Marianne Breslauer regresa a Espa?a
Una retrospectiva muestra en el MNAC fotograf¨ªas in¨¦ditas del viaje de la gran fot¨®grafa por el norte del pa¨ªs en los a?os treinta
En la primavera de 1933, un Mercedes Mannheim, blanco y descapotable atravesaba las sinuosas carreteras del Pirineo catal¨¢n. En ¨¦l viajaban dos mujeres solas; extranjeras, altas, guapas, de aspecto poco convencional y raras costumbres para la ¨¦poca. Se trataba de la fot¨®grafa Marianne Breslauer (Berl¨ªn, 1909 - Z¨²rich, 2001) acompa?ada por la escritora y la periodista suiza Annemarie Schwarzenbach al volante. Ambas pertenec¨ªan a aquella generaci¨®n de?nuevas mujeres que supieron aprovechar las condiciones que les brindaba la Rep¨²blica de Weimar y se abr¨ªan paso desafiando los roles tradicionales. Su toque chic y andr¨®gino las delataba; vestidas con pantalones, pelo corto, maquilladas y cigarro en mano buscaban voz propia en un mundo de hombres, mientras Alemania se encaminaba a la barbarie de la Segunda Guerra Mundial.
El viaje ten¨ªa como fin un reportaje financiado por la agencia alemana de fotograf¨ªa Academia: Breslauer se encargaba de la fotograf¨ªa, Schwarzenbach del texto. La ruta se ce?¨ªa solo al norte, Hemingway hab¨ªa puesto de moda Pamplona con su Fiesta. Pero fue tambi¨¦n un libro de viajes, el inspirador de esta prometedora aventura; Ein Pyren?enbuch (Un libro sobre los Pirineos) de Kurt Tucholsky, publicado bajo el seud¨®nimo de Peter Panter, quien durante dos meses viaj¨® del Pa¨ªs Vasco a Andorra. El periplo de las artistas fue corto; dur¨® solo dos semanas. Breslauer tom¨® 96 fotograf¨ªas, cincuenta de las cuales se pueden ver por primera vez en la exposici¨®n que dedica el Museo de Nacional de Arte de Catalu?a a la fot¨®grafa, Marianne Breslauer. Fotograf¨ªas 1927-1938. Son m¨¢s de un centenar las im¨¢genes que se exhiben y recorren su corta pero fruct¨ªfera trayectoria art¨ªstica. ¡°Es la primera exposici¨®n dedicada en exclusiva a la fot¨®grafa en Espa?a, y adem¨¢s supone una primicia mundial mostrar las im¨¢genes del viaje a Espa?a en su conjunto, algunas de ellas in¨¦ditas¡±, se?ala Mercedes Valdivieso, comisaria de la exposici¨®n.
Recorrieron Gerona, Barcelona, San Sebasti¨¢n, Andorra, Huesca y Pamplona entre otros lugares. Pero el reportaje nunca lleg¨® a publicarse en su totalidad. Con la llegada de Hitler al poder, la agencia no se atrevi¨® a publicar las fotograf¨ªas, debido al origen jud¨ªo de la autora. Exist¨ªa la posibilidad de utilizar un seud¨®nimo, pero la artista se neg¨®. Hitler, la guerra y m¨¢s tarde el exilio pondr¨ªan fin a una corta carrera fotogr¨¢fica (1927-1938). ¡°Aun as¨ª su obra fue lo suficientemente relevante como para figurar a d¨ªa de hoy en importantes colecciones, ser objeto de exposiciones y recibir un reconocimiento un¨¢nime a escala internacional¡±, dice Valdivieso.
¡°Descubr¨ª a Breslauer en una exposici¨®n celebrada en Barcelona en 1995 titulada Las mujeres fot¨®grafas de la Rep¨²blica de Weimar, donde figuraban 59 autoras diferentes¡±, cuenta la comisaria. ¡±Hubo muchas mujeres en los a?os 30 en la Europa Central dedicadas a la fotograf¨ªa, mientras en Espa?a solo se conoce a Remei Rahola de Falg¨¢s. En Berl¨ªn hab¨ªa una escuela que desde 1890 impart¨ªa clases de fotograf¨ªa. A esto se un¨ªa la gran concentraci¨®n de gacetas ilustradas que exist¨ªa en aquel momento, lo que fomentaba la profesi¨®n¡±. Si bien el autorretrato era un g¨¦nero frecuente en las mujeres fot¨®grafas, quienes lo utilizaban como m¨¦todo de exploraci¨®n de la identidad femenina, no lo era tanto autorretratarse desnuda. Breslauer fue la primera fot¨®grafa que lo hizo semidesnuda al lado de su c¨¢mara, subrayando su faceta tanto de fot¨®grafa como de mujer sensual. ¡°Las fot¨®grafas de la ¨¦poca que se autorretrataron desnudas, lo hicieron a trav¨¦s de escenificaciones o disfraces. Breslauer no se mete en ning¨²n rol, se retrata a ella misma. Lo que se podr¨ªa interpretar como una clara se?al de autoconfianza. Retratarse al lado de su c¨¢mara profesional tambi¨¦n lo hicieron muchas, pero no desnudas. Se desconoce cual era la intenci¨®n del retrato. Este no se hizo p¨²blico hasta los setenta, pero sus hijos aseguran que ella se sent¨ªa muy orgulloso de ¨¦l¡±. destaca Valdivieso. Pero tampoco fue algo frecuente entre los hombres, de hecho, solo se conoce un ejemplo: el de su amigo Erwin Blumenfeld.
