Una lluvia fina de ideas
El feminismo contempor¨¢neo quiz¨¢ sea el dominio intelectual y pol¨ªtico sometido a una mayor transformaci¨®n y a una cr¨ªtica reflexiva m¨¢s intensa
En los ¨²ltimos a?os la literatura feminista no hace sino crecer; nuevas publicaciones, plataformas activistas y foros acad¨¦micos se suceden expresando as¨ª un hecho sobre el que ya llamaba la atenci¨®n la pensadora Beatriz Preciado (ahora Paul B. Preciado): el feminismo contempor¨¢neo es el dominio intelectual y pol¨ªtico sometido a una mayor transformaci¨®n y a una cr¨ªtica reflexiva m¨¢s intensa. Parece imposible la pluralidad de tendencias e interpretaciones que ahora conviven ¡ªdesde un feminismo amish que reivindica la lactancia materna y la crianza de los hijos como proyecto vital hasta el trans que no deja de experimentar con las fronteras sexuales haciendo de la pornograf¨ªa un acto pol¨ªtico que evidencia la violencia en las relaciones humanas¡ª. Tambi¨¦n se habla de un feminismo animalista (las mujeres estar¨ªamos m¨¢s pr¨®ximas al ¡°animal de carga¡± sobreexplotado que al hombre blanco occidental, depredador en su trato con las fuerzas productoras), de un feminismo humanista (cat¨®lico), del feminismo institucional, simbolizado en las cuotas pol¨ªticas y del feminismo de la diferencia, el ¨²nico concebido como hermen¨¦utica y semillero de los m¨²ltiples recorridos feministas que hoy conviven.
Parece imposible que todo quepa bajo el paraguas de una sola y polis¨¦mica palabra. A lo m¨¢ximo que se ha llegado es a a?adirle un plural (feminismos) o un sensato prefijo (posfeminismo) para subrayar que estamos lejos de los tiempos del sufragismo, cuando las mujeres exig¨ªan el derecho al voto o la igualdad ante la ley. Esa igualdad sigue estando sometida a grandes desajustes, pero, con el tiempo, el feminismo se ha alejado de la confrontaci¨®n con el var¨®n que la caracteriz¨® en sus comienzos para plantearse qu¨¦ es ser mujer y c¨®mo ser¨ªa el mundo si la gesti¨®n del poder estuviera en manos del sujeto femenino. Una pregunta l¨®gica que se hacen muchas mujeres al ver las ciegas embestidas del machismo. La mujer es un sujeto colonizado, objeto de toda clase de apropiaciones. Es un ser invadido: por el apellido del var¨®n, por el sexo del var¨®n, por el feto del beb¨¦, por la crianza, por el dominio masculino, por la ideolog¨ªa patriarcal que la mantuvo sometida, por los dictados de la moda, por la exigencia de un canon de belleza imposible, por su propia ¨¦tica del cuidado del otro. Y esa apropiaci¨®n efectuada sobre el nombre, el cuerpo y la mente de la mujer, que por su parte nunca pretendi¨® colonizar al hombre, explica el rendimiento intelectual que de su an¨¢lisis han extra¨ªdo los estudios poscoloniales. En todo caso, la fina lluvia de feminismos convergentes ha permeado la sociedad espa?ola, transform¨¢ndola radicalmente y desterrando los comentarios soeces y descalificadores al exilio que merecen. Es un ¨¦xito colectivo. Nuestra sensibilidad ha cambiado por fin con relaci¨®n a la mujer tras fort¨ªsimas resistencias y una misoginia brutal. Cambi¨® el tratamiento de los medios, cambi¨® la pol¨ªtica, los hombres han cambiado. Y las mujeres tambi¨¦n. Nada es como era hace 20 a?os. Y eso se debe en parte a una escuela de pensadoras que logr¨® abrirse camino en la Transici¨®n (Lidia Falc¨®n, Victoria Sau, Carmen Alcalde, Celia Amor¨®s, Amelia Valc¨¢rcel y un largo etc¨¦tera) estimulando la reflexi¨®n y la reescritura del pasado cultural hisp¨¢nico en clave femenina y feminista. Pienso tambi¨¦n en la importancia que ha tenido la colecci¨®n Feminismos de C¨¢tedra a la hora de divulgar el pensamiento feminista que se escrib¨ªa en otras lenguas y culturas menos coercitivas. Sus libros fueron otra lluvia fina de ideas que cal¨® en la mente de muchas universitarias anim¨¢ndolas a un pensamiento cr¨ªtico sobre temas delicados como la maternidad o la prostituci¨®n que est¨¢ dando valiosos frutos. Pienso en asociaciones como Cl¨¢sicas y Modernas y en foros y portales potenciados por las Consejer¨ªas de la Igualdad.
Cuando todas las posiciones est¨¢n tomadas no es f¨¢cil ser mujer. Lo veo como una forma de la utop¨ªa, pero tambi¨¦n un quebradero de cabeza. Todas andamos algo perdidas ¡ª?por qu¨¦ no decirlo?¡ª. Las derivas del feminismo hacia territorios cada vez m¨¢s especulativos resultan a veces confusas, pero son un reflejo de una actitud abierta que parte de otra mirada sobre el mundo. Pese a tanto movimiento, sin embargo, hay cosas que no cambian. La derrota de Hillary Clinton ha causado un gran estupor. ?De veras era preferible un descerebrado a la victoria de una mujer que hab¨ªa hecho del feminismo su bandera? Pero eso tambi¨¦n podremos cambiarlo.
Carteler¨ªa del colectivo See Red Women¡¯s Workshop. De arriba abajo: Protest (1973), Girls Are Powerful (1979), Don?t Let The Racism Divide Us (1978) y Fight The Cuts (1975). Todos, recogidos en el libro See Red Women¡¯s Workshop. Feminist Posters 1974-1990 (Cedidos por la editorial Four Corners Books)
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