Zenet, un viajero musical con sombrero y chaleco
El cantante malague?o actuar¨¢ el 26 de noviembre en Los Matinales de EL PA?S
Zenet, en Si sucede, conviene, su nuevo disco, es un exiliado de las madrugadas, de las barras en las que sol¨ªa componer, de los restos de la noche en los que ¨¦l percib¨ªa la fragancia propia del jazz. Ahora, cuando los bares echan la persiana met¨¢lica, ¨¦l se encuentra afuera, corriendo con su perra despu¨¦s de haber descansado bien. Su voz, a lo largo de los 11 temas del disco, asoma l¨ªmpida entre el acompa?amiento mel¨®dico, semejante y distinta al maullido quebrado a lo Sinatra que hizo tan suyo. Suena clara, como la luz de esas ma?anas que ahora disfruta. El s¨¢bado 26 de noviembre actuar¨¢ en el Rialto de Madrid en el marco de Los Matinales de EL PA?S.
¡ªSiempre pens¨¦ que la m¨²sica estaba ligada a la noche. Ahora he descubierto que en el reverso tambi¨¦n hay m¨²sica y que adem¨¢s se hace compatible con lo dem¨¢s: la familia, la vida. Hago m¨¢s deporte, me cuido m¨¢s, aduce.
Los artistas de Zenet
Zenet, a quien le gustar¨ªa poder tocarse con un sombrero de Leonard Cohen y que, por ciencia infusa, se le transmitiera su genio, aprecia la personalidad, la singularidad de los m¨²sicos a los que escucha. Del panorama espa?ol apunta a Silvia P¨¦rez Cruz. De fuera, querr¨ªa ver en concierto a Gregory Porter o Robin McKelle. El vocalista, ne¨®fito en redes sociales que confiesa disfrutar de gestionar su cuenta de Instagram ¨²ltimamente, entabl¨® por ese medio relaci¨®n con Zaz, cantautora francesa con influencias del gypsy jazz. Enigm¨¢tico anuncia: "Creo que haremos alguna colaboraci¨®n".
¡ª?Esa es la raz¨®n del nuevo sonido?
¡ªTambi¨¦n est¨¢ la producci¨®n de Carlos Narea. A m¨ª personalmente me gustaba o¨ªr en las grabaciones el dedo desliz¨¢ndose por la cuerda de traste a traste, las respiraciones del trompetista, el crujir de la madera del contrabajo. ?l ha filtrado cada sonido. Arroja un resultado del que estoy muy satisfecho, cristalino.
Toni Mellado (a Zenet, el apellido berberisco de su abuela que le sirve de insignia, no hay que anteponerle nombre, advierte, ¡°o podr¨ªa semejar un remedo del maestro Tony Bennet¡±) no se libra del gris marengo, del traje de tres piezas y el sombrero, de la piel del personaje. Ese aire de gal¨¢n menudo de cine cl¨¢sico le ha vuelto reconocible y, aunque le halaga que se refieran a ¨¦l como el crooner malague?o, considera que se trata m¨¢s bien de eso: una referencia est¨¦tica. ¡°Ven sobre el escenario a un tipo con sombrero y una banda de jazz como la que tengo y dicen: crooner.¡± Lo que siente que le define realmente es otra cosa:
¡ªYo me apropio de los g¨¦neros. Hago un viaje musical de ida y vuelta en el que tomo el estilo y lo convierto en propio. Cuando te enfadas, por ejemplo, naci¨® como una copla. La vestimos y se transform¨® en una zambra. Insist¨ª en a?adirle colchones met¨¢licos y poco a poco son¨® m¨¢s parecido a como la imaginaba, hasta su forma final. Eso es Zenet.
¡ª?Y cu¨¢l es el pr¨®ximo viaje musical que planea? ?Concibe una fusi¨®n de jazz con ritmos orientales o ¨¢rabes?
¡ªMe pasa por la cabeza, contemplo la idea aunque a veces creo que hay que madurarla y esperar a que se den las circunstancias propicias. El Mediterr¨¢neo es un universo sonoro riqu¨ªsimo: las m¨²sicas de Grecia, Croacia, de T¨²nez y tambi¨¦n de Marruecos, que lo tenemos tan cerquita, son extraordinarias. Pero explorar armon¨ªas requiere de mucho tiempo. Los sonidos de Nueva Orleans me llevaron tres discos y a¨²n el cuarto est¨¢ impregnado de ellos. Ahora quer¨ªa adentrarme en el folk de Latinoam¨¦rica, sobre todo en las armon¨ªas cubanas. Era una deuda imperdonable que guardaba con mi banda. De ah¨ª incluso el t¨ªtulo: Si sucede, conviene no expresa resignaci¨®n sino aceptaci¨®n activa, es una filosof¨ªa de vida muy cubana. Ya vendr¨¢ lo que compense lo malo, el dolor. En las letras (escritas por Javier Laguna) y tambi¨¦n en la m¨²sica quer¨ªa salirme de la tem¨¢tica de la p¨¦rdida del amor, desdramatizar, usar un tempo m¨¢s r¨¢pido y jugar m¨¢s.
El disco se sufrag¨® mediante micromecenazgo, una experiencia que ¡ªera su primera vez¡ª asegura Zenet que le ha puesto m¨¢s cerca de su p¨²blico de formas impensables. Seg¨²n la aportaci¨®n, regalaba sombreros o hasta vend¨ªa cuadros de su factura. El di¨¢logo con uno de los que le encarg¨® una pintura no se limit¨® a ofrecerle obras y que este escogiera, dio las ¨²ltimas pinceladas del cuadro pensando en ¨¦l. Dice Zenet que solo echa de menos de una gran empresa su labor de promoci¨®n y, como p¨²gil de la cultura en tiempos de crisis curtido en las tablas y tambi¨¦n en la pantalla, le dirige un mensaje al ¡°inexistente¡± Ministro de Cultura: ¡°El 21% de IVA en cada gasto es un da?o acuciante. Una sala, una noche, son cinco o seis mil euros, m¨¢s furgoneta, gasolina y m¨²sicos. ?Imaginan lo dif¨ªcil que es hacer una carrera as¨ª? No pido ayuda, solo que nos pongan m¨¢s f¨¢cil el seguir trabajando¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.