Ortega Spottorno, vida de un discreto pero crucial editor
La Residencia de Estudiantes y Alianza rinden homenaje a una figura clave en la cultura de la Transici¨®n
Su padre, don Jos¨¦ Ortega y Gasset, sembr¨® una cultura libresca en casa. Pero a la hora de la verdad, cuando el peque?o de sus hijos, Jos¨¦, quiso estudiar una carrera, le aconsej¨® que se metiera en agr¨®nomos. Una ingenier¨ªa t¨¦cnica le asegurar¨ªa un poco m¨¢s los garbanzos. Lo hizo, se licenci¨®, e incluso ejerci¨® en determinados momentos. Pero la vida le devolvi¨® al redil familiar y a?os m¨¢s tarde, en una entrevista televisiva con Joaqu¨ªn Soler Serrano, confes¨®: ¡°Cuando pude decidir por m¨ª mismo cambi¨¦ las hojas de las plantas por las de los libros¡±.
Recuerda esta an¨¦cdota Mercedes Cabrera en la introducci¨®n del libro que Alianza, la editorial que ¨¦l impuls¨® en los a?os sesenta, ha publicado ahora como homenaje. La bi¨®grafa, historiadora y polit¨®loga, que fue ministra de Educaci¨®n en el Gobierno Zapatero, moder¨® tambi¨¦n este jueves en la Residencia de Estudiantes una jornada en la que diversos expertos y amigos analizaron su discreta pero fundamental tarea en la Espa?a del franquismo y la Transici¨®n.
No solo Ortega Spottorno elev¨® a nivel masivo el grado y el gusto intelectual de un pa¨ªs que sal¨ªa de la ignorancia y el analfabetismo. Ven¨ªa de una educaci¨®n abierta y plural, todo un tesoro en la Espa?a de la ¨¦poca, dentro del entorno de la Instituci¨®n Libre de Ense?anza y el Instituto Escuela, como recuerda Javier Zamora Bonilla en el libro. Eso marc¨® su biograf¨ªa con gen¨¦tica de letra impresa.
Por eso, a?os m¨¢s tarde, expandi¨® en literatura de bolsillo a los grandes escritores, pensadores y poetas de varios siglos. Lo hizo de manera asequible en la colecci¨®n de Alianza. Impuls¨® una segunda etapa de la Revista de Occidente, fundada por su padre. Y cre¨®, junto a otros, EL PA?S, primer gran medio de comunicaci¨®n escrito de la nueva Espa?a democr¨¢tica¡
¡°Sosten¨ªa que hay cosas en la vida que se hacen por deber y otras por pasi¨®n. Entre las que acometi¨® por sentido del deber estuvo el resurgimiento de la Revista de Occidente. Cre¨ªa que hab¨ªa que reivindicar a su padre no como un pensador del pasado, sino del futuro. Pero aquello le meti¨® en dificultades econ¨®micas, y eso que lo hizo muy bien, no solo dando espacio a los intelectuales de la ¨¦poca de su padre, sino a incorporando a nuevas generaciones¡±, asegura Mercedes Cabrera. Su gran cometido con ese proyecto, seg¨²n el historiador Juan Pablo Fusi Aizpurua, ¡°fue rehacer el pensamiento, por no hablar del desaf¨ªo que aquello significaba en 1963, plena Espa?a de Franco¡±.
La pasi¨®n le premi¨® con m¨¢s alegr¨ªas: Alianza y EL PA?S. ¡°Se mostr¨® en cada ocasi¨®n muy generoso con quienes le acompa?aban. Fue un aut¨¦ntico caballero. Y adem¨¢s de reconocer su papel, en el ¨¦xito de Alianza, siempre incorporaba a Daniel Gil, Jaime Salinas y a Javier Pradera. As¨ª como en el de EL PA?S no olvidaba a Jes¨²s de Polanco, Juan Luis Cebri¨¢n y Javier Babiano¡±.
