Voces lejanas, todav¨ªa vivas
Los seis nuevos actores de la joven compa?¨ªa del Lliure bordan La quinta del biber¨®, de Llu¨ªs Pasqual
In memoriam. La quinta del biber¨®, escrito y dirigido por Llu¨ªs Pasqual, es un acercamiento poderos¨ªsimo, l¨²cido y conmovedor a uno de los episodios m¨¢s terribles de nuestra guerra: la leva de adolescentes enviados a morir en la primera l¨ªnea del frente del Ebro. 27.000 chavales: una generaci¨®n. Pocos se salvaron. Los que no cayeron en las trincheras fueron a parar a campos de concentraci¨®n o a los penales franquistas. O a construir el Valle de los Ca¨ªdos, que ven¨ªa a ser lo mismo. Extraordinaria, necesaria funci¨®n, de las que no se olvidan. Un documento, entre testimonio y homenaje, que el director del Lliure ha construido a partir de la memoria de los supervivientes, en la l¨ªnea de La guerra ¡®buena¡¯, de Studs Terkel, aunque aqu¨ª se narra desde la ultratumba: su objetivo principal es, creo, devolverles la voz a los muertos.
Pocas veces he visto contar la guerra en escena de un modo tan veraz. En 80 minutos, Pasqual y sus actores nos hacen conocer la tragedia de esos seis inocentes emblem¨¢ticos, empujados al absurdo de una lucha in¨²til, perdida de antemano. Seis muchachos que se conocen en la caja de reclutas de Barcelona, el 27 de abril de 1938. Quintados ilegalmente, antes del reemplazo, como todos sus compa?eros. Seis muchachos ¡°que no sab¨ªan nada del mundo, porque tener 17 a?os entonces era como tener 12 hoy¡±. Sentimos su entusiasmo inicial (¡°?vamos a luchar por la Rep¨²blica!¡±) o su rotundo rechazo a la guerra. Vemos su transformaci¨®n f¨ªsica y ps¨ªquica, su anhelo de salir adelante, su desesperaci¨®n creciente. Conocemos la vida cotidiana en el frente, el calor salvaje, el hambre y la sed. Las marchas agotadoras, la ferocidad de los comisarios pol¨ªticos, los fusilamientos por nada, las bombas que estallan en las manos, las interminables horas de espera. El enemigo est¨¢ apenas 200 metros m¨¢s all¨¢. Vemos el intercambio de tabaco y librillos de papel de fumar, la breve fraternidad en la debacle que narraron Berlanga y Azcona en La vaquilla. Y luego la vuelta a la matanza, a las carreras de piojos, a las cartas que hablan de un mundo anterior y lejan¨ªsimo. Y la certeza del fin.
La entrega, la energ¨ªa, la pericia interpretativa de estos j¨®venes actores, l¨ªnea a l¨ªnea, gesto a gesto, es de una alt¨ªsima potencia dram¨¢tica. La viveza de Eduardo Lloveras, que recuerda a un joven Paco Rabal. La hondura de voz y mirada de Joan Sol¨¦. La melancol¨ªa de Quim ?vila. El humor y la afilada furia de Enric Auquer. La estoica amargura de Joan Amarg¨®s, el soldado consciente de ser carne de ca?¨®n. La a?oranza de Llu¨ªs Marqu¨¦s, escribiendo, para asirse a algo, r¨¢pidos poemas en una libreta. Todo suma en La quinta del biber¨®. La iluminaci¨®n ardiente de Pascal Merat, los ra¨ªdos uniformes de Alejandro And¨²jar, las no menos certeras caracterizaciones de Eva Fern¨¢ndez. Las im¨¢genes y v¨ªdeos de Franc Aleu, de entre los que destacan esos noticiarios de ambos bandos, pura propaganda, que mienten acerca de lo que sucede en el frente. La belleza y singularidad de la m¨²sica: los soberbios int¨¦rpretes, Oriol Alguer¨® y Ricard Renard (violines), Oriol Aymat (violoncelo), Dani Espasa (¨®rgano y clave), Robert Gonz¨¢lez (gran tenor, ya presente en A teatro con Eduardo, el anterior montaje de Pasqual), interpretan Il combattimento di Tancredi e Clorinda, de Monteverdi, que se convierte en inesperado talism¨¢n para uno de los reclutas, alternando con canciones de la guerra y pasajes del King Arthur de Purcell. Y, desde luego, las historias, seleccionadas, reescritas y trenzadas por Llu¨ªs Pasqual. Bajo su aparente sencillez, el texto es un prodigio de estructura, de construcci¨®n de la emoci¨®n, con dos grandes crescendos: cuando los reclutas matan por primera vez y cuando llega su hora. El pasmo terrible de ver caer a sus v¨ªctimas, a tan corta distancia entre los dos Ej¨¦rcitos, que quedan en la tierra de nadie ¡°como si durmieran, con los ojos abiertos¡±. O la imagen imborrable del soldado que se ensucia la cara de barro ¡°para taparse la verg¨¹enza¡± tras formar parte de un pelot¨®n de ejecuci¨®n. Hay una escena en la que los actores ¡°salen¡± por unos instantes de sus personajes para contarnos c¨®mo los construyeron, c¨®mo se aproximaron a los supervivientes (¡°usas tus sentimientos y tus miedos para acercarte a los suyos¡±), y entiendes que tambi¨¦n es una pausa necesaria para respirar y salir de la negritud, del dolor omnipresente. Pero hay que volver para verlos morir, uno tras otro, y vamos entonces de escalofr¨ªo en escalofr¨ªo. Imposible olvidar la ¨²ltima noche del soldado que deserta para estar con una mujer y nos cuenta su encuentro: ¡°Solo quiero que te quedes conmigo, a mi lado. Quiero sentir el olor de colonia en tu cuerpo, y ver tu cabello suelto, porque pronto estar¨¦ muerto. No te tocar¨¦ si no me das permiso¡±, y ella acepta. O este brutal resumen de la retirada: ¡°Solo quedamos un grupo de voluntarios forzosos en las trincheras. Llev¨¢bamos la cara tapada para no respirar el humo. Ca¨ªan bombas por todas partes, d¨ªa y noche. Ya no ten¨ªamos agua ni apenas comida. Nos hab¨ªamos acostumbrado a comer ra¨ªces y hierbas, y a dormir a ratos. Guard¨¢bamos nuestros orines en las cantimploras y cuando se enfriaban nos los beb¨ªamos¡±. Es imposible contener el llanto al escuchar sus ¨²ltimas cartas. Suena el coro final del Requiem de Monteverdi, interpretado por toda la compa?¨ªa. Se hace un gran silencio. Al acabar, nuestro coraz¨®n est¨¢ con ellos: es como si acabaran de morir aquellos hermanos a los que no conocimos. Y sus voces lejanas resuenan todav¨ªa, viv¨ªsimas, gracias a este espect¨¢culo. El estreno en el Teatro Municipal de Girona, en Temporada Alta, ha sido un acontecimiento. La funci¨®n se ver¨¢ en el Lliure de Montju?c del 14 de octubre al 13 de noviembre. A finales de febrero llegar¨¢ al Mar¨ªa Guerrero, en castellano. Y despu¨¦s est¨¢ prevista una gira espa?ola e internacional. ?Hace falta insistir en que no hay que perderse La quinta del biber¨®?
In memoriam. La quinta del biber¨®, escrita y dirigida por Llu¨ªs Pasqual. Int¨¦rpretes: Joan Amarg¨®s, Enric Auquer, Quim ?vila, Eduardo Lloveras, Llu¨ªs Marqu¨¦s, Joan Sol¨¦.
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