Locura
La miniserie 'Dark Angel' cuenta las andanzas de Mary Ann Cotton, al parecer la primera asesina en serie de la historia
Las m¨¢quinas del fango, es decir, las hienas medi¨¢ticas, llevan d¨ªas en las que sus primeras planas y sus informativos rezuman muerte, excelent¨ªsimas, caudillistas o machistas. El viernes por la noche, el canal #0 de Movistar+ quiso sumarse a la fiesta (M¨¦xico en el coraz¨®n) con la proyecci¨®n de los dos cap¨ªtulos de la miniserie Dark Angel, las andanzas de Mary Ann Cotton, al parecer la primera asesina en serie de la historia.
Dos horas con la solvencia cinematogr¨¢fica brit¨¢nica en las que el realizador Brian Percival (Downton Abbey) y el guionista Gwyneth Hughes nos sumergen en la Inglaterra victoriana, un tiempo y un pa¨ªs en la que la consolidada revoluci¨®n industrial comenzaba, m¨ªnimamente, a reducir la enorme desigualdad social. Mary Ann Cotton (la espl¨¦ndida Joanne Froggatt) es una m¨¢s de esa incesante migraci¨®n de lo rural a lo urbano anhelando un futuro mejor que un presente inmisericorde le niega. Es entonces cuando Mary Ann descubre las ventajas de los seguros de vida y el ars¨¦nico, una combinanci¨®n letal.
La serie, probablemente condicionada por los cada vez m¨¢s ins¨®litos paisajes y decorados naturales decimon¨®nicos, encuentra sin embargo en sus sobrios encuadres una eficacia narrativa a?adida. Planos cortos y medios potencian el drama, coadyuvado por ese impresionante e inacabable fondo de armario de actrices y actores brit¨¢nicos.
Basada en una historia real, Mary Ann recorre la escala social de matrimonio en matrimonio, de viudedad en viudedad, dejando un reguero de cad¨¢veres de maridos, hijos, madre, novio e hijastro que el crimin¨®logo autor del libro en el que se basa la serie cuantifica entre 13 y 21. El omnipresente ars¨¦nico y una rudimentaria medicina forense en tiempos de las fiebres instentinales y el c¨®lera ratifican la verosimilitud de la historia.
En la memoria cin¨¦fila resulta inevitable el recuerdo de la genial El verdugo o de Ars¨¦nico por compasi¨®n, en la que Mortimer Brewster, su protagonista, aporta una explicaci¨®n: "?La locura corre libre por mi familia, pr¨¢cticamente galopa!".
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