Procedente de una familia burguesa y adinerada alemana, donde el arte desempe?aba un papel importante, la artista comenz¨® sus estudios de fotograf¨ªa en la escuela de la Asociaci¨®n Lette Verein. Eran los tiempos en los que L¨¢szl¨® Mogoly-Nagy proclamaba a la fotograf¨ªa como un nuevo arte y, liberada de los tintes pictorialistas, se reg¨ªa por sus propias normas. Entre sus mejores amigos de juventud se encontraban Umbo y Paul Citroen, quienes llegar¨ªan a formar parte de la n¨®mina de los fot¨®grafos de la vanguardia de Entreguerras. Ambos fueron alumnos de la Bauhaus. ¡°Con Citroen realiz¨® los primeros close ups (nuevo tipo de retrato en el que se acerca la c¨¢mara de tal forma que la cara queda frecuentemente recortada y, en algunos casos, incluso desenfocada o reducida a un fragmento, como la boca o los ojos). ¡°Tengo la sensaci¨®n de que se mantuvo alejada de cualquier planteamiento te¨®rico. Busc¨® desde sus comienzos una coexistencia entre el realismo y la poes¨ªa, participando de la est¨¦tica de la Nueva Visi¨®n¡±, a?ade Valdivieso.
Par¨ªs era el destino l¨®gico para las aspiraciones art¨ªsticas de esta fot¨®grafa, quien fue admitida en el estudio de Man Ray pero este, tras ver sus fotograf¨ªas, consider¨® que no ten¨ªa nada que ense?arle. ¡°Breslauer dominaba ya la t¨¦cnica fotogr¨¢fica, la escuela de la que proced¨ªa ten¨ªa muy buena reputaci¨®n. Mientras Man Ray era autodidacta. Posiblemente, ella conoc¨ªa la t¨¦cnica mejor que ¨¦l¡±, destaca Valdivieso. "Mi forma de fotografiar era muy diferente de la de Man Ray", escrib¨ªa Breslauer a?os despu¨¦s, mientras recordaba como cay¨® desmayada en sus brazos, al ver la secuencia de Un chien Andalou en la que una cuchilla de afeitar atraviesa un ojo. A?os m¨¢s tarde se retratar¨ªan mutuamente.
"Lo que m¨¢s me interesaba era deambular simplemente por Par¨ªs y fotografiar a gente normal, escenas cotidianas, los momentos que pasan inadvertidos, cosas triviales... Este tipo de fotograf¨ªa estaba en el ambiente y creo que yo lo percib¨ª bastante pronto. Quiero imaginarme que mis fotograf¨ªas desprenden una cierta poes¨ªa y no tienen nada que ver con la Nueva Objetividad, que estaba en auge en la d¨¦cada de los veinte. Como ya he mencionado, en mis fotos hay algo m¨¢s bien po¨¦tico y esto me contin¨²a satisfaciendo hasta hoy¡±, escrib¨ªa la fot¨®grafa en los a?os sesenta.
A su regreso a Berl¨ªn comenz¨® a trabajar de fotoperiodista para la editorial Ullstein. Su desahogada situaci¨®n econ¨®mica le permiti¨® abandonar el trabajo y establecerse como artista independiente al no sentirse satisfecha con el tipo de reportajes que la encargaban y as¨ª se mantuvo hasta la guerra. Se exili¨® ?msterdam ?y m¨¢s tarde se estableci¨® en Suiza con su marido, un prestigioso marchante, para quien continu¨® haciendo fotograf¨ªas para su negocio. ¡°No volvi¨® a pisar un cuarto oscuro. Dec¨ªa que no ten¨ªa la tranquilidad ni el ambiente deseado para practicar la fotograf¨ªa y opt¨® por abandonarla¡±, cuenta Valdivieso. Ser¨ªa en los ochenta cuando su figura y su obra fue rescatada del olvido.
Marianne Breslauer. Fotograf¨ªas 1927-1938. Museo Nacional de Catalu?a, Barcelona. Hasta el 29 de enero del 2017
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