El d¨ªa que Castro dijo ante la c¨¢mara que La Habana ten¨ªa las mujeres m¨¢s bonitas
El l¨ªder cubano particip¨® en su juventud en M¨¦xico como actor de reparto en producciones estadounidenses e impuls¨® el cine en la isla
La muerte de Fidel Castro a los 90 a?os es el final de una era. Se ha dicho ya casi todo sobre el l¨ªder cubano, uno de los pol¨ªticos m¨¢s influyentes del siglo XX y casi uno de los ¨²ltimos supervivientes de la Guerra Fr¨ªa. Pero no se ha hablado tanto de su pasi¨®n por el cine. Aparte de ser el actor fetiche -sin quererlo- del director estadounidense Oliver Stone, casi no se conoce, entre otras, su faceta de aspirante a actor en Hollywood y su labor en la creaci¨®n del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematogr¨¢ficos (ICAIC) y de la Escuela Internacional de Cine y Televisi¨®n (EICT) en San Antonio de los Ba?os.
En una ocasi¨®n, el escritor Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, amigo ¨ªntimo de Castro, lo llam¨® ¡°el cineasta menos conocido del mundo¡±. El l¨ªder cubano, sabedor del poder e impacto social del s¨¦ptimo arte, 82 d¨ªas despu¨¦s de su entrada triunfal en La Habana, en enero de 1959, cre¨® el ICAIC. Veinticinco a?os despu¨¦s, junto al Nobel colombiano, crearon la Fundaci¨®n del Nuevo Cine Latinoamericano en 1985 y un a?o despu¨¦s la EICT.
Castro era un ferviente?admirador de la actriz francesa Brigitte Bardot y amigo de Gerard Depardieu. Dec¨ªa conocer todos los largometrajes de Charles Chaplin, ser capaz de re¨ªr ¡°tres o cuatro veces¡± con las pel¨ªculas del c¨®mico mexicano Mario Moreno, Cantinflas, y haber sido seducido por la poderosa imagen de la italiana Sof¨ªa Loren. A Stone, autor de dos documentales sobre ¨¦l -Comandante (2002) y Looking for Fidel (2003)- le confes¨® que no pudo ver muchas producciones cinematogr¨¢ficas despu¨¦s de la ca¨ªda de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, en 1991, ¡°por falta de tiempo¡±. T¨ªtulos como Gladiador y Titanic fueron algunos de los filmes que vio en formato de videocasete.
Para Castro, el cine era ?una ¡°batalla pol¨ªtica¡±, en la que incluso legitim¨® la censura como arma para defender su revoluci¨®n. En 1961, en el conocido discurso Palabras a los Intelectuales defendi¨® el ¡°derecho¡± de su Gobierno a ¡°regular, revisar y fiscalizar¡± pel¨ªculas por su ¡°influencia en el pueblo¡± como una responsabilidad ¡°en medio de una lucha revolucionaria¡±.
Su pasado en Hollywood
Igual que dos de sus grandes n¨¦mesis estadounidenses, John F. Kennedy ¨Cun pol¨ªtico entregado al imaginario de la pantalla grande- y Ronald Reagan ¨Cun actor prestado a la pol¨ªtica-, Castro tambi¨¦n tuvo una inclinaci¨®n hacia los plat¨®s cinematogr¨¢ficos.
Un joven Fidel Castro, durante su breve exilio en M¨¦xico, mucho antes de la Revoluci¨®n cubana, logr¨® trabajar en algunos largometrajes estadounidenses, con apariciones muy cortas como extra y actor de reparto. La primera de la que se tiene conocimiento es Escuela de sirenas, una producci¨®n de 1944 que fue catalogada como una de las mejores de la era dorada del estudio Metro Goldwyn Mayer (MGM). El largometraje lo protagonizaba la estrella Esther Williams, mundialmente conocida por los musicales con espect¨¢culos acu¨¢ticos. En el filme, un veintea?ero sin barba interpretaba a un estudiante que se preparaba para un concurso de preguntas en la televisi¨®n. Su escena fue eliminada en la versi¨®n de video.
Dos a?os despu¨¦s, Castro volvi¨® a estar en un cartel con Williams en una cinta de mayor presupuesto de la MGM, F¨¢cil de casarse. El que ser¨ªa futuro l¨ªder cubano aparec¨ªa al borde de una piscina, admirando el traje de ba?o rojo de una pieza de la actriz. El largometraje fue codirigido por Buster Keaton y tambi¨¦n cont¨® con Lucille Ball, de la famosa serie Loco por Lucy. El director de orquesta espa?ol Xavier Cugat, que trabaj¨® con ¨¦l en dos producciones, lo describi¨® como ¡°el t¨ªpico latin american boy¡±, seg¨²n cuenta el cr¨ªtico uruguayo ?lvaro Sanjurjo en una investigaci¨®n que actualiza desde los noventa.
En Vacaciones en M¨¦xico aparece como uno de los bailarines que se mueven al ritmo de una orquesta dirigida por Cugat. La revista Variety dio a conocer que el personaje de Castro ten¨ªa una l¨ªnea en la pel¨ªcula: "S¨ª yanqui, La Habana tiene a las mujeres m¨¢s bonitas y de sangre m¨¢s caliente del mundo, te gustar¨¢ esto", exclam¨®. Sin embargo, su escena fue eliminada de la versi¨®n final. Las cintas fueron prohibidas en Cuba y distintas autoridades del ICAIC, cada vez que se les preguntaba por el tema, afirmaban desconocer la informaci¨®n.
El pasado actoral de Castro tambi¨¦n ha dado lugar a mitos y leyendas. Aparte de las tres pel¨ªculas citadas, se dice que tuvo una participaci¨®n como extra en las escenas rodadas en La Habana de la pel¨ªcula Rompiendo las cadenas (1949), dirigida por John Huston, seg¨²n cuenta el cr¨ªtico y escritor argentino Diego Curubeto. El autor sudamericano explica en un art¨ªculo que la historia narra la cr¨®nica real de un grupo de insurgentes que buscaba derrocar al dictador Gerardo Machado y Morales, a?os antes del ascenso de Fulgencio Batista.
El expresidente cubano tambi¨¦n habr¨ªa trabajado en producciones mexicanas, asegura Juan Carlos Garrido, director del Sindicato de Trabajadores T¨¦cnicos y Manuales de la Producci¨®n Cinematogr¨¢fica de M¨¦xico. En concreto, en distintas pel¨ªculas de Juan Orol, uno de los principales promotores del llamado cine de rumberas de la ¨¦poca de oro de la cinematograf¨ªa de ese pa¨ªs norteamericano. Aunque todav¨ªa no se ha podido identificar el nombre del caudillo de la revoluci¨®n en la isla en los archivos. El cine, como muchos hechos de la vida de Castro, todav¨ªa esconde luces y sombras, incluso despu¨¦s de su muerte.
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