¡°Un mundo sin dolor ser¨ªa un mundo de imb¨¦ciles¡±
La artista ha hecho con su vida una obra reconocida y premiada: ¡°La escritura es una venganza, s¨ª. Es mi manicomio y mi c¨¢rcel¡±
En 2008 el director Manuel Fern¨¢ndez-Vald¨¦s vio una obra de Ang¨¦lica Liddell (Figueres, 1966). Ella se automutil¨® en el escenario, se cubri¨® con una s¨¢bana blanca y con la sangre se puso a escribir. Tambi¨¦n cit¨® a Kierkegaard sobre Abraham: ¡°Todos perduraremos en el recuerdo, pero cada uno ser¨¢ grande con relaci¨®n a aquello con que batall¨®. Y aquel que batall¨® con el mundo fue grande porque venci¨® al mundo, y el que batall¨® consigo mismo fue grande porque se venci¨® a s¨ª mismo, pero quien batall¨® con Dios fue el m¨¢s grande de todos¡±. El 22 de octubre, en el festival Doclisboa, Fern¨¢ndez-Vald¨¦s estrena 'Ang¨¦lica [una tragedia]', un documental que llega a la ra¨ªz de una de las directoras y actriz teatrales m¨¢s premiadas y reconocidas de Europa. Esta semana le ha sido concedido el XVI premio Leteo a quien ya tiene el Premio Nacional de Literatura Dram¨¢tica y el Le¨®n de Plata de la Bienal de Venecia entre otros. La comunicaci¨®n con Ang¨¦lica Lidell ha de realizarse por mail.
Estos versos de Emily Dickinson: ¡°Joven ateniense / S¨¦ fiel a ti mismo y s¨¦ fiel al misterio / El resto es perjurio¡±.?
Me reconozco en cada verso de Dickinson, la leo constantemente y defiendo el misterio como base de nuestra existencia por ser la base de nuestra existencia todo aquello que no podemos comprender. Lo incomprensible es lo ¨²nico que tiene valor: el amor, Dios y la muerte.
Uno de los ¨¦xitos de un documental es que se haya podido hacer. Usted est¨¢ blindada fuera del escenario. Ha dicho que no tiene ¡°ni puta idea¡± de vivir. ?Por qu¨¦ acept¨®?
Porque Manolo me pas¨® sus trabajos y me gustaron much¨ªsimo. Porque pens¨¦ que aquella aventura con los bailarines chinos merec¨ªa quedar de alguna manera en la memoria. Por otra parte hay personas que me inspiran confianza. Con las personas me dejo llevar por intuiciones, y Manolo no me ha defraudado en absoluto. Es una de las poqu¨ªsimas personas honestas que he conocido. Lo que no sab¨ªa entonces es que Manolo iba a descender tanto a la intimidad, no sab¨ªa que iba a hacer un retrato tan sumamente cercano. Cuando vi la pel¨ªcula entr¨¦ en p¨¢nico. Ver la mirada de otro sobre mi intimidad me asust¨®. No pude verla de un tir¨®n, ten¨ªa que darle al stop, me angusti¨® much¨ªsimo, me ve¨ªa absolutamente indefensa. Me emocion¨® much¨ªsimo el trabajo de Manolo, mucho, no s¨¦ c¨®mo pudo llegar hasta ah¨ª. No me di cuenta de nada.
En la pel¨ªcula se observa su trabajo con los actores. ?Qu¨¦ le interesa de ellos??
Deben traer algo valioso por s¨ª mismos sin necesidad de interpretar, algo extraordinario que me sirve para expresar una idea. Aparte de eso necesito trabajar con personas a las que puedo querer, necesito estar enamorada de mis actores. Cuando eso se rompe dejo trabajar con ellos.?
¡°Ser espa?ol es una lacra¡±, dijo. ?Ha mejorado su relaci¨®n con el pa¨ªs??
Eso es una herida que no se cerrar¨¢ nunca. La familia teatral me quiso hacer mucho da?o. Y me lo hizo, me lo hizo. Pero la humillaci¨®n trae como consecuencia la rabia: la rabia es un impulso magn¨ªfico para no decaer. No voy a los teatros como espectadora para no tener que verles las caras en el patio de butacas. Por otra parte estoy encantada, y totalmente agradecida, con gente como los de las editoriales U?a Rota o Contintametienes. Han cuidado mi trabajo, le han quitado al teatro esa grasa rancia con su buen hacer, y son espa?oles.
Acaban de nombrar a Alex Rigaol director de los Teatros del Canal. Rigola la apoyaba y programaba en sus inicios. ?Volver¨ªa por ¨¦l a Espa?a?
Con Rigola he continuado una relaci¨®n fuera de Espa?a, en la Biennale de Venezia, de manera que no ser¨ªa un problema seguir colaborando con ¨¦l puesto que nunca se ha interrumpido la relaci¨®n. Pero cuando uno tiene una herida con su pa¨ªs es muy dif¨ªcil tomar la decisi¨®n de volver.
?Usted se revisa? Por ejemplo respecto a la familia, respecto a los sentimientos, la experiencia: cosas de las que se aleja, que escupe.
