Un pacto nacional por la cultura
En dos legislaturas el Gobierno no le ha concedido ministerio propio y no hay planes para apoyar a un sector con innumerables empleos en riesgo
Hace muchos a?os que la cultura espa?ola se levanta tarde. Adormecida y macilenta, descuidada por los poderes p¨²blicos, que desconocen su enorme potencial econ¨®mico, de creaci¨®n de empleo y alegr¨ªa, vive el sue?o injusto de la pereza estatal.
Creadores muy notables, que llevan el nombre del pa¨ªs a las carteleras y a las estanter¨ªas, est¨¢n amenazados (e incluso denunciados) por mandatarios sin rigor que los comparan con evasores u otros delincuentes solo porque un d¨ªa se alzaron contra el poder que mand¨® tropas a Irak.
Esa ansiedad de venganza lleg¨® a las leyes impositivas, y hoy el teatro, el cine, otras artes, languidecen cuando no se entusiasma en las catacumbas.
El asunto es grav¨ªsimo; hay otros m¨¢s graves, naturalmente; la educaci¨®n anda en volandas de un esqueleto llamado Lomce, a punto de ser defenestrada, y la sanidad conoce los inhumanos recortes, que convierten en un aullido de dolor, de dolor verdadero, el sufrimiento de las personas frente a la potencia de hospitales p¨²blicos que no tienen ni capacidad ni gente para atender a los dolientes.
En ese marco de desidias, en un pa¨ªs que gasta dinero en rescatar cajas registradoras, el caso de la cultura sobrenada como si no tuviera importancia, como si fuera cosa de las ¨¦lites a las que conviene tener a buen recaudo. Las instituciones p¨²blicas (de todas las autonom¨ªas) y las instituciones estatales de la cultura, los partidos pol¨ªticos, sus l¨ªderes incluidos, el propio Gobierno del Estado, registran con poca energ¨ªa su relaci¨®n con la creaci¨®n cultural, con el cuidado del patrimonio (del antiguo y del moderno); el Gobierno actual, adem¨¢s, ha dejado ya en dos legislaturas que este rengl¨®n de atenci¨®n a la creaci¨®n de un pa¨ªs m¨¢s culto, m¨¢s integrado en una Europa que no recorta sino que emprende, se quede sin minsterio.
Y ah¨ª est¨¢ el pobre ministro de Educaci¨®n y dem¨¢s etc¨¦teras solo en el banco azul, con la cabeza hecha un l¨ªo y con tres o diecis¨¦is ministerios a los que atender. No hace falta un Ministerio de Cultura, probablemente, para la energ¨ªa (y el dinero) que se presupuesta para su acci¨®n. Y no hace falta, quiz¨¢, porque no hay un pacto de Estado por la cultura; la administraci¨®n no se toma en serio la cultura, se suele decir. Como casi todos los lugares comunes, este se basa en la realidad. Y la realidad es esa: Espa?a no tiene un Ministerio de Cultura porque a los poderes del Estado la cultura les parece interesante solo para retratarse con los Reyes o con los premiados cuando se dan los premios. Para los castigos no hay nadie, y la cultura espa?ola est¨¢ viviendo un tiempo amargo, cuyos s¨ªmbolos son muy variados: tienen que ver con el paro, con la falta de apoyo p¨²blico (de los gobernantes, de los medios p¨²blicos, incluida la televisi¨®n, del parlamento) a la iniciativa de creadores y empresarios, de instituciones, que cuentan con una raya en el agua las veces que ministros, presidente y otras autoridades acuden a las manifestaciones que tienen lugar en este pa¨ªs. Se habla de un pacto por la Educaci¨®n; se tendr¨ªa que hablar tambi¨¦n de un Pacto Nacional por la Cultura. Muchos puestos de trabajo se han perdido, innumerables est¨¢n en riesgo.
Por lo menos que se retraten juntos por ese pacto los que ya ni cuando hacen campa?a electoral acuden a los creadores para hacerse la foto.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.