¡®Masterchef Celebrity¡¯, natural y fresco
La versi¨®n con famosos del programa gana en naturalidad y cercan¨ªa pero se hace demasiado larga
En?la ¨²ltima edici¨®n de MasterChef, el reality pudo a la cocina. Parec¨ªa que primaba m¨¢s el enfrentar a concursantes o meter a alguno conflictivo que mantener el esp¨ªritu de la primera edici¨®n. Viendo el programa aquel primer a?o, muchos quisieron meterse a cocineros. Viendo el ¨²ltimo, muchos acabamos hastiados. Quer¨ªamos m¨¢s chef y menos show. Con el nuevo programa, MasterChef Celebrity, el que la cocina, la comida, la parte m¨¢s did¨¢ctica, sea menos importante, no fastidia. No va a eso, y por ello es m¨¢s admisible. Son famosos, compitiendo (algunos m¨¢s que otros). El p¨²blico sabe qui¨¦nes son y, pese a ello, se puede sentir identificado por su bajo nivel como cocineros. A la espera de la quinta edici¨®n del programa para ver por d¨®nde van los tiros, ahora s¨ª que debe primar el espect¨¢culo, incluso el reality. Son famosos, pero poco habituados a los fogones, fuera de su medio natural.
Y es acercar a los famosos, muy bien elegidos por cierto, al espectador, uno de los aciertos de esta nueva receta del programa. Incluso a ratos se te puede olvidar que lo son. Se les ve naturales, m¨¢s a unos, como Cayetana Guill¨¦n Cuervo, desde ya una de las favoritas del p¨²blico, que a otros, como a Loles Le¨®n, que parece bordar siempre ese personaje a medio camino entre el incordio y la chuler¨ªa simp¨¢tica. Curioso ser¨¢ ver c¨®mo evoluciona en el programa el matrimonio formado por El Cordob¨¦s (al que le disgust¨® tener que matar al bogavante...) y Virginia Troconis (tuvo que mandar callar dos veces a su marido) o c¨®mo aprenden Fonsi Nieto y Miguel ?ngel Mu?oz a desenvolverse entre cacharros. A todos se les ve naturales, se les ve sufrir (a Mar¨ªa del Monte m¨¢s que a nadie) y se les ve pas¨¢ndoselo bien.
Falta la tensi¨®n y la ambici¨®n de los concursantes an¨®nimos, pero se gana en escuchar los comentarios y en ver las reacciones de los famosos ante la dureza de los jueces o ante su desconocimiento, que muchos podemos compartir, a la hora de hacer un plato con bogavante. El primer programa deja sorpresas agradables, como Guill¨¦n Cuervo (da gusto verla disfrutar, llorar en el esfuerzo, sufrir por ella y por sus compa?eros e incluso cortarse los dedos), y otras inesperadas, como esa guerra abierta entre Loles Le¨®n (creadora del bogavante verbenero) y Fernando Tejero (autor de una nueva versi¨®n de le¨®n come gamba). Y en ambos ejemplos el programa promete entretenimiento y show. Y esta vez est¨¢ bien.
Pero mal, como es habitual en varias ocasiones en TVE, la duraci¨®n del programa, que hace que termine a horas en las que es dif¨ªcil aguantar. Tres horas de show familiar que terminan a la una de la madrugada, como si al d¨ªa siguiente, lunes, no hubiera nada que hacer. Y mal, y un mareo para el espectador, que de pronto el segundo programa se anuncia para el martes.
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