No pueden revisarse conceptos que proceden de una lesi¨®n de nacimiento. He escrito la misma obra durante 30 a?os. Es cierto que hay sensaciones que crecen: la decepci¨®n, por ejemplo. Y con la decepci¨®n crece la desconfianza y el aislamiento, y con la soledad crece el miedo, y se van haciendo m¨¢s patentes en el trabajo. Tambi¨¦n hay experiencias que te golpean con fuerza y te moldean. Es cierto que en mi trabajo hay dos ¨¦pocas muy diferenciadas. Una ¨¦poca en la que pensaba que el teatro pod¨ªa pol¨ªtico, una especie de activismo, pero pronto me di cuenta de que el alma humana no puede ser explicada mediante una teor¨ªa econ¨®mica. Ahora me he desvinculado totalmente de ese teatro funcional y vivo obsesionada por lo invisible, por todo aquello que no podemos explicar. Me interesa aquello que sucede en lo m¨¢s profundo de la conciencia, de los nervios, me interesa la parte pre-racional como respuesta al racionalismo. Quiero devolver al espectador la intimidad con sus instintos.
?Un mundo sin dolor es un mundo de mierda?
Ser¨ªa un mundo de imb¨¦ciles, simplemente. El dolor tiene que ver con el amor, la piedad, la muerte y la trascendencia. Tiene que ver con los momentos fundamentales del hombre, es algo que nos construye, nos define y nos funda. Un mundo sin dolor es el mundo de la publicidad. Imag¨ªnese una vida en la que todo fueran anuncios publicitarios, sin Eur¨ªpides, sin Shakespeare, sin Schopenhauer.
En Todo el cielo sobre la tierra dice que usted es Wendy para vengarse de todo lo que le ha sido arrebatado.?
La depresi¨®n te arrebata practicamente todo. Para m¨ª la escritura es una venganza, s¨ª, y por eso es mi manicomio y mi c¨¢rcel.
Se dice pesimista pero grita; el pesimista sabe que gritar no vale de nada.
Qu¨¦ curioso, cuando acabo una funci¨®n y me voy sola al hotel pienso que gritar no ha servido absolutamente de nada. Ese es el eterno dilema entre la pluma y la espada, la palabra y la acci¨®n. Mishima lo intent¨® solucionar creando un verdadero ej¨¦rcito. Finalmente lo arregl¨® llevando a cabo el suicidio que tantas veces y tan bellamente hab¨ªa descrito en sus novelas. Holderlin manda a su Hiperion a hacer la guerra por nostalgia de la belleza, pero Holderlin acaba sus d¨ªas encerrado en la Torre del Ebanista Zimmer. Es imposible resolver ese conflicto entre la palabra y la acci¨®n. Para erradicar completamente el dilema el poeta y el asesino deber¨ªan fundirse en una sola persona. Pero tampoco es verdad, porque luego llegar¨ªan los remordimientos.
El suicidio es un asunto recurrente en su obra. ?Se lo ha planteado en alguna ocasi¨®n?
Es lo primero que me planteo al levantarme por las ma?anas.
No soporta a la gente, dec¨ªa hace poco.
Es inevitable una red de relaciones. Conoces a gente encantadora y a gente est¨²pida, pero afortunadamente yo no me encargo de eso, tengo a gente que lo hace. Tambi¨¦n es verdad que las peores personas que he conocido, las m¨¢s repugnantes, fr¨ªas, retorcidas y da?inas, son aquellas en las que deposit¨¦ toda mi confianza. A veces la intuici¨®n me falla. Con Manolo afortunadamente no. Siempre me alegro de verle.
Los atentados de Par¨ªs le pillaron actuando en el Ode¨®n de esa ciudad. Le impactaron de tal forma que su ¨²ltimo estreno,?Qu¨¦ har¨¦ yo con esta espada, aborda esos ataques.
En Par¨ªs estaba en una de esas fases de hundimiento, muy severa, muy negra. Antes de los atentados ten¨ªa una sensaci¨®n muy extra?a. Llegu¨¦ a Par¨ªs agotada despu¨¦s de un a?o de trabajo imparable, sent¨ªa cuervos volar sobre mi cabeza como en una maldici¨®n. Lo primero que escuch¨¦ al salir del teatro fueron las ambulancias; todav¨ªa no sab¨ªa nada, pero ten¨ªa presentimientos, no s¨¦ explicarlo bien. Cuando finalmente me enter¨¦ mand¨¦ mensajes a todos para saber si estaban bien. Parte de los actores se tuvieron que quedar a dormir en los camerinos del Ode¨®n, y hubo un momento en que entr¨¦ en estado de shock. Me qued¨¦ completamente aturdida, pens¨¦ que hab¨ªa provocado yo misma los ataques a trav¨¦s de la obra que estaba representando en Par¨ªs. Bueno, ¨¦se es el n¨²cleo de Qu¨¦ har¨¦ yo con esta espada, una obra en busca de redenci¨®n, y ¨¦se ha sido uno de esos momentos fundamentales de mi vida. Hay un antes y un despu¨¦s de esa noche en mi vida, como si hubiera empezado a morir en ese instante.
El proceso de ser en lugar de interpretar, de ser a todas horas y de renunciar al personaje. necesita de una mujer dur¨ªsima.
Es cierto, mi trabajo nace de la uni¨®n entre un trastorno real y una voluntad est¨¦tica, y por supuesto una voluntad de trabajo. Juro que hay veces que no s¨¦ de d¨®nde he sacado fuerzas para estar en un escenario. S¨ª, soy un monstruo de voluntad.
?C¨®mo es la vida de una artista que no interpreta?
Mi vida es muy aburrida. Veo pel¨ªculas, doy paseos y escribo.
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