Venezuela filma su aislamiento
'La soledad', el primer largometraje de ficci¨®n del director venezolano Jorge Thielen Armand, espera el estreno en su pa¨ªs
Tres pases con la sala llena y otras tantas salvas de aplausos de unos 1.500 espectadores. Tal fue el saldo de la exhibici¨®n en el Festival de Venecia, en agosto, de La soledad, el primer largometraje de ficci¨®n del director venezolano Jorge Thielen Armand.
La cita en la ciudad ducal se le da bien a los cineastas de la peque?a Venecia suramericana. El Le¨®n de Oro de 2015 recay¨® en el realizador caraque?o Lorenzo Vigas por su cinta Desde all¨¢. Un a?o m¨¢s tarde, en la edici¨®n 73 del festival, le toc¨® el turno de brillar a un joven compatriota de solo 26 a?os, que presentaba, en medio de un certamen muy inclinado a premiar el cine latinoamericano, un proyecto apoyado por el programa de nuevos talentos del Festival, el Venice?Biennale?College.
La soledad relata la historia de una familia de personal dom¨¦stico que habita la casa, hom¨®nima y semiabandonada, de sus antiguos patrones. La familia propietaria del inmueble decide que los ocupantes abandonen la casona, para demolerla. Entonces Jos¨¦, el hombre en edad laboral del grupo, acosado por los rigores de la vida cotidiana de una Venezuela en crisis, decide poner a prueba las leyendas seg¨²n las cuales bajo la mansi¨®n venida a menos yace enterrado un tesoro de morocotas, unas monedas de viejo cu?o que circularon en el pa¨ªs durante el siglo XIX.
Armand, que ya ten¨ªa en su haber el aclamado documental La flor de la mar -sobre el malhadado proyecto gubernamental para reactivar la isla de Cubagua, en el Caribe venezolano, ubicaci¨®n de la primera ciudad fundada por los espa?oles en el hemisferio-, para contar esta historia apel¨® a una t¨¦cnica audaz y mestiza: el Jos¨¦ de la pel¨ªcula es Jos¨¦ L¨®pez, que hoy vive en la quinta ancestral de la familia Armand en un barrio tradicional de la aristocracia criolla en el noreste de Caracas. El producto de este injerto podr¨ªa llamarse realidad ficcionada.
¡°El personaje principal, que se llama Jos¨¦, le dicen El Negro, es el nieto de la se?ora de servicio de mis bisabuelos¡±, dice Armand desde Canad¨¢ a trav¨¦s de Skype. ¡°Yo lo conoc¨ª cuando era beb¨¦ y Jos¨¦ todav¨ªa vive all¨ª. Pasaron los a?os, ¨¦l tiene a su hija viviendo all¨ª, con su esposa, tiene a muchos de sus t¨ªos all¨ª.Cuando yo le dije que hici¨¦ramos una pel¨ªcula, fue una forma de volver a jugar como cuando ¨¦ramos peque?os¡±.
El elenco tambi¨¦n particip¨® en el arte y utiler¨ªa de la pel¨ªcula. Hab¨ªa un duende comunitario que se impuso en el proyecto y que no aceptar¨ªa regirse por el cepo de un libreto. ¡°Con Rodrigo Michelangeli, productor y coescritor del filme, hicimos un gui¨®n. Pero nunca se lo dimos a leer a los personajes, que no eran actores profesionales. Durante el rodaje ellos sab¨ªan c¨®mo iba la historia, pero 30 segundos antes de filmar, cuando ten¨ªamos las c¨¢maras y las luces listas, se les explicaba de qu¨¦ iba la escena: ¡®Mira, ahora t¨² le vas a pedir dinero a tu esposa¡¯, por ejemplo. Le dec¨ªa una cosa as¨ª en la oreja a uno, y le dec¨ªa otra cosa al otro personaje, y empez¨¢bamos a filmar las reacciones espont¨¢neas de ellos a unas cosas que no se esperaban, para as¨ª poder capturar una especie de ¡®verdad¡¯. Los pon¨ªa a hacer muchos ejercicios f¨ªsicos, ejercicios de concentraci¨®n. Fue tratar de no hacerlos actuar, sino que se trataba de sentir el momento y estar aqu¨ª y ahora¡±.
Jos¨¦, el protagonista, solo alcanz¨® a ver por primera vez la historia ¨ªntegra de la pel¨ªcula en Venecia, donde viaj¨® luego de que una campa?a de levantamiento de fondos a trav¨¦s del sitio de crowdfunding Indiegogo.com permiti¨® disponer del dinero suficiente para pagarle el boleto a¨¦reo y la estad¨ªa.
Son pocos los venezolanos que han visto la cinta. Armand espera proyectarla en salas nacionales ¡°el primero o segundo trimestre de 2017¡±.
Entonces ser¨¢ interesante valorar la reacci¨®n de sus paisanos ante las escenas que muestran la actual crisis humanitaria, y si esas escenas conservan su vigencia. ¡°Yo s¨ª tuve la intenci¨®n de mostrar la casa de mis antepasados como una met¨¢fora de Venezuela, y tambi¨¦n mostrar las colas, mostrar los efectos de la falta de medicinas, de que a los personajes no les llegue el agua. Quer¨ªa mostrarlo en primer plano. En mi pel¨ªcula hay colas, hay una farmacia vac¨ªa. Yo me sentir¨¦ muy contento si en un futuro mi pel¨ªcula sirve de referencia para decir: ¡®Mira, as¨ª era Venezuela en esa ¨¦poca¡¯. Pero?yo no quer¨ªa hacer una pel¨ªcula que fuera propagandista o partisana. Yo no soy experto en el origen de los problemas de Venezuela. Pero s¨ª que conozco c¨®mo afectan esos problemas a las personas. Manej¨¦ la pel¨ªcula de una manera muy respetuosa y sutil con respecto a las posiciones pol¨ªticas de los individuos. Yo no busqu¨¦ dar explicaciones sobre las causas de los problemas, sino mostrar lo que esos problemas causan a las personas¡±.
Esa denuncia tan actual, sin embargo, no deber¨ªa opacar con el tiempo los valores del relato. ¡°Las pel¨ªculas que Rossellini?film¨® cuando Alemania ocupaba Italia todav¨ªa funcionan, porque el mundo de una pel¨ªcula es lo que uno ve en la pantalla. Parte de los antagonismos con los que se encuentran los personajes se deriva de la situaci¨®n del pa¨ªs. Uno ve esas pel¨ªculas de ¨¦poca y acepta esos mundos como son¡±.
El autor dej¨® Venezuela en 2005, cuando ten¨ªa 15 a?os de edad. Sus padres decidieron migrar a Florida, en Estados Unidos. Luego se ir¨ªa a estudiar en la Universidad de Concordia en Montreal, Canad¨¢. Ahora es Toronto su base. A pesar de ello, o quiz¨¢s por ese desarraigo, sus historias siguen ancladas en el pa¨ªs donde naci¨®. ¡°La mayor suerte que yo tengo es ser venezolano. Las historias m¨¢s incre¨ªbles que yo conozco est¨¢n en Venezuela, y adem¨¢s est¨¢n cerca de mi coraz¨®n. Son historias que me apasionan y que me permiten hablar de m¨ª y de mi gente, que por eso mismo no voy a soltar, las voy a hacer aunque tenga poca plata para producir una pel¨ªcula. Filmar en Venezuela siempre trae muchos retos, pero al mismo tiempo en ese pa¨ªs hay una gran diversidad visual y muchas oportunidades para contar historias. Hay tantos conflictos sociales y pol¨ªticos que a donde sea que t¨² voltees hay un documental. All¨¢ todo el mundo est¨¢ invent¨¢ndose una manera colorida de solucionar su d¨ªa a d¨ªa. Para m¨ª Venezuela es como un cofre que contiene una cantidad de tesoros que son todas estas historias. Ah¨ª est¨¢n mis historias. Ah¨ª est¨¢ la casa de mis abuelos, La Soledad. Ah¨ª est¨¢ Cubagua, la isla donde trabaj¨® mi abuelo como arque¨®logo¡±.
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