Alianza forj¨® un canon absolutamente ecl¨¦ctico para las nuevas generaciones de lectores en espa?ol. Es cierto, y as¨ª lo admiti¨®, que se benefici¨® de un boom editorial naciente. Pero mientras unos aprovechaban la coyuntura para introducir savia novedosa, Alianza consolid¨® un cat¨¢logo con cl¨¢sicos, g¨¦neros y autores provenientes de distintas lenguas, ¨¦pocas y tendencias en una mismo colecci¨®n, hoy hist¨®rica. ¡°Para m¨ª fue el proyecto editorial m¨¢s interesante de aquella ¨¦poca¡±, afirma Cabrera. ¡°Adem¨¢s¡±, apunta la editora Mar¨ªa Cifuentes, ¡°una aut¨¦ntica escuela del oficio de hacer libros¡±.
Su labor como editor de peri¨®dicos sigue esa senda de riesgo, juicio y ¨¦xito. Joaqu¨ªn Estefan¨ªa, sucesor de Cebri¨¢n en la direcci¨®n de EL PA?S, lo conoci¨® a fondo. ¡°Lo fundaron tres personas: Ortega Spottorno (titular de la acci¨®n n¨²mero 1), Carlos Mendo (n¨²mero 2) y Dar¨ªo Valc¨¢rcel (acci¨®n n¨²mero 3). Su gran decisi¨®n fue entreg¨¢rselo a los principales hacedores del peri¨®dico desde el primer momento: Jes¨²s Polanco y Juan Luis Cebri¨¢n. Ortega siempre crey¨® que EL PA?S era una acci¨®n colectiva. Aval¨® el calificativo de ¡®intelectual colectivo de la Transici¨®n¡¯, formulado por Jos¨¦ Luis Aranguren. Y fue su mujer, Simone Klein, quien puls¨® el bot¨®n de la rotativa en la madrugada del 3 al 4 de mayo de 1976¡±, recuerda Estefan¨ªa.
¡°De lo que m¨¢s orgulloso se sent¨ªa, en relaci¨®n con el peri¨®dico, fue de su contribuci¨®n a la vuelta de la libertad y de la democracia a Espa?a. Hizo suyo uno de los esl¨®ganes de las vallas publicitarias cuando sali¨® a la calle: ¡®En El Pa¨ªs no todos piensan igual¡¯. El pluralismo fue el eje, excepto para las posiciones que defend¨ªan la violencia¡±. Un diario que adem¨¢s, seg¨²n el periodista Juan Cruz, estableci¨® mecanismos para reconocer los propios errores. ¡°Con capacidad de rectificaci¨®n, algo muy raro en los medios de comunicaci¨®n¡±.
El primer beso, por cable
Cuando Jos¨¦ Ortega Spottorno naci¨® un 13 de noviembre de 1916, su padre, Jos¨¦ Ortega y Gasset, se encontraba en Argentina. Rosa Spottorno, su madre, le mand¨® un telegrama con el anuncio y el fil¨®sofo respondi¨® entusiasmado por la noticia. ¡°Los primeros besos paternos me llegaron por cable¡±, sol¨ªa contar, como recuerda ahora Javier Zamora Bonilla, director del Instituto Universitario de Investigaci¨®n Jos¨¦ Ortega y Gasset.
Pero la distancia f¨ªsica en el momento del nacimiento no lo fue despu¨¦s en vida. Jos¨¦ Ortega Spottorno tuvo una infancia feliz junto a sus padres y los dos hermanos mayores, Miguel y Soledad, un ejemplo que ha querido seguir con su propia descendencia y sus hijos, fruto del matrimonio con Simone Klein, Jos¨¦, In¨¦s y Andr¨¦s. Se esmeraron en proporcionarles una educaci¨®n abierta. Entraron en el Instituto Escuela, brazo de la Instituci¨®n Libre de Ense?anza, como lo fue desde su creaci¨®n la Residencia de Estudiantes. Un aut¨¦ntico foco de formaci¨®n en libertad, ajeno a las v¨ªas pedag¨®gicas predominantes, m¨¢s oscuras y cavernarias, en manos de la Iglesia. La permanente mezcla de disciplinas cient¨ªficas y humanistas, la conexi¨®n sistem¨¢tica con tendencias de fuera, el contacto con la naturaleza. La pluralidad y la insistencia en la tolerancia, han determinado a generaciones de alumnos, pero siempre en minor¨ªa. La familia Ortega Spottorno form¨® desde sus inicios parte de esa Espa?a liberal que, ajena a las tensiones extremistas, conform¨® la tercera v¨ªa.
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