Los retratos de Picasso
Las infinitas interpretaciones de s¨ª mismo, de amigos, colegas, esposas y amantes son objeto de una exposici¨®n en la National Portrait Gallery londinense
Tres cuartos de siglo separan al autorretrato de un Pablo Picasso adolescente¨Cun ¨®leo cuya tradici¨®n academicista apenas contiene el ¨ªmpetu y energ¨ªa de la brocha- de ese monumental cr¨¢neo que desdibuja los rasgos grotescos del pintor, en una alegor¨ªa de la muerte ejecutada a los 90 a?os. Las infinitas interpretaciones de s¨ª mismo, de amigos, colegas, esposas y amantes, expresi¨®n obsesiva del artista por la figura humana, son objeto de una exposici¨®n en la National Portrait Gallery londinense que recorre todas sus etapas creativas de la mano del Picasso retratista.
El artista malague?o (1881-1973) nunca acept¨® un retrato por encargo para verse libre en la exploraci¨®n de sus l¨ªmites, romper las reglas establecidas y moverse entre el dibujo de sus modelos al natural, la pintura expresiva realizada desde la memoria o las distorsiones y exageraciones propias de la caricatura, un subg¨¦nero que destaca en el despliegue de la galer¨ªa de Trafalgar Square. La muestra, organizada junto al Museo Picasso de Barcelona, se nutre tambi¨¦n de los fondos de varias instituciones internacionales cuyos pr¨¦stamos han permitido que grandes obras que apenas viajan pisen por primera vez territorio brit¨¢nico y luego el espa?ol (la exposici¨®n de presentar¨¢ en la capital catalana el pr¨®ximo marzo).
Procedente del Art Institute of Chicago nos llega el impresionante retrato cubista del marchante alem¨¢n Daniel-Henry Kahnweiler y la radical abstracci¨®n de Picasso a la hora de representar a quien fue uno de sus primeros defensores y mecenas. O la exquisita figura de Nusch Eurad, acr¨®bata, artista y esposa del poeta Paul ?luard, gracias a la aportaci¨®n de una colecci¨®n privada. ?leos, trabajos con tinta, dibujos, caricaturas e incluso esculturas proyectan en Picasso Portraits una variedad e innovaci¨®n de estilos, t¨¦cnicas y formatos que el autor canaliz¨® a trav¨¦s de los personajes de su entorno m¨¢s pr¨®ximo.
Guillaume Apollinaire, Santiago Rusi?ol, Jean Cocteau o Igor Stravinsky son algunos de los nombres de una larga n¨®mina de artistas, intelectuales y alegados entre la que sobresalen las muchas mujeres de la vida de Pablo Picasso. La sucesi¨®n de retratos, tanto cl¨¢sicos como experimentales y rupturistas, de sus esposas Olga y Jacqueline, de Dora Maar, Marie-Th¨¦r¨¨se Walter, Fran?oise Gilot y otras amantes nos relata ¡°la evoluci¨®n de un artista que come de todas partes (en cuanto a influencias), pero tambi¨¦n la historia de su familia, de sus mujeres, hijos y amigos...¡±, subraya el nuevo director del Museo Picasso de Barcelona, Emmanuel Guigon, sobre la singularidad de esta primera exposici¨®n dedicada exclusivamente al Picasso retratista en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas.
Guigon se?ala con especial querencia al apartado que recorre las vi?etas y caricaturas realizadas para varias revistas catalanas de principios del siglo XX, o el sentido del humor expresado a trav¨¦s de dibujos y grabados de sus amigos como reacci¨®n y catarsis frente a los tr¨¢gicos tiempos de la guerra civil espa?ola. El director del museo barcelon¨¦s invita a no despreciar la expresi¨®n de esa vis humor¨ªstica como g¨¦nero menor, porque ¡°se puede analizar toda la obra pict¨®rica de Picasso a trav¨¦s de sus caricaturas¡±. Especialmente deliciosa es la serie que tiene como sujeto a su secretario y bi¨®grafo Jaume Sabart¨¦s, present¨¢ndonoslo cual beb¨¦ en el regazo de una modelo o dibujado con gesto lascivo sobre la fotograf¨ªa de la curvil¨ªnea nadadora y estrella de Hollywood Esther Williams.
Sabart¨¦s mostr¨® en su d¨ªa mucho mejor talante que Maar, a la hora de identificarse como protagonista de muchos de los cuadros de su pareja (¡°Todos son Picasso, ninguno es Dora Maar¡±). Frente a la tesis extendida de que las obras del artista eran indiferentes a sus sujetos, Guigon subraya que ¡°en cada ¨¦poca y estilo se reconoce muy bien la personalidad de sus modelos¡±, si bien apostilla, concediendo parte de raz¨®n a la temperal fotografa, pintora y musa doliente del artista: ¡°Es un retrato, pero antes de todo es un Picasso¡±.
Picasso y los autorretratos
El viejo a quien Picasso sienta en su ¨®leo de 1970-71 tiene como punto de partida la majestuosidad de un autorretrato de Rembrandt, aunque sustituye el negro y alargado birrete por un sombrero de paja de tonos brillantes a la manera de Van Gogh. La influencia de aquellos pintores a los que el malague?o consideraba sus maestros ¨Cah¨ª est¨¢ su serie consagrada a las Meninas de Vel¨¢zquez- tiene uno de los puntos m¨¢s reclamados de la exposici¨®n de la National Portrait Gallery en el Autorretrato con Paleta firmado por Picasso en 1906. El autor se presenta a s¨ª mismo con una sencilla camisa blanca y sosteniendo la paleta, en una composici¨®n precubista ejecutada al poco de morir, con la que rinde homenaje a uno de sus grandes h¨¦rores art¨ªsticos, Paul C¨¦zanne.
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