Vargas Llosa: ¡°Soy el superviviente del ¡®boom¡±
El Nobel peruano repasa su trayectoria en la Feria del Libro de Guadalajara
Mario Vargas Llosa se dio cuenta de que era un escritor latinoamericano gracias a Par¨ªs y Barcelona, los dos focos que primero reconocieron y amplificaron el revent¨®n literario del 'boom' durante los sesenta. El canon, el fen¨®meno cultural vino de fuera. ¡°El 'boom' rescat¨® a un grupo de escritores que hasta entonces estaban asfixiados por la falta de comunicaci¨®n entre ellos¡±, dijo el Nobel peruano en la mesa inaugural de la Feria Internacional del libro del Guadalajara.
En Par¨ªs, trabajando de locutor en una televisi¨®n cultural, Vargas Llosa escuch¨® por primera vez hablar de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez. ¡°Me mandaron de la editorial Gallimard una novela breve que le¨ª con enorme inter¨¦s. Ten¨ªa una estructura maravillosa. No faltaba ni sobraba nada¡±. Era la historia de un viejo coronel por el que pasaban los a?os mientras esperaba y esperaba a que le concedieran su pensi¨®n como h¨¦roe militar. Era El Coronel no tiene quien le escriba.
Pero ?qu¨¦ fue el 'boom'? ¡°No lo s¨¦¡±. No fue un movimiento est¨¦tico con elementos compartidos: lo fant¨¢stico apenas supone un tronco com¨²n pese al estereot¨ªpico. No fue una generaci¨®n: entre Carpentier y Vargas Llosa se abr¨ªan m¨¢s de 30 a?os. ¡°Lo que nos un¨ªa era un determinada manera de contar las historias, un modelo de escritura que permit¨ªa que la obra fuera creativa y que durara en el tiempo¡±.
Dos hitos marcaron el despegue. Una conferencia de Borges en Par¨ªs ¨C¡°ya casi ciego, mirando al vac¨ªo con un franc¨¦s perfecto y anacr¨®nico¡±- y la hiperactividad editorial en Barcelona. Vargas Llosa estuvo all¨ª en los dos momentos. ¡°Los franceses quedaron maravillados y en aquel momento eran el gran prescriptor cultural. Las editoriales catalanas empiezan a publicarnos y encuentran una respuesta entusiasta del p¨²blico¡±. Comenzaba entonces un movimiento en cadena ¡°Cort¨¢zar, que viv¨ªa en Paris hac¨ªa mucho tiempo, vuelve a interesarse por Am¨¦rica Latina. Nos dimos cuenta que no pod¨ªamos ser franceses, italianos o espa?oles porque arrastr¨¢bamos al b¨¢rbaro y eso era una materia prima muy buena para la literatura, como nos recodaban los cr¨ªticos europeos¡±.
Despu¨¦s llegar¨ªa el ¨¦xito, las cenas fraternales y tambi¨¦n las desavenencias. Vargas Llosa, que en marzo cumpli¨® 80 a?os, era el m¨¢s joven de todos. ¡°Soy el ¨²ltimo superviviente. Me toca apagar la luz y cerrar la puerta¡±.
El universo Vargas Llosa
¡°No esperen otra cosa de nosotros m¨¢s que halagos y quiz¨¢ matices¡±. Juan Jos¨¦ Armas Marcelo, director de la c¨¢tedra Vargas Llosa, no enga?¨® a nadie al abrir con esas palabras una mesa de debate sobre la obra del Nobel de 80 a?os. Siete lectores que con los a?os se convirtieron en amigos juzgaron el universo de quien llamaron el ¡°benjam¨ªn del 'boom'¡±. ¡°Mario reforz¨® mi creencia en la literatura como virtud de vida¡±, dijo N¨¦lida Pi?¨®n. La escritora brasile?a record¨® las apasionadas charlas sobre letras que ten¨ªa con Vargas Llosa en un Congreso organizado por la Universidad de Columbia de Nueva York en la d¨¦cada de los setenta.
El colombiano H¨¦ctor Abad Faciolince record¨® uno de los ejes centrales del universo de Vargas Llosa: la relaci¨®n del hombre con el poder. El escritor peruano explor¨® en carne propia este v¨ªnculo con la b¨²squeda de la presidencia de su pa¨ªs en 1990. Esto fue relatado tres a?os despu¨¦s en sus memorias El pez en el agua. ¡°Tengo que agradecer a Alberto Fujimori que lo haya derrotado en la segunda vuelta¡±, dijo Abad Faciolince. ¡°Fue muy malo para el Per¨², pero muy bueno para las letras. Nos lo salv¨® para la literatura¡±.
Enrique Krauze consider¨® la campa?a electoral de Vargas Llosa como la semilla de los cambios democr¨¢ticos en la regi¨®n. El historiador mexicano tambi¨¦n destac¨® la obra ensay¨ªstica y period¨ªstica del autor peruano, mucha de ella publicada en Vuelta, la influyente revista de Octavio Paz. En una charla organizada por esa publicaci¨®n en 1990, el peruano describi¨® con solo dos palabras el sistema pol¨ªtico mexicano que el PRI impuso en M¨¦xico en el Siglo XX: la ¡°dictadura perfecta¡±.
Uno de los primeros cr¨ªticos del peruano, el lime?o Jos¨¦ Miguel Oviedo, habl¨® sobre el peso de la realidad en la obra de Vargas Llosa. ¡°Es un cart¨®grafo de lo real. No puede escribir sin antes pisar terreno firme y real¡±. Uno de los m¨¢s antiguos amigos del Nobel nacido en Arequipa, lo conoce desde la ¨¦poca universitaria, cont¨® que incluso La t¨ªa Julia y el escribidor y La guerra del fin del mundo beben de ella. ¡°Es un escritor realista con signos de interrogaci¨®n¡±.
Algunos confesaron que en su juventud aprendieron a escribir leyendo a Vargas Llosa y otros novelistas del 'boom', como Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez. El nicaraguense Sergio Ram¨ªrez se dijo marcado por la ¡°d¨¦cada prodigiosa¡± de los sesenta. Dos libros lo convencieron para lanzarse a conquistar la p¨¢gina en blanco. Fueron Cien a?os de soledad y La ciudad y los perros. ¡°Es un juego de tiempos y espacios que puede leerse como novela policiaca. Es un libro para aprender a escribir¡±, dijo Ram¨ªrez sobre la primera novela del Nobel peruano.
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