ªo Molina bail¨® con una bota del tambi¨¦n bailaor Israel Galv¨¢n, que le propuso improvisar con una de sus botas y otra de escayola con la que Roc¨ªo bail¨® y, como no pod¨ªa ser de otra manera, qui¨¦n sabe si como recuerdo de su Vin¨¢tica, hizo pedazos despu¨¦s.
Tambi¨¦n fue m¨¢gico poder escuchar a Lole, acompa?ada de Joselito Acedo que para la ocasi¨®n toc¨® la guitarra de Manuel Molina, interpretar algunas de las mejores canciones de Lole y Manuel. Un cuento para mi ni?o, Dime, Alba Molina, El silbo del dale y Al Alba con alegr¨ªa son los temas a los que Molina asisti¨® casi como espectadora, chiquita en algunos momentos en los m¨¢rgenes del escenario, de baile libre, elegante y estilizado como la mariposilla blanca de la canci¨®n en otros. L¨¢stima que el vestuario que eligi¨® para el momento no acompa?ara, la falda le constre?¨ªa y a punto estuvo de dar alg¨²n traspi¨¦s.
En cuatro horas inolvidables hubo momentos para bailar con mant¨®n, para hacer un paso a dos exquisito y delicado junto a Nani Pa?os, comicidad junto a Rafael Est¨¦vez y experimentaci¨®n y expresi¨®n junto a unos m¨²sicos que la arroparon en todo momento, la siguieron y le dieron impulso cuando comenzaron a flaquear las fuerzas.
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