Diego Vasallo dibuja su retrato a ritmo de baladas

Ca¨ªdas de ning¨²n sitio, ¡°como un sombrero viejo que se queda con uno para siempre¡±: as¨ª se gestaron las ocho Baladas para un autorretrato (Subterfuge) de Diego Vasallo. Canciones alumbradas en el estudio Moon River de Santander, nacidas al calor de las grabaciones de Elvis Presley para Sun Records, siempre actuales, y los discos magistrales de Tom Waits. Una producci¨®n que el donostiarra ha realizado mano a mano con Fernando Macaya, apenas diez d¨ªas de grabaci¨®n en los que no sab¨ªan qu¨¦ se iban a encontrar, pero s¨ª lo que buscaban: un sonido arenoso y sucio, ¡°como troncos abandonados en la playa por la tormenta¡±. Por extra?o que parezca, esas poderosas estampas visuales han dejado de ser madera, agua y arena para convertirse en melod¨ªas, m¨²sica y voz.

Lejos de los parajes de su pasado en Duncan Dhu y de la experimentaci¨®n sonora que practic¨® en Cabaret Pop, Vasallo reconoce que ya no siente esa necesidad de "buscar influencias distintas a nivel sonoro". "Me preocupa m¨¢s dar con la canci¨®n rotunda que el ropaje que le ponga despu¨¦s¡±, sostiene. Encontr¨® el camino en Canciones de amor desafinado junto al productor Suso S¨¢iz, y desde entonces sigue una senda poco transitada en el panorama nacional: austera en la instrumentaci¨®n, rugosa en las formas y ¨¢spera en las voces. ¡°Procuro que mis discos tengan una personalidad lo m¨¢s propia posible, pero tampoco tengo un conocimiento tan extenso de lo que se hace aqu¨ª¡±, reconoce, al tiempo que se siente confortable en esa v¨ªa. "Aunque espero que no demasiado, porque cuando te sientes demasiado c¨®modo las cosas empiezan a descafeinarse¡±, a?ade.

Cada vez m¨¢s interesado en los sonidos primitivos y crudos, el de este disco es ¡°un tanto ¨¢spero, espeso, un poco pantanoso, con barro, un sonido roto, especial¡±, se?ala el compositor, aunque eso acompa?e a ¡°canciones con melod¨ªas m¨¢s o menos claras, no son especialmente complicadas ni dif¨ªciles¡±. Lo ha conseguido huyendo de la formaci¨®n est¨¢ndar y rode¨¢ndose de guitarras, mandolinas y percusiones, en canciones minimalistas pero con m¨²ltiples matices que se filtran como la luz por las rendijas de una persiana. A ello han contribuido To?o L¨®pez (percusi¨®n), Goyo Chiquito (contrabajo), Pablo Fern¨¢ndez (guitarra ac¨²stica, ukelele, piano y armonio) y el propio Macaya a las guitarras, mandolina, banjo y pedal steel, pero tambi¨¦n varias colaboraciones especiales. Entre ellas, los acordeones de C¨¦sar Pop en Cada vez y los pianos de Quique Gonz¨¢lez en El desconocido y el armonio de Mapas en el hielo: ¡°Quique es un gran m¨²sico, tiene una aptitud natural para la m¨²sica, yo me tengo que esforzar m¨¢s¡±, admite.

Hace tiempo que Vasallo determin¨® cuales eran sus prioridades en la industria musical: ¡°Ya no busco el estribillo perfecto, tarareable, ni los arreglos que potencien las melod¨ªas. Mis objetivos son la textura de la m¨²sica, el grano, la profundidad¡­ y construir algo con la mayor expresividad posible¡±. Entiende que tal vez sea costoso ¡°para el oyente del pop rock, pero no lo veo tan marciano, es m¨²sica que podr¨ªa entrar dentro de una especie de folk rock de autor¡±. A pesar de la crudeza, hay luz en sus creaciones, y hasta un par de baladas folkies m¨¢s limpias, como Todo lo bueno.

Los versos de Que todo se pare aluden a un pasado ¡°podado a conciencia, dejando al presente crecer¡±: ¡°Es cuando miras hacia atr¨¢s y te quedas con lo mejor¡±, aclara. Podr¨ªa referirse a ello cuando alude a la resurrecci¨®n puntual de Duncan Dhu: ¡°El grupo suena como nunca, lo hemos disfrutado, pero no hay planes a corto plazo. Estamos muy inmersos en nuestras actividades, ser¨ªa imposible tener una carrera continuada. Ser¨¢ un proyecto espor¨¢dico, para cuando tengamos ganas y tiempo¡±. A¨²n as¨ª, la coletilla de lo vivido le persigue en boca de otros: ¡°Siempre se tira de tu pasado, siempre hay un punto de nostalgia y de revival. Cuesta m¨¢s que tu obra actual se imponga, es un precio inevitable que pagamos los que venimos de grupos que tuvieron ¨¦xito¡±. ?l lo lleva ¡°con resignaci¨®n. Intento que la sombra de Duncan aparezca lo menos posible¡±. Todos los sue?os, tambi¨¦n la m¨²sica, son m¨¢s bonitos cuando se persiguen que cuando se alcanzan: ¡°El problema de los sue?os cumplidos es que luego se convierten en realidad, y son m¨¢s hermosos cuando son sue?os. Muchas veces me he preguntado si no me equivoqu¨¦ de profesi¨®n¡±, dice con una sonrisa.