En defensa de las quedadas
El chick flick ¡®Treintona, soltera y fant¨¢stica¡¯, protagonizada por B¨¢rbara Mori, logra salir del convencionalismo de un final feliz con hombre incluido
La historia parece conocida: In¨¦s Duarte termina con su novio y decide embarcarse en un viaje para encontrarse a s¨ª misma, pero tiene m¨¢s de treinta y la presi¨®n social por decidir estar sola. Hasta ah¨ª, parece un chick flick cualquiera.
Pero Treintona, soltera y fant¨¢stica no es una comedia rom¨¢ntica m¨¢s. La cinta protagonizada por B¨¢rbara Mori y basada en el libro del mismo nombre de la escritora mexicana Juana In¨¦s Dehesa logra romper con el final feliz con hombre incluido de este tipo de cintas.
En el filme de Chava Cartas se plantean varias de las presiones a las que est¨¢n expuestas las mujeres despu¨¦s de los 30: elegir entre tener hijo (porque el reloj biol¨®gico no se calla) o un mejor puesto en el trabajo, agarrarse un novio cualquiera o aguantar la inc¨®moda sesi¨®n de preguntas en las comidas familiares (en las que quedada se suelta como si fuera un saludo), perder el miedo (y la verg¨¹enza) e ir a comprar un dildo y otras tantas m¨¢s.
A diferencia de la ¨²ltima entrega de Bridget Jones que ha decepcionado por caer en los t¨®picos que dictan que una mujer debe tener un hijo o un hombre para sentirse completa, Treintona, soltera y fant¨¢stica explora la otra opci¨®n. In¨¦s Duarte termina sin hijo y cuando todo parece indicar que cambiar¨¢ de opini¨®n cuando el gal¨¢n que la rechaz¨® le confiesa que no puede vivir sin ella, ocurre lo inesperado: le deja.
Los espectadores mexicanos parecen satisfechos con la f¨®rmula encontrada; tanto que en su fin de semana de estreno fue la m¨¢s taquillera con m¨¢s de 880.000 asistentes y 2.4 millones de d¨®lares recaudados. Y no son los ¨²nicos. Dehesa se confiesa feliz con el resultado. ¡°Me gust¨®, sobre todo, no por lo que tomaron de m¨ª sino por lo que hicieron con los espacios vac¨ªos que fui dejando¡±.
Las experiencias de In¨¦s Duarte no son el hilo negro para sobrevivir a los treintaitantos, pero s¨ª son una visi¨®n diferente para entender que pasadas las tres d¨¦cadas hay mucho m¨¢s que empezar a vestir santos.
Babelia
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