Del periodismo a la historia

Cuando Antonio Ca?o en cada reuni¨®n diaria de EL PA?S insiste en que se le lleven historias, lo hace no solo consciente de la importancia que tienen para que las devoren los lectores. Tambi¨¦n convencido de que ese friso, en el futuro, ayudar¨¢ a conformar la Historia. Se lo plante¨® el director de opini¨®n del diario, Jos¨¦ Ignacio Torreblanca, y lo corrobor¨® Jos¨¦ ?lvarez Junco, uno de los historiadores m¨¢s preclaros, agudos y profundos de Espa?a.

Los tres participaron en la primera jornada del Festival E?e, que comenz¨® el viernes y continuar¨¢ este s¨¢bado en el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid. El contexto conforma el buen periodismo, no como mero tel¨®n de fondo, sino como clave para enfocar y entender cada relato. Y al rev¨¦s, tambi¨¦n: el buen periodismo acaba por tejer el bagaje de la Historia. Son parientes directos de una misma familia. ¡°Los peri¨®dicos se convierten en una fuente indispensable para nosotros, los historiadores. Nadie puede acertar en un relato social sin ellos¡±, defiende ?lvarez Junco. Pero con sus reservas y conscientes de que, sobre todo en el pasado, respond¨ªan a bandos o intereses. ¡°Ante todo pol¨ªticos¡±, apunta el historiador. ¡°Hasta el punto de llegar a batirse en duelo, no solo individual, sino colectivo. Redacci¨®n contra redacci¨®n¡±.

Queda claro que hemos mejorado. En Espa?a, desde que no hace mucho se introdujera el periodismo independiente. ¡°Es un fen¨®meno relativamente reciente¡±, asegura Ca?o. ¡°Y aunque no lo parezca, hemos crecido considerablemente. Los peri¨®dicos serios de hoy recogen lo esencial de lo que ocurre en sus pa¨ªses y en el mundo. Cuando sean le¨ªdos pasado un tiempo, quienes lo hagan tendr¨¢n unas sensaciones muy adecuadas a lo que en realidad ha sucedido¡±.

Esa retroalimentaci¨®n continua entre Historia e historias para los peri¨®dicos a menudo ayuda tambi¨¦n a entender sin traumas la realidad. ¡°A desdramatizar¡±, asegura Ca?o. Pero lo primordial es que la Historia resulta un espejo primordial donde medir ciertos hechos. ¡°Cuando a Obama lo eligieron presidente, el ¨¦nfasis se puso en que fue el primer presidente negro. Si Hillary, Dios lo quiera, llega a la Casa Blanca, ser¨¢ la primera mujer¡±, afirma el director de EL PA?S, que fue durante varios a?os corresponsal en Estados Unidos.

Para ejercer su trabajo, tanto ¨¦l como quienes se encargaban de los asuntos de la Casa Blanca necesitaban un conocimiento profundo de todos los que hab¨ªan sido sus inquilinos. ¡°Quienes fueron, qu¨¦ hicieron en determinadas situaciones, c¨®mo actuaron¡­¡±. Cada detalle del pasado resultaba crucial para establecer el significado del presente.

Y el presente ahora es, en gran parte, el de un Trump aupado por el miedo y un discurso ultrapopulista. Si para entender qu¨¦ significaba un fen¨®meno como el de Obama hab¨ªa que leer libros sobre Lincoln, a quien no dejaba de citar en sus discursos como referencia crucial, para comprender a Trump, ?qu¨¦ leer¡­?

?lvarez Junco apunt¨® que cualquier libro sobre populismos. ¡°En realidad es demasiado simple. Y ha pasado muchas veces antes. En Espa?a, sin ir m¨¢s lejos, en el siglo XVII¡±. Hay que calibrar tambi¨¦n el efecto del miedo. ¡°Los americanos tienden a asustarse mucho. Y Trump explota todos esos temores como nadie: el del terrorismo, el declive econ¨®mico, la inmigraci¨®n¡±, apunt¨® Ca?o.