Cr¨¦dulos
Cambiando de canal te topas con escenarios que pensabas periclitados, televisiones religiosas en las que telepredicadores intentan atraer nuevas ovejas para su pastoreo
Lo bueno, o quiz¨¢s lo malo, de cambiar compulsivamente de canal como un zombi a trav¨¦s de la TDT, anunciada en su momento como un man¨¢ de calidad y diversidad, ?se acuerdan?, es que te topas con escenarios que pensabas periclitados. Televisiones religiosas en las que telepredicadores intentan atraer nuevas ovejas para su pastoreo. ?xtasis entre gritos de ?aleluya! Y seres curados por milagro. No hablo de tener fe en una religi¨®n, algo que respeto, me refiero a la vehemencia fan¨¢tica y a los mensajes inquietantes, los que proclaman, por ejemplo, que la mujer debe ser sumisa al hombre porque as¨ª Dios lo ha querido, o los que vociferan que en casa hay que seguir las reglas del Alt¨ªsimo y no las de la ley que rigen tu sociedad, porque est¨¢n por encima.
Me gustar¨ªa poder escribir que su mensaje lo envuelven en una sofisticada parafernalia, pero ni eso. Tipos endomingados, acompa?ados de una miniorquesta que pone intensidad a sus palabras con un ¨®rgano electr¨®nico, como en los partidos de la NBA cuando se quiere animar al equipo de casa, y j¨®venes que entonan canciones que parecen sacadas de las bandas sonoras m¨¢s empalagosas de Disney. Hablo de t¨¦cnicas viejas, de sacamuelas que parlotean sin cesar y que, con un guion que suelen leer, como los malos parlamentarios, abroncan, al principio de su charla, a sus fieles porque han abandonado a Dios y, al final del serm¨®n, sin embargo, los tratan con cari?o, taladran sus mentes con la palabra amor, los acogen, porque han vuelto al redil.
Me pregunto qui¨¦n ver¨¢ esto, cu¨¢nto tiempo puede permanecer uno atento a esos espacios sin cambiar de canal o de vida; si esas gentes que se levantan y lloran son de atrezo o reales, y, lo m¨¢s intranquilizador, si hay cr¨¦dulos que pueden engancharse a este rollo con solo ver telesermones. Ah, y no se olvidan de pasar el cestillo al final, porque de algo hay que vivir, si uno quiere vender humo celestial. Al menos estas visiones me han servido para saber que mi nombre significa: ¡°Dios con nosotros¡±. ?Aleluya!
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