¡®OT: El reencuentro¡¯, reuni¨®n de amigos
'Operaci¨®n Triunfo' cambi¨® la televisi¨®n para siempre y transform¨® la vida de 16 j¨®venes
Operaci¨®n Triunfo cambi¨® la televisi¨®n espa?ola para siempre. Su primera edici¨®n transform¨® adem¨¢s la vida de 16 j¨®venes que de la noche a la ma?ana se despertaron siendo las personas m¨¢s famosas de Espa?a. OT: el reencuentro no solo recuerda el karaoke kitsch e ingenuo de aquel programa ¡ªlleno de melod¨ªas pop insufribles para un o¨ªdo m¨¢s formado¡ª, sino que sirve tambi¨¦n de div¨¢n de psic¨®logo de estas fulminantes estrellas con las que creci¨® y se identific¨® la generaci¨®n millenial. Fama, amistad, ¨¦xito, amor, juventud... hasta llegar a la madurez.
"No sab¨ªa por qu¨¦ a Bisbal le estaban haciendo un disco a medida. A m¨ª me hicieron entrar en un grupo. Me estaba vendiendo porque me dijeron que as¨ª ten¨ªa que ser", recuerda ?lex Casademunt en una de las entrevistas del primer episodio de este documental que echa la mirada?15 a?os atr¨¢s para tratar de tocar las emociones del espectador. Una visi¨®n cr¨ªtica que se repite en varias ocasiones. Porque, aunque s¨ª hay muchos recuerdos y an¨¦cdotas, no todo era de color de rosa. Y, es verdad, el reencuentro no cuenta nada nuevo ni rompe moldes. Aun as¨ª, es f¨¢cil para los hoy llamados millenials?emocionarse al recordar aquellos amigos, abstray¨¦ndose a lo que hac¨ªan cuando sonaba una u otra canci¨®n. La nostalgia se convierte en un arma de manipulaci¨®n poderosa. Est¨¢ tan bien montado y realizado que la l¨¢grima f¨¢cil llega casi sin querer.
Operaci¨®n Triunfo 1 es un fen¨®meno irrepetible. Capt¨® a la ¨²ltima generaci¨®n que compraba discos de manera masiva, mientras sentaba a muchas familias juntos en el sof¨¢ lunes tras lunes. Miles de adolescentes so?aron entonces con ser cantantes. Incluso si sus padres no les dejaban quedarse hasta el final, pon¨ªan el v¨ªdeo a grabar para ver las votaciones el d¨ªa siguiente y comentarlo en clase. Esta es su particular reuni¨®n de promoci¨®n con amigos que durante unos meses fueron su familia, con un mundo m¨¢s ingenuo y una televisi¨®n hoy dif¨ªcil de hallar. Todo el programa est¨¢ construido para llegar a ese p¨²blico. Sin necesidad de explicar qui¨¦nes eran los concursantes ni lo que hac¨ªan, los recuerdos reflotan. Todo con los a?os parece que fue mejor de lo que fue. Ese es el momento cuando la nostalgia, triunfa.
Operaci¨®n Triunfo fue un fen¨®meno arrollador. Nunca se hab¨ªa visto algo parecido, y nunca se repiti¨®. Quiz¨¢s 15 a?os despu¨¦s sea dif¨ªcil echar la vista atr¨¢s y explicar c¨®mo enloqueci¨® a ese pa¨ªs que necesitaba evadirse cada lunes posterior al 11-S y consolarse tras salir a gritar el No a la guerra (que incluso son¨® en una de las galas frente a una TVE inc¨®moda). Hay un dato que lo resume bien. De los 10 programas m¨¢s vistos de la historia de la televisi¨®n espa?ola, nueve son partidos de la selecci¨®n. La ¨²nica excepci¨®n: la gala de Eurovisi¨®n en la que Rosa L¨®pez rompi¨® a cantar aquel indescriptible Europe's living a celebration. Nunca nos hab¨ªamos sentido m¨¢s europe¨ªstas. ?ramos tan forofos viendo la celebraci¨®n en Tallin como a?os m¨¢s tarde lo ser¨ªamos con La Roja en Sud¨¢frica. 14 millones de espa?oles estaban pegados al televisor para tratar de comprobar en qu¨¦ fraguaba la evoluci¨®n de una cantante venida de un peque?o pueblo de Granada a la que un pa¨ªs hab¨ªa acompa?ado en su explosi¨®n sobre el escenario, su dieta y hasta sus clases de logopedia. La vimos equivocarse y llorar. Tras meses, est¨¢bamos a punto de despedirnos de un grupo que se hab¨ªa convertido en familia. A algunos no les volver¨ªamos a ver en 15 a?os. Hasta ahora.
Solo unos pocos triunfaron para el gran p¨²blico, aunque la vida cambi¨® para todos. Geno es profesora; Ver¨®nica graba sus canciones en Los ?ngeles; Juan Camus se cabrea con el programa por no ser m¨¢s que una pared de la que nadie se acordaba; Rosa mantiene sus problemas de autoestima mientras concursa en el nuevo Tu cara me suena, y Bisbal, Bisbal se convirti¨® en una estrella mundial separado de Chenoa. Claro, tambi¨¦n nuestra vida cambi¨®.
Quiz¨¢s era el momento de recuperarlos, o quiz¨¢s era una puerta que nunca deber¨ªa haberse abierto. Eso est¨¢ por decidir. Pero un mensaje queda claro: si la televisi¨®n espa?ola actual quiere seguir siendo relevante, necesita volver a crear formatos y erigir nuevos iconos que muevan a toda una generaci¨®n como lo hicieron estos triunfitos. La nostalgia necesita de nuevos s¨ªmbolos que emocionen. Necesita un nuevo OT, sin OT.
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