Muere Mose Allison, pianista y cantante sure?o
Demasiado r¨²stico para el p¨²blico del jazz, excesivamente sofisticado para los puristas del blues, Allison encontr¨® su hueco en Europa.
Mose Allison, pianista, cantante y compositor de jazz y blues, muri¨® en su casa de Carolina de Sur el martes 15 de noviembre. El m¨²sico, de 89 a?os, era conocido por un cancionero chispeante que fue recreado por una pl¨¦tora de artistas: The Who, Elvis Costello, The Clash, Leon Russell, Van Morrison, Bonnie Raitt, Georgie Fame, John Mayall o Blue Cheer.
Ten¨ªa una biograf¨ªa ins¨®lita. Hab¨ªa nacido en una granja de Tippo, un rinc¨®n de Mississippi, en 1927. Era una regi¨®n dependiente del llamado Rey Algod¨®n y Mose conoci¨® una vida similar a la de tantos bluesmen negros; ciertamente, nunca lleg¨® a sufrir sus estrecheces pero aseguraba que ¡°los blues estaban en el aire que respirabas¡±.
Durante los a?os cuarenta, Allison estudi¨® en la universidad, cumpli¨® con el US Army y decidi¨® que la m¨²sica era m¨¢s interesante que la agricultura. Se enfrent¨® con un problema: los prejuicios raciales dificultaban que un pianista blanco se dedicara a tocar boogie woogie en p¨²blico, aunque recordaba ser bien acogido por el joven B. B. King en un escenario de Memphis. En 1956, ya casado, se instal¨® en Nueva York.
Lleg¨® en un buen momento. Ten¨ªa maneras de hipster y su actitud esc¨¦ptica encajaba con la de los beats. Musicalmente, pese a que aspiraba a seguir la pista be-bop de Bud Powell, Allison pose¨ªa suficiente sabor sure?o para adaptarse a su evoluci¨®n, el hard bop. Demostr¨® flexibilidad: actu¨® y grab¨® con Al Cohn, Zoot Sims, Phil Woods o Stan Getz. Prestige le fich¨® en 1957 y le edit¨® media docena de discos, pulcramente registrados por el ingeniero Rudy Van Gelder en su estudio de New Jersey.
En Prestige, pensaban que fallaba su imagen: vest¨ªa de sport y su m¨¢xima extravagancia era un bigote. Se le promocion¨® como un pianista que tambi¨¦n cantaba; sus discos combinaban standards y composiciones propias. Estas tend¨ªan a ser piezas cortas, agudos blues sobre la naturaleza humana, cantados con laconismo cool. En Estados Unidos, esas ocurrencias eran consideradas anecd¨®ticas; fueron mejor entendidos en el Reino Unido, donde los discos de Allison ¨Cque pas¨® a Atlantic, tras una breve estancia en Columbia Records- incluso se bailaban en las discotecas mod.
Allison facturaba ocasionalmente elep¨¦s conceptuales, como Back country suite o Transfiguration of Hiram Brown (y m¨¢s de un cr¨ªtico habl¨® del ¡°William Faulkner del jazz¡±). Sin embargo, lo suyo funcionaba mejor en dosis cortas. Temas como ¡°Young man blues¡±, ¡°Your mind is on vacation¡±, ¡°Parchman Farm¡±, ¡°Look here¡± o ¡°Everybody¡¯s cryin¡¯ mercy¡± entraron en el repertorio de bandas y solistas.
Esa admiraci¨®n desembocar¨ªa en Tell me something: the songs of Mose Allison (1996), un homenaje de Van Morrison donde tambi¨¦n participaron Georgie Fame, Ben Sidran y el propio Allison. En Estados Unidos, su humor ten¨ªa dif¨ªcil encaje y apenas grab¨® entre 1977 y 1987, cuando finalmente fue recuperado por el sello Blue Note. Durante las malas rachas, la familia Allison ¨Cten¨ªa cuatro hijos- sobrevivi¨® gracias a sus ingresos como compositor.
Como suele ocurrir con otros artistas iconoclastas pero profundamente estadounidenses, Mose Allison termin¨® siendo m¨¢s apreciado en Europa que en su pa¨ªs. Lo explicaba as¨ª: ¡°me aceptan como creador, da lo mismo que toque jazz o m¨²sica cl¨¢sica¡±. En Londres se public¨® el primer libro sobre su carrera, One man¡¯s blues, de Patti Jones; la BBC le dedic¨® en 2006 un cari?oso documental, Ever since I stole the blues.
Su ¨²ltimo disco de estudio, The way of the world (2010), fue un trabajo de amor: grabado en California, gracias a la insistencia de Joe Henry, productor experto en m¨²sica con ra¨ªces, el ¨¢lbum cont¨® con la participaci¨®n de su hija, la cantautora Amy Allison.
Babelia
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