Por fin un cubano en la FIL
Carlos Manuel ?lvarez es uno de los pocos autores de la isla presentes en una edici¨®n sacudida simb¨®licamente por la muerte de Fidel Castro
La muerte de Fidel Castro pocas horas antes de la inauguraci¨®n de la Feria del Libro de Guadalajara marc¨® simb¨®licamente el arranque de una edici¨®n dedicada a Am¨¦rica Latina pero en la que los escritores cubanos, sobre todo los que viven en la isla, brillaron por su ausencia. Una de las excepciones, junto a Wendy Guerra o Jorge Enrique Lage ¨CLeonardo Padura cancel¨® su visita-, es el matancero Carlos Manuel ?lvarez, que acudi¨® a la FIL dentro de uno de los programas estrella de este a?o, Ochenteros: 20 autores de 13 pa¨ªses americanos nacidos en la d¨¦cada de los ochenta.
?lvarez, de 26 a?os, particip¨® adem¨¢s este jueves en Ecos de la FIL, una iniciativa que por unas horas saca a los escritores de la mastod¨®ntica Expo que aloja los coloquios y stands y los dispersa por las escuelas de la capital de Jalisco. El Centro de Estudios Universitarios de Occidente (CEUNO) hab¨ªa adornado sus paredes con fotograf¨ªas de La Habana para dar la bienvenida a su invitado, dispuesto a responder a las preguntas de 63 estudiantes que, pese a no ser mucho m¨¢s j¨®venes que ¨¦l ¨Cten¨ªan entre 15 y 19 a?os-, trataban de usted al escritor. Ni la juventud del autor cubano ni el hecho de que vistiera ch¨¢ndal y deportivas rebaj¨® la respetuosa distancia de los muchachos, que preguntaron de todo: desde si considera que ha escrito su obra maestra hasta su constelaci¨®n favorita ¨C¡°no tengo; no miro mucho al cielo¡±- pasando por el plato que recomendar¨ªa de la cocina de su pa¨ªs ¨C¡°moros y cristianos, pero mejor recomiendo m¨²sica¡±- o por los autores que m¨¢s le gustan ¨C¡°Mart¨ª, Lezama, Rodolfo Walsh, Bola?o¡¡±-.
¡°La muerte de Fidel Castro, apartado del poder desde hace 10 a?os, es m¨¢s simb¨®lica que eficiente¡±
Impulsor del portal de Internet El estornudo ¨Cla ¡°reacci¨®n inevitable a algo en medio de un ambiente que produce alergia¡±-, Carlos Manuel ?lvarez ha publicado en medios como The New York Times, El Malpensante o Gatopardo y es autor del libro de relatos La tarde de los sucesos definitivos (Abril). Adem¨¢s, la editorial Sexto Piso publicar¨¢ el a?o que viene La tribu, una colecci¨®n de cr¨®nicas que tratan de dar cuenta del periodo de transici¨®n que atraviesa Cuba. Entre ellas est¨¢ la que el a?o pasado le vali¨® el Premio Iberoamericano de Cr¨®nica Nuevas Plumas: el retrato de una pareja de indigentes que vive en el mayor vertedero de basura de La Habana, un lugar insalubre cuya existencia no reconocen los medios oficiales. ¡°Esa es la funci¨®n de la cr¨®nica: destapar lo que los poderosos no quieren que se sepa¡±.
?l estudi¨® periodismo como una v¨ªa hacia la literatura pero ha decidido hacerlos compatibles pese a que, dijo apesadumbrado, ¡°en Cuba no hay periodismo, los medios hacen propaganda, o sea, lo m¨¢s opuesto al oficio para el que te preparan¡±. Con el mismo pesar explic¨® que un periodista tiene dos opciones en su pa¨ªs: trabajar para un medio de prensa del Estado y ¡°convertirse en vocero de la verdad oficial¡± o exiliarse. Cualquiera de las dos es ¡°un drama¡±. Por eso valora especialmente los espacios de libertad abiertos en Internet pese a la precariedad de la conexi¨®n.
La muerte de Fidel Castro le pill¨® en Miami camino de la FIL y su primera respuesta fue un ¡°?carajo!¡± nada racional. Pasados los d¨ªas, considera que esa muerte -"una liberaci¨®n de fuerzas, como se hubiera roto un dique¡±- es ¡°m¨¢s simb¨®lica que eficiente¡± aunque no quita importancia al peso que los s¨ªmbolos tienen en Cuba: ¡°Los cubanos nos alimentamos constantemente de s¨ªmbolos¡±. Tanto como de pol¨ªtica, dice. ¡°El nuestro es un pa¨ªs extremadamente politizado. La casa, el Gobierno y el Estado han difuminado sus fronteras hasta el punto de crear fracturas familiares¡±.
Castro, record¨® ?lvarez, llevaba 10 a?os fuera del Gobierno y los cambios no han esperado a su muerte. Uno de ellos, subraya, tiene que ver con la pol¨ªtica migratoria: ¡°Hasta hace tres a?os el Estado se arrogaba la facultad de decidir qui¨¦n pod¨ªa salir de la isla, algo deleznable. Ahora las ¨²nicas limitaciones son las de las visas que conceden (o no) los pa¨ªses a los que quieres viajar¡±. ?Y qu¨¦ va a pasar ahora? ¡°Yo no quer¨ªa el pa¨ªs que ten¨ªamos, pero no s¨¦ si el que venga va a ser mejor. Tal vez va a venir una sociedad capitalista con desigualdades, algo que tampoco querr¨ªa yo¡±. Pase lo que pase, la generaci¨®n de Carlos Manuel ?lvarez se encargar¨¢ de contarlo. Desde Cuba o desde la FIL.
Babelia
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