James Rhodes te ense?a a tocar el piano
El int¨¦rprete que arras¨® con su cruda autobiograf¨ªa publica 'Toca el piano', un m¨¦todo con el que asegura poder interpretar a Bach en 6 semanas
James Rhodes se ha arrepentido de unas cuantas cosas en la vida. Por ejemplo: haber abandonado el piano durante una etapa m¨¢s que atormentada. Fue broker en la City londinense, dependiente en Burger King... Ahora vuelve a ser lo que siempre so?¨®, aparte de autor de best sellers: pianista. La clave para el instrumento es la continuidad. Con su disciplina recobrada y una carrera que se va consolidando, en gran parte, m¨¢s por el ruido de sus libros que por su maestr¨ªa, quiere ense?arnos a tocar. Harto de que le pidan que ense?e las manos o que le pregunten cu¨¢ntas horas dedica al d¨ªa, quien sacudiera a lo largo del a?o pasado la industria editorial con su autobiograf¨ªa Instrumental (Blackie Books), promete resultados asombrosos en su nuevo libro: ¡°Si dedicas 45 minutos al d¨ªa, te garantizo que en seis semanas puedes interpretar un preludio de Bach¡±.
?Autoayuda? ?M¨¦todo milagroso? Un poco. Y tecnolog¨ªa mediante. Si en Instrumental a?ad¨ªa una lista de obras que le marcaron para escuchar mientras el est¨®mago se enfrentaba a todo tipo de abusos infantiles, autolesiones y adicciones, en Toca el piano, propone que te enganches a sus clases por v¨ªdeo en su p¨¢gina web.
Quiz¨¢s, centrados en la tecla, los brit¨¢nicos que lleven semanas practicando ¨Cel libro apareci¨® all¨ª a comienzos de octubre- pueden aislarse del desbarajuste mundial que han ocasionado con el Brexit. ¡°Ay Dios m¨ªo, menuda mierda, me da verg¨¹enza ser brit¨¢nico, de verdad. Me asusta lo que se nos viene encima¡±, salta Rhodes con su dominio del taco.
Por eso, entre otras cosas, el pianista propone un m¨¦todo de relajaci¨®n por medio de la m¨²sica. ¡°Veo a la humanidad irritada, vivimos en una ¨¦poca en que todo nos lleva a la ansiedad, vamos demasiado acelerados, da miedo el ritmo que le imprimimos a nuestra vida entre estar pendientes del tel¨¦fono, el correo¡ Me acabo de comprar este aparato que s¨®lo admite llamadas y mensajes. ?Y qu¨¦ me dices de los adolescentes? Cuando yo andaba en esa ¨¦poca no exist¨ªa nada de esto: ni Facebook, ni Twitter, nada de esa porquer¨ªa. Sencillamente no estabas disponible o lo estabas exclusivamente para ti¡±.
El libro te ense?a c¨®mo leer m¨²sica, a usar los dedos, el pedal y practicar. ?Tambi¨¦n a ser paciente? ¡°S¨ª, porque con ese tiempo, vas barra a barra. En seis semanas¡ Insisto. Concentr¨¢ndose, ense?o a concentrarse, porque vivimos en un tiempo imposible que no ayuda a eso. La tecnolog¨ªa nos mata¡±.
Los m¨¢s grandes pianistas vivos, para m¨ª, son Grigori Sokolov y Kristian Zimerman, por buscar su propio sonido"
Con suerte y dedicaci¨®n, alguno, paso a paso, puede convertirse en alguien parecido a sus ¨ªdolos. ¡°Los m¨¢s grandes pianistas vivos, para m¨ª, son Grigori Sokolov y Kristian Zimerman, por buscar su propio sonido. Puede que se traguen alguna nota, pero no importa, porque lo prioritario en ellos es el sonido. Se tiran horas afinando los pianos antes de cada recital¡ Y Sokolov dijo algo que me marc¨®. Le preguntaron c¨®mo se sent¨ªa despu¨¦s de sus recitales y respondi¨®: 'no existe jam¨¢s el despu¨¦s, siempre, cuando acabas uno, sabes que viene otro. Lo ¨²nico que cuenta para m¨ª es c¨®mo me siento antes de pr¨®ximo¡¡±.
Una sensaci¨®n parecida, pero en forma desagradable, debe sentir Rhodes cada vez que atiende una entrevista. ¡°Me siento harto de m¨ª, todo el tiempo¡±. Recordar los abusos que sufri¨® duele, pero cree tambi¨¦n que puede ayudar a otros. ¡°Ese cap¨ªtulo forma parte de quien soy. Pero debo compatibilizarlo con quien me he convertido ahora: un padre, un m¨²sico, un escritor. Ser¨ªa absurdo plantearse no hablar de ello. Especialmente cuando vivimos en un mundo en que los abusos averg¨¹enzan, se mantienen en secreto¡ Si nos fijamos en la Iglesia cat¨®lica y su culto por el secretismo, pues me puede esta reacci¨®n: que les den por el culo, no voy a dejar de denunciarlo¡±.
Este verano anduvo por Espa?a para compartir experiencias junto a la Fundaci¨®n Manantial o Save the Children. Pero siempre resulta m¨¢s agradable para ¨¦l tratar otros asuntos. ¡°Glenn Gould, Bach, Mozart, ser padre, de la cosas buenas de la vida. Pero quienes han dado el paso que yo di, nos sentimos responsables. Si tienes la suerte de contar con un altavoz, desde luego. Hago lo mismo con la m¨²sica cl¨¢sica. Es algo sobre lo que la gente prefiere no hablar y que est¨¢ lleno de gilipollas. Si te proporcionan un micr¨®fono, una voz que se escucha, hay que utilizarla¡±.
En alguna ocasi¨®n, sin embargo, se ha arrepentido de haber escrito Instrumental. ¡°Una vez. Cuando tuve que enfrentarme al Supremo, me gast¨¦ millones, perd¨ª mi casa, me arruin¨¦ y fue tan t¨®xico y vergonzoso escuchar a los abogados utilizar ciertos t¨¦rminos sobre m¨ª y mi pasado, tan agotador que me dije m¨¢s de una vez: ojal¨¢ no hubiese escrito esta mierda de libro, casi lo tiro a la basura, pero no lo hice. Por dos razones. Primero por la responsabilidad de la que hablaba antes y despu¨¦s porque de haber perdido no habr¨ªa podido hablar jam¨¢s de mi pasado. Me hubiesen arrebatado mi propia historia y eso no se puede hacer¡±.
Temi¨® a fondo que la relaci¨®n con su hijo se quebrara. Pero todo ha regresado naturalmente a su caudal. ¡°Es magn¨ªfico, tan llevadero. No le importa nada lo que ha producido el libro. Si tienes 13 a?os y tu padre ha escrito una autobiograf¨ªa: ?querr¨ªas hablar de ello o prefieres comentar cosas de chicas, dedicarte a juegos de ordenador, ver a tus amigos? Sabe que existe, que es para mayores, que si decide leerlo alg¨²n d¨ªa, podr¨¢ y que si quiere preguntarme cualquier cosa, puede hacerlo¡±.
Babelia
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