Una excelsa novela comprometida
Per Olov Enquist narra en 'La partida de los m¨²sicos' la llegada de las reivindicaciones sindicales al norte de Suecia
Per Olov Enquist (Hjoggb?le, Suecia, 1934) es un novelista y dramaturgo sueco de gran prestigio dentro y fuera de su pa¨ªs. En Espa?a se conocen algunas de sus novelas, La biblioteca del capit¨¢n Nemo (N¨®rdica), La visita del m¨¦dico de C¨¢mara (Destino), sus memorias (Otra vida, Destino), libros juveniles como La monta?a de las tres cuevas (Siruela). Es autor de una treintena de obras, adem¨¢s de colaboraciones con Bille August o Ingmar Bergman, y est¨¢ considerado como el m¨¢s grande de los novelistas suecos vivos.
En su narrativa predominan las obras de corte dram¨¢tico y las de asunto hist¨®rico, pero La partida de los m¨²sicos contiene ambos aspectos. Estamos a principios del siglo XX, cuando en la zona m¨¢s dura de Suecia, al norte, en un mundo pietista de propietarios, pastores, agricultores y obreros, se oye hablar por primera vez de algo tan extra?o como las asociaciones de trabajadores, de las condiciones de vida y explotaci¨®n que obligan a la gente a emigrar, de las dificultades para extender el socialismo en las regiones m¨¢s atrasadas y alejadas de la urbe.
Enquist no va a utilizar la historia m¨¢s que como tel¨®n de fondo. El mundo de esta novela es el de la infancia del autor, el de los pueblos de la regi¨®n de Norrland establecidos alrededor del golfo de Botnia, en el extremo norte, a m¨¢s de 1.000 kil¨®metros de Estocolmo. La dureza del clima se corresponde con la rudeza de sus habitantes, personas sin instrucci¨®n que hablan un dialecto incomprensible y responden de la manera m¨¢s elemental a las circunstancias adversas en las que se mueven.
Enquist es un socialdem¨®crata y esta novela est¨¢ directamente comprometida con la realidad y con una abierta mentalidad socialista. No es com¨²n en nuestro tiempo encontrar narrativa comprometida con principios de acci¨®n social porque el personalismo y el individualismo actuales desde?an semejante actitud, pero lo cierto es que Enquist es un escritor de primera categor¨ªa y en ning¨²n momento pone la ideolog¨ªa por delante de la escritura, como tampoco hizo el gran dramaturgo Bertolt Brecht, que hasta se permiti¨® hacer teatro did¨¢ctico de una calidad literaria excelsa. La novela se centra en un muchacho de una familia humilde, Nicanor, al que el narrador conoce un d¨ªa, ya anciano, y del que extrae toda la historia para contarla. La historia comienza el d¨ªa en que Nicanor ve por primera vez a un tal Elmblad, enviado por los sindicatos desde Estocolmo para hacer labores de agitaci¨®n all¨ª donde la palabra socialismo es algo absolutamente desconocido.
La familia de Nicanor responde a una religiosidad exacerbada embutida en la pobreza. El miedo al pecado, el puritanismo riguroso, el no tocarse (incluso en familia) que forma parte de la moral, acompa?ado de una violencia agresiva hacia todo lo que fuera jactarse¡, todo ello genera una vida de una sequedad agobiante que Enquist describe con mano maestra, sin ahorrar detalle. La suya es una escritura tallada a presi¨®n, pero con una soberbia delicadeza. La dureza del mundo que narra se adecua a ella. Y en ese mundo compacto, sin fisuras y sin salida, va a contar la primera y elemental toma de conciencia de Nicanor y las desgracias que se ocasionan a la familia Markstr?m por los cambios que apenas se atisban, pero se avecinan. Los personajes (Josefina, la madre; el t¨ªo Aron, Nicanor, Elmblad¡) son extraordinarios, creaciones de una fuerza impresionante, conmovedores. Todo se despliega desde y en torno a los problemas de la familia Markstr?m. Este es un tipo de narrativa de fuerza que parec¨ªa perdida. No hay concesiones, no hay miedo a contar aun lo m¨¢s repulsivo y doloroso; hay belleza: la tremenda belleza de la humanidad.
La imagen de los desahuciados animales de la f¨¢bula de Los m¨²sicos de Bremen, que deciden ponerse en marcha porque siempre hay algo mejor que la muerte es la imagen de esta historia. Con ella regresa una leyenda de la traducci¨®n al espa?ol, Paco Uriz, que ha hecho con Marina Torres un trabajo excepcional inventando incluso el dialecto de Norrland, una mezcla del bable y el habla de Jar Jar Binks, el primer gungan de Star Wars.?
Este es un tipo de narrativa de fuerza que parec¨ªa perdida. No hay concesiones, no hay miedo a contar lo m¨¢s repulsivo
La partida de los m¨²sicos.?Per Olov Enquist.?Traducci¨®n de Marina Torres?y Francisco J. Uriz.?N¨®rdica.?Madrid, 2016.?378 p¨¢ginas.?23,50 euros
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