?Merece Bob Dylan el Nobel de Literatura?

¡°A fin de cuentas, muchos escritores llevaban d¨¦cadas ponderando los m¨¦ritos literarios de Bob Dylan y, cuando obtuvo el premio, lo celebraron extasiados. La fenomenal pol¨¦mica que se desarroll¨® en los medios de comunicaci¨®n dur¨® semanas y, al cabo, se dio por buena la tesis de que todo era literatura¡±. Esta cita se public¨® en 2014, en la novela Alabanza, de Alberto Olmos, y circul¨® ayer entre los mentideros digitales literarios. En ese libro, Olmos narraba el supuesto fin de la literatura, un apocalipsis que empezaba con la concesi¨®n del Nobel a Dylan. Ayer hubo muchos dispuestos a proclamarle profeta. O, cuando menos, una Casandra.

¡°No s¨¦ qu¨¦ pensar¨¢n los entendidos. Pero si hay que dar el Nobel de Literatura a un cantante, m¨¢s justo hubiera sido a Leonard Cohen¡±. ¡°Javier Mar¨ªas mirando de reojo a Perales¡±. ¡°Ya no hay motivos para que no le den el Grammy a un escritor¡±. ¡°Un gesto populista¡±. ¡°Dos Dylan en la historia de la literatura. Uno de ellos tiene un premio Nobel¡±. Y etc¨¦tera, etc¨¦tera. Todos los entrecomillados son frases le¨ªdas en Facebook ayer por la tarde, una de las m¨¢s entretenidas de discusi¨®n literaria que se recuerdan en las redes sociales. Tambi¨¦n hubo celebraciones y alegr¨ªas, pero eso entraba dentro de lo esperable. M¨¢s sorprendente (o no) fue la respuesta descre¨ªda, hura?a, guasona o abiertamente hostil hacia el fallo de la Academia Sueca por parte de algunos escritores, cr¨ªticos y lectores en general.

Hay pocos ganadores del Nobel cuya condici¨®n de escritor est¨¦ tan abiertamente cuestionada. El caso m¨¢s sonado fue el de Winston Churchill (1953), al que podr¨ªa a?adirse el de Bertrand Russell (1950). A Dylan se le imputaba falta de m¨¦ritos literarios. Hubo quien cuestion¨® incluso el valor po¨¦tico de sus versos, pero el reproche m¨¢s reiterado fue que no es lo que se dice un escritor. A diferencia de otros a?os (2015, sin ir m¨¢s lejos), todo el mundo conoc¨ªa al premiado, y si los chistes en otras ocasiones jugaban con la irrelevancia p¨²blica del autor, aqu¨ª la burla ven¨ªa de su popularidad. O se pasan o no llegan.

En el fondo asoma un temor, m¨¢s o menos expl¨ªcito, de que la literatura haya dejado de ser un patrimonio exclusivo de escritores, tal y como hemos conocido esa figura hasta hoy. El a?o pasado, una periodista. Este, un cantante. ?Se rompe un monopolio o es que la literatura se est¨¢ escapando a otros cauces donde los autores de toda la vida ya no tienen autoridad?