El Quijote vence molinos en vi?etas
Dos exposiciones recuerdan c¨®mo el noveno arte ha reinterpretado la figura del Quijote
Hay Quijotes cabezones, de ojos grandes y saltones como los de un dibujo animado. Hay Quijotes con yelmo de verdad, de aut¨¦ntico caballero andante, que reflejan en su rutilante metal molinos que son gigantes. Hay Quijotes puta?eros, de los que se pelean en bares de barrio paraguas en mano, porque ya no son tiempos de espadas. Y hay Quijotas, estas que no pueden evitar posar con morritos en un selfie para su Dulcineo.
La obra de Cervantes es inmortal, pero no inmutable. Se adapta a presente, pasado y futuro como un guante. Puede reinterpretarse desde lo imaginario y desde el realismo m¨¢s crudo. En ella cabe cualquier arista. Y los artistas de tebeos lo saben muy bien. 40 de ellos?¡ªentre los que se encuentran nombres como el de Fernando Vicente, Alfonso Azpiri, Mar¨ªa Emeg¨¦, Moderna de Pueblo o Enrique Vegas¡ª han realizado una obra original este 2016 para una exposici¨®n que se podr¨¢ disfrutar, por primera vez, durante el pr¨®ximo fin de semana en Madrid (3 y 4 de diciembre). El marco ser¨¢ Expoc¨®mic, el certamen dedicado al noveno arte que se celebra en el recinto ferial madrile?o de Ifema.?
"Queremos homenajear a Cervantes con ilustradores espa?oles, porque no le tienen nada que envidiar a cualquier dibujante del mundo", explica Emilio Gonzalo, director de Expoc¨®mic, fundador de la Asociaci¨®n Espa?ola Amigos del C¨®mic y padre de esta peculiar pleites¨ªa del tebeo a Cervantes. Todos los estilos caben en la exposici¨®n. Nada se considera demasiado loco o irreverente. Juan Jos¨¦ Ryp es el responsable de convertir al Quijote y Sancho en dos guapas, y algo chonis, adolescentes. Santiago Sequeiros pinta una imagen muy turbadora, en rojos, negros y blancos de un Quijote mendigo en un barrio lleno de basura, su fiel rocinante reducido a una falsa cabeza de jamelgo que corona un palo. Moderna de Pueblo lo hace hipster borrach¨ªn en un bar de bachata "de cuyo nombre no quiero acordarme". Gonzalo defiende este estilo libre de reinterpretar la obra: "Para los autores del tebeo, no hay l¨ªmites a la imaginaci¨®n. Me parece maravilloso que el c¨®mic reinterprete la obra de Cervantes".
Esta exposici¨®n no se encuentra sola en este a?o que celebra cuatro siglos de Don Quijote. En Zaragoza, otra muestra recorre la interacci¨®n entre el cl¨¢sico y el tebeo de manera muy distinta. En vez de originales ex profeso que reinventan con las t¨¦cnicas del c¨®mic el cl¨¢sico, en esta exposici¨®n, que lleva viajando todo el a?o a distintas ciudades de Espa?a, se hace un repaso hist¨®rico por todas las adaptaciones del Quijote. La Biblioteca Mar¨ªa Moliner de la Facultad de Humanidades de Zaragoza expondr¨¢ hasta el 16 de diciembre este paseo hist¨®rico por el Quijote en tebeo.
Esther Almarcha N¨²?ez-Herrador es la mujer tras el Alonso Qujano en tebeo. Como investigadora del Centro de Estudios de Castilla-La Mancha (UCLM), su obsesi¨®n es rastrear a trav¨¦s de la historia la iconograf¨ªa del Quijote. Y concretamente c¨®mo se pas¨® de los precursores del tebeo, las linternas m¨¢gicas, las aucas o las estampas, a las vi?etas. "Empezamos hace 20 a?os. Nos dimos cuenta de una crud¨ªsima realidad, y es que la gente reconoce al Quijote , pero no lo ha le¨ªdo. As¨ª que nos pusimos a recopilar iconograf¨ªa popular del Quijote, tanto en los tebeos como en sus precursores".
Entre los ejemplos recopilados por Almarcha y sus colaboradores hay tebeos fascinantes. En uno de ellos, que data de 1875 y a pesar de ello ya est¨¢ dividido en vi?etas, se narra la historia de un segundo Quijote, uno que naci¨® en el siglo XIX.?Hay una estampa, ya del siglo XX, en la que un Don Quijote enfurecido se pelea con uno de los leones frente al Congreso de los Diputados mientras los pol¨ªticos huyen despavoridos. En otro, se sit¨²a al Quijote en la guerra de Corea. Apariciones sorpresa en tebeos de superh¨¦roes de la casa Marvel tambi¨¦n est¨¢n a la orden del d¨ªa. Incluso se puede rastrear un Don-Wan Kihote, un pseudo-caballero Jedi conocido de Han Solo.
Existieron tambi¨¦n los tebeos que provocaron la pol¨¦mica, como el proyecto antol¨®gico Lanza en astillero, desarrollado por la Consejer¨ªa de Cultura de Castilla la Mancha, en el que artistas como Miguelanxo Prado reinterpretaron desde la contemporaneidad la figura de Alonso Quijano. En uno de los c¨®mics, del argentino Carlos Nine, la grotesca pelea entre el Quijote y la oronda criada Maritornes fue interpretada por Marta Valdenebro, presidenta de la comisi¨®n de Educaci¨®n del PP de Guadalajara, como un cat¨¢logo de posiciones sexuales. Como el libro hab¨ªa sido entregado en colegios, se desat¨® la pol¨¦mica, que reflej¨® entre otros medios este peri¨®dico.
Sobre qu¨¦ aporta todo esto al legado cervantino, Almarcha lo tiene claro: "Hay una libertad total y absoluta. No se trata de algo anecd¨®tico en absoluto, sino de una aportaci¨®n muy rica que se extiende por todo el planeta. China, Estados Unidos, Alemania, Italia...". Una aportaci¨®n que a veces quiere ser justa con el pobre Alonso Quijano. Will Eisner, el D.W. Griffith del Tebeo, decidi¨® que la muerte de Alonso Quijano era demasiado triste. En su versi¨®n de treinta y pico p¨¢ginas, el propio Cervantes se materializa en la historia para calmar al moribundo hidalgo y contarle cu¨¢n influyente ser¨¢n sus faza?as en la historia. Y c¨®mo ser¨¢ recordado. Porque las vi?etas, a fin de cuentas, son alegor¨ªas de la memoria. De momentos robados al tiempo